Viajes

Exquisita gastronomía y encanto medieval en uno de los pueblos más bellos de España

Considerada una de las grandes joyas de nuestra geografía, este pequeño pueblo segoviano está situado entre las sierras de Somosierra y Guadarrama, dos lugares ideales por los que pasear en cualquier época de año. En los meses de otoño habrá que ir un poco más abrigado, pero resulta igualmente agradable por lo bonitos que son sus paisajes.

Este pequeño pueblo segoviano lo tiene todo para visitarlo en otoño y en cualquier época del año

Caminando por las empedradas calles de Pedraza encontraremos casas señoriales de piedra con escudo familiar incluido, una enorme plaza porticada, un castillo en la parte alta y un entorno privilegiado por el que nos querremos perder una y otra vez.

Una única entrada a Pedraza

Llegues desde donde llegues, para entrar en Pedraza hay que pasar por la Puerta de la Villa. Es el único acceso al Conjunto Monumental desde el siglo VII y hasta hace no mucho sus puertas se cerraban para que fuese más fácil proteger la villa.

La Puerta de la Villa es el único acceso al Conjunto Monumental de Pedraza desde el siglo VII

Este arco con detalles de decoración mozárabe está unido al torreón de vigilancia y el edificio donde se ubicó la cárcel en el siglo XVI. Hoy está restaurado y acoge un museo en el que se muestra cómo eran las antiguas celdas y algunos artilugios que se utilizaron para mantener a raya a los presos. Si se sigue por la calle de las Cuestas se llega cómodamente a un mirador desde el que comprobar tanto lo alto que está situado el pueblo como lo espectacular que es su entorno.

La gran joya de este precioso pueblo

Lo primero que sorprende de la Plaza Mayor de Pedraza es su tamaño, demasiado grande para las dimensiones del pueblo. Pero es que la intención con la que se diseñó es que todas las familias nobles tuviesen sitio en sus balcones para disfrutar de los espectáculos que allí tenían lugar. Aún hoy durante las fiestas que tienen lugar a primeros de septiembre se sigue convirtiendo en una plaza de toros. Su trazado es irregular y solo una parte está cubierta por soportales, lo que la hace todavía más especial.

Cada edificio de la Plaza Mayor tiene una larga historia, como dejan entrever sus escudos sobre las puertas

Cada uno de los edificios de esta plaza tiene una larga historia, como ya dejan entrever sus escudos sobre las puertas, pero hay una torre que sobresale en el perfil de la plaza, la de la iglesia de San Juan Bautista, la única que se puede visitar en la actualidad.

Aunque la plaza parece atraerte y es difícil dejar de mirar todos los lados, en algún momento hay que salir y poner rumbo al castillo, situado en el lado opuesto a la Puerta de la Villa. El pintor vasco Ignacio Zuloaga compró esta fortaleza en el año 1926 y, aunque pertenece a sus herederos, todavía se puede visitar una parte, como la Sala de Armas o el Museo Ignacio Zuloaga.

Menú segoviano

Una visita a Pedraza no puede terminar sin darse un buen homenaje gastronómico. Como buen pueblo segoviano, aquí el cochinillo es el rey, aunque también hay sitio para el lechazo, tan típico de gran parte de Castilla. Entre los restaurantes que encontramos en la Plaza Mayor destaca Casa Taberna, propiedad de la televisiva Samantha Vallejo-Nágera. Y fuera de la plaza, busque el Bodegón Manrique, para un menú típico segoviano: sopa castellana, ensalada y lechazo.

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