La increíble ciudad medieval de Bosnia y Herzegovina que te transporta al pasado
Bosnia y Herzegovina es un país balcánico ubicado en la zona sureste del continente europeo que cuenta con increíbles paisajes protagonizados por lagos, ríos, campos y bosques preciosos. Sus imponentes montañas y las ciudades y pueblos que las habitan son una auténtica maravilla que bien merece una visita.
Si algo caracteriza a las villas de este país son sus edificios de piedra de época medieval, a los que se suman puentes sobre los ríos. Recorrer los municipios bosnios es como viajar en el tiempo a la época donde las calles olían a hoguera y el sonido de los herreros trabajando el metal servía de banda sonora durante el día.
Pero si hay una ciudad de Bosnia y Herzegovina que destaca por su inigualable belleza y por ser la perfecta representación de un destino medieval, esa es Mostar. Una localidad que parece sacada de un cuento de hadas donde la princesa cruza los imponentes puentes en busca de su amado caballero.
Mostar, la ciudad medieval de los puentes de piedra
Viajamos hasta Mostar, una ciudad considerada la capital de la región histórica de Herzegovina y que se extiende a los lados del río Neretva. El nombre de este enclave hace referencia a los mostari, antiguos soldados guardianes encargados de proteger el lugar y en especial su bien más preciado, el puente medieval de Stari Most. Durante años fue una ciudad de gran importancia debido a su ubicación estratégica y gracias a sus puentes que permitían la llegada de los productos de la ruta comercial.
Este destino es una parada obligatoria para aquellos que viajen a Bosnia y Herzegovina con la intención de descubrir todos y cada uno de sus rincones con encanto. Mostar puede visitarse en apenas un par de días y es la prueba viva de la arquitectura e historia del Imperio Otomano y Austrohúngaro.
Puentes y mezquitas
El puente más famoso de Mostar es Stari Most (Puente Viejo) una impresionante obra de arquitectura que se levanta sobre el río Neretva y que tuvo que ser reconstruido en el año 2004 después de quedar destrozado tras la Guerra de Bosnia. Su verdadero origen data del siglo XVI y su belleza e importancia es tal que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Aunque Stari Most sea el más famoso y llamativo, no es el único. No muy lejos de este se encuentra Kriva ćuprija o puente curvo, otra de las pasarelas preciosas de la ciudad y el que probablemente sea uno de los puentes más antiguos de Mostar. Su origen se remonta al 1558, cuando se construyó de manera muy similar al Puente Viejo. Su función es cruzar el pequeño río Radobolja y unir dos bonitas calles empedradas que todo el mundo debería visitar.
Pero los puentes no son la única maravilla de Mostar, allí también puedes visitar la mezquita Karađoz Bey construida en el año 1557 y que es una de las más grandes y bonitas de Herzegovina. No cabe duda de que Mostar es una ciudad fantástica con encanto medieval que deja sin palabras a todo el que lo visita y que debes incluir en tu lista de imprescindibles en el viaje a Bosnia y Herzegovina.