Señales que indican que un niño tiene altas capacidades: preguntas poco comunes, autodidactas, hábiles lectores…
Estadísticamente se considera que alrededor del 2% de la población presenta sobredotación intelectual. Partiendo de esta premisa y según los datos más recientes del Ministerio de Educación y Formación Profesional del curso 2019/2020, España contaría con 39.173 alumnos de altas capacidades identificados de los algo más de 8 millones escolarizados. Lo que supone, por extensión y si hacemos caso a este 2%, que unos 126.559 estudiantes superdotados están escolarizados en nuestro país y no están recibiendo apoyo educativo específico.
¿Pero qué se entiende por altas capacidades? Según el texto del Protocolo de actuación para las diferencias de aprendizaje elaborado por la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé el grupo de niños que puede incluirse en esta categoría es muy heterogéneo. “Las altas capacidades se encuentran en todos los grupos culturales y niveles sociales. Cuando hablamos de altas capacidades nos referimos a aquellos niños o niñas que muestran un rendimiento elevado en alguna área cognitiva, creativa o artística; muestran buenas habilidades de liderazgo y relaciones sociales o bien destacan en aspectos académicos específicos”.
La Fundación explica que se pueden distinguir dos perfiles de altas capacidades:
Por un lado, la superdotación: “Todos los recursos intelectuales presentan un nivel elevado tanto de razonamiento lógico como de creatividad, una buena gestión de memoria y de captación de la información. Además presentan buena capacidad de liderazgo y de habilidades sociales”, señalan.
Y por otro, el talento: “Muestran una elevada aptitud en un ámbito específico. Puede ser un talento simple como el social, musical o motriz. O un talento complejo cuando se combinan diferentes aptitudes específicas como el talento académico o el artístico figurativo”.
Precocidad
Otro factor a tener en cuenta es la precocidad intelectual, que suele detectarse en educación primaria, y que puede derivar o no en superdotación. “Esta implica un ritmo de desarrollo de los recursos intelectuales más rápido durante un período evolutivo. Cuando se detecta precocidad intelectual, el niño puede mantener el perfil en un futuro y por lo tanto se podrá considerar superdotado o talentoso, pero también puede normalizarse. Este último grupo podrá además presentar algún talento, siendo su capacidad intelectual normal”.
¿Qué puede y debe llamarnos la atención en un niño o niña con altas capacidades? Los siguientes síntomas son los más comunes:
– Facilidad y rapidez en la adquisición de nuevos aprendizajes.
– Curiosidad e interés por aprender.
– Gran capacidad de observación, análisis y extracción de información del entorno.
– Hacen preguntas poco comunes, que van más allá de lo habitual.
– Suelen manifestar un interés muy precoz por ciertos temas existenciales como la religión, la moralidad, el universo o la muerte…
– Más maduro de lo que le tocaría por edad.
– Autodidacta, busca información de manera activa sobre lo que le interesa.
– Tienen un pensamiento crítico y divergente, es decir, les gusta buscar posibles soluciones a un único problema.
– Son capaces de abordar y solucionar situaciones novedosas.
– Presencia de habilidades de liderazgo.
– Flexibilidad para adaptarse a distintas situaciones y contextos.
– Tienen buena habilidad verbal y vocabulario amplio.
– Destacan muy por encima en alguna área específica: razonamiento lógico –matemático, creatividad, arte, etc.
– Hábil lector a edades tempranas.
Sin embargo, todas estas señales también pueden ir asociadas a posibles problemas afectivos como:
– Sensación de sentirse incomprendidos.
– Sensación de no encajar con el grupo.
– Baja motivación y aburrimiento.
– Perfeccionismo excesivo.
– Depresión y/o ansiedad.