Olivenza, el pueblo en el que los habitantes tienen doble nacionalidad: española y portuguesa
España está repleta de pueblos de lo más curiosos. Ya sea por su original nombre, su ubicación geográfica o su llamativa historia, entre otras muchas razones. Pero una pequeña villa extremeña, y más concretamente sus habitantes, se llevan el primer premio en este sentido.
Hablamos del pueblo de Olivenza, situado en la provincia de Badajoz, justo en la frontera con Portugal. Es precisamente por esa ubicación geográfica por lo que sus vecinos cuentan con una curiosa característica: tanto la nacionalidad española como la portuguesa.
La historia de Olivenza
Las aguas del embalse más grande de Europa occidental, el de Alqueva, bañan las tierras de Olivenza, por donde pasaron desde los hombres del Neolítico hasta las culturas romana, visigoda y árabe. Durante esa etapa musulmana, concretamente en 1230, Alfonso IX conquistó la provincia de Badajoz. Los reyes cristianos entregaron territorios de la zona a la Orden de los Templarios, quienes irían ampliando sus dominios con el paso del tiempo, incluidas las tierras de Olivenza. De este modo, esta orden habitó el lugar hasta que 28 años después el territorio retornó al dominio de Badajoz.
Fue entonces, en 1297, cuando el rey Dionisio I de Portugal acordó con la reina regente de Castilla, María de Molina, que esta le entregase las tierras fronterizas a cambio de no apoyar a sus enemigos durante las guerras civiles en Castilla y León. Fue así como Olivenza pasó a manos del país vecino. Bajo el control luso, Dionisio I construyó la primera muralla del pueblo, mientras que su hijo levantó el alcázar y la torre del Homenaje.
De esta manera, Olivenza fue portuguesa durante siglos, funcionando como una plaza militar fronteriza, hasta el 1801. En ese año, Napoleón ordenó invadir Portugal, ante lo cual España aprovechó para firmar a espaldas del militar francés un tratado con el que recuperaría las plazas militares tomadas por el país luso. Y así, finalmente, Olivenza quedó en manos españolas.
Un pueblo, dos nacionalidades
Con toda esta larga historia detrás, Olivenza se presenta como un lugar donde confluyen las culturas portuguesa y española, es por ello que muchos de sus vecinos se sienten también parte del país vecino. Incluso, las calles tienen doble toponimia y los más mayores hablan el dialecto bautizado como «portugués oliventino». Es tal el sentimiento, que los habitantes del pueblo pueden obtener la nacionalidad portuguesa, y por lo tanto, participar en la vida política de la nación lusa, por ejemplo, en los procesos electorales.
Pero más allá de esta llamativa curiosidad, Olivenza es un bonito pueblo digno de visitar. Sus edificios y monumentos dan testimonio de su larga historia, como el alcázar y la torre del Homenaje, el Puente de Ayuda, el Palacio Municipal y las iglesias de Santa María del Castillo y de Santa María Magdalena. Asimismo, en la zona encontramos espacios naturales donde hacer planes al aire libre como la Sierra de Alor y el lago Alqueva.
Cómo llegar a Olivenza
El trayecto en coche desde la ciudad de Badajoz hasta Olivenza es de alrededor de media hora por la EX-107, mientras que desde Mérida asciende a 1 hora y 10 minutos por la A-5.
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