Salud

Cuántas veces es normal eructar y cuándo deberías empezar a preocuparte

Eructar es una reacción natural de nuestro cuerpo que ocurre cuando liberamos gas a través de la boca desde el tracto digestivo (principalmente del esófago y estómago) al quedar atrapado durante la ingesta de alimentos, que suele tener un característico sonido.

Pero, ¿cuántos eructos se consideran normales? El diario The Sun publica un reportaje en el que intenta dar respuesta a esta y otras preguntas. Así, recuerda un estudio publicado en la revista Springer en el que la cifra normal diaria de eructos se sitúa en 30. Más en concreto, unos cuatro eructos después de cada comida se considera normal.

La gastroenteróloga Alison Schneider, en declaraciones recogidas por The Sun, explica que existen varios factores que nos hacen eructar más de lo normal.

Beber con pajita, comer demasiado rápido, beber bebidas gaseosas, masticar chicle o incluso usar dentaduras postizas que no se ajustan correctamente pueden provocar que traguemos demasiados gases.

También influyen los alimentos que ingerimos: brócoli, coles o repollo, puede producir más eructos, así como los productos lácteos y las legumbres.

Lo que ocurre es que a veces, los eructos pueden ser síntomas de problemas de salud. Por ejemplo, de indigestión o el reflujo ácido, pero van a acompañados de otros síntomas como la acidez o sentirse hinchado.

Los eructos pueden ser también un síntoma de la gastritis, la inflamación del revestimiento del estómago que también suele cursar con dolor o náuseas; o el síndrome del intestino irritable, que también se presenta con dolor o diarrea. Por último, los eructos también pueden ser un síntoma de úlcera de estómago.

La doctora Schneider dice que «si eructar demasiado interfiere con tu vida diaria o si el dolor u otros síntomas acompañan a este síntoma, esto puede indicar otra enfermedad subyacente que requiere tratamiento».

Sus consejos para evitar los eructos son comer o beber lentamente; evitar alimentos que produzcan gases; evitar las bebidas gaseosas como los refrescos y la cerveza; evitar masticar chicle; dejar de fumar; moverse después de comer o usar antiácidos.

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