La isla menos conocida de las Azores que puedes recorrer caminando: paisajes de ensueño y parajes inhóspitos
Las Azores son uno de los enclaves de Portugal más impresionantes, y es que este archipiélago en medio del Atlántico es un lugar repleto de naturaleza salvaje y parajes inhóspitos, y por ello muchas personas viajan desde España para conocer este oasis en medio del océano. La mayoría de turistas conoce las islas de San Miguel y Terceira, aunque en realidad son nueve los islotes que componen esta impresionante región.
Una de las islas menos conocidas de las Azores es la de Corvo, situada en el extremo occidental del archipiélago y una de las grandes joyas ocultas de Portugal. Este islote es el más pequeño de todos, pero a pesar de su reducido tamaño tiene innumerables maravillas que dejarán perplejos a los amantes de la naturaleza. Por ello, no dudes en visitar el punto más al oeste de Europa.
El impresionante cráter volcánico en Corvo
La isla de Corvo es una isla de contrastes, ya que la mayoría de su costa está dominada por altos y escarpados acantilados, mientras que en una pequeña parte el océano Atlántico se encuentra con coladas de lava, y es que este islote es el único de las Azores que cuenta con un volcán dormido. El Caldeirão dejó de estar activo hace millones de años, aunque los parajes que crearon sus sucesivas erupciones se mantienen intactos.
En el cráter del volcán se pueden contemplar impresionantes lagunas rodeadas de monumentales mantos verdes, y justo en el borde del cráter se encuentra el mirador de Monte Gordo, desde donde se tienen las mejores vistas de todo este inhóspito paraje. Además, se encuentra a apenas seis kilómetros de la localidad de Vila Nova do Corvo, la ciudad más pequeña de Europa con apenas 430 habitantes.
Esta urbe (aunque en realidad es una localidad) cuenta con edificios tan pintorescos como la Iglesia de Nuestra Señora de los Milagros, un templo del siglo XVIII. Pero lo mejor que puedes hacer en Corvo no es acercarte a ninguno de sus edificios, sino dar largos paseos por la isla para conocer sus enclaves más imponentes, como el propio cráter del Caldeirão o el Pão de Açúcar, una imponente estructura geológica metida en el océano.
Si vas a viajar a las Azores durante este verano, no te debes quedar solo en la conocida San Miguel, sino que debes conocer otros enclaves del archipiélago igual de magníficos, como lo es la isla de Corvo. Además, cuenta con un pequeño aeropuerto en el que aterrizan aviones procedentes del resto de islotes, por lo que poder conocer esta impresionante parte de Portugal está a tu alcance.