Estas son las personas que nunca deberían comer limón
Resulta sorprendente que el limón, una de las frutas con más potencial de nutrientes, pueda ser perjudicial para alguien. Más allá de la alergia, que de hecho es una de las menos frecuentes, existen circunstancias que no hacen recomendable su ingesta, sobre todo si la persona padece algún tipo de patología digestiva previa.
En los últimos años se han popularizado las bebidas con frutas en aras de favorecer un estilo de vida saludable. El limón también ha tenido su momento, difundiéndose ciertos bulos sobre los supuestos beneficios de tomar un vaso de agua con limón en ayunas, como perder peso o ayudar a disolver cálculos renales.
Lo que la ciencia sí ha constatado es que la gran cantidad de vitamina C que posee el limón, como cítrico que es, fortalece las defensas del organismo e interviene en la formación de tejidos. Beneficios a tener en cuenta, pero que al mismo tiempo suponen una contrapartida para nuestro sistema digestivo: eleva la acidez gástrica y puede favorecer el reflujo.
La contraindicación del limón es especialmente delicada si se tiene en cuenta que es una de esas frutas que siempre están presentes en los hogares, en cualquier época del año estará en el frutero. Y se puede decir que esto sucede de forma especial en España, ya que, según cifras del sector, uno de cada cuatro limones presentes en la Unión Europea son españoles, siendo Murcia el territorio donde hay más superficie cultivada.
Con patologías digestivas
Debido a la acción del ácido, todas aquellas personas que sufran algún tipo de patología digestiva deberían abstenerse de consumir limón de forma continuada y/o en grandes dosis. El efecto no es nocivo tras una ingesta mínima y puntual, salvo en casos de enfermedades de mayor envergadura, como la gastritis crónica o síndrome del intestino irritable, entre otras.
Con un esmalte dental delicado
Hablamos de un riesgo que se produciría tras una exposición continuada al ácido del limón, concretamente si se ingiere su zumo a secas o bien poco rebajado con agua. El efecto que produce en el esmalte es que dicho ácido puede ablandarlo, por eso en caso de ingesta se recomienda enjuagar la boca con abundante agua. Por ello aquellas personas con una salud dental delicada deberían evitar esta fruta.
¿Cómo identificar la alergia?
El limón pertenece a la familia de las rutáceas, al igual que el resto de cítricos (naranja, mandarina…). Lo cierto es que no es una fruta que destaque por provocar un volumen destacado de alergias, sino más bien todo lo contrario. En todo caso, como más identificables pueden destacarse los síntomas orales: enrojecimiento, hinchazón, comezón y/o ardor en los labios, la boca o la garganta.
El mecanismo de la alergia se produce en el caso del limón por una sensibilidad acentuada a la profilina, proteína responsable de la reactividad cruzada entre los pólenes, el látex y los alimentos vegetales.