Las Plazas de España más bonitas del mundo: en Madrid, Sevilla y cinco ciudades más
La remodelación de la madrileña Plaza de España hace que fijemos de nuevo nuestra vista en ella. Pero no es la única que existe con este nombre: estas son algunas de las más bonitas. Muy turísticas o casi escondidas, con impresionantes monumentos y mucha historia. Es hora de conocerlas.
ROMA
Son 135 los peldaños que dan forma a la magnífica escalinata de esta famosa piazza, a la que se accede desde via Condotti. Fue diseñada por Alessandro Specchi y Francesco De Sanctis a principios del siglo XVIII para conectar la Embajada de España con la iglesia de Trinità dei Monti, en la colina del Pincio. Es el principal monumento que encontramos en ella, pero no el único. A sus pies se alza la Fontana della Barcaccia, que bien parece un barco naufragado. Fue el Papa Urbano VIII quien encargó su construcción a Pietro Bernini, aunque fue su hijo Gian Lorenzo quien la terminó en 1627. www.turismoroma.it
MADRID
Fue proyectada en 1911 y es, desde entonces, un cruce de caminos que pone en contacto escenarios esenciales de la vida en Madrid como la Gran Vía, los jardines de Sabatini y la Plaza de Oriente. Tras una profunda reforma, luce distinta y más verde (¡tiene 1.100 árboles!), aunque el monumento en honor a Cervantes, con Don Quijote y Sancho, continúa como eje vertebrador. Cuenta con dos guardianes de excepción: la Torre de Madrid, que en su momento fue el rascacielos de hormigón más alto del mundo, y el Edificio España, que acoge el Hotel Riu, con dos miradores con el suelo de cristal. www.esmadrid.com
SEVILLA
Ha sido escenario de desfiles de la casa Dior y ha salido en multitud de películas, como Lawrence de Arabia o Star Wars. Toda ella es monumental, con aires de palacio. Situada en el parque de María Luisa, fue concebida por el arquitecto sevillano Aníbal González con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Muchas cosas en ella llaman la atención: desde los bancos de azulejos dedicados a las diferentes provincias de España hasta los cuatro puentes que cruzan las aguas del canal que la recorre, con 515 metros de longitud. Dos torres y una galería porticada enmarcan el fastuoso conjunto. www.visitasevilla.es
BRUSELAS
Muy cerca de la Grand-Place y de la Estación Central. Es ahí donde se abre esta placita totalmente peatonal, rodeada de edificios neobarrocos. Si hasta la Spanjeplein tenemos que ir es para ver de cerca su principal monumento, situado justo en el centro, que seguro nos resulta muy familiar. Dedicado a la obra más universal de Miguel de Cervantes, está formado por las figuras de Don Quijote y Sancho, réplicas exactas de las que se pueden ver en la Plaza de España de Madrid. Regalo de nuestro país, aquí lucen, sobre un pedestal, desde 1989. flandes.net
LISBOA
No es una de las plazas más famosas de la capital portuguesa, y eso que no está demasiado alejada del centro. Merece la pena pasar por ella cuando vayamos a visitar el Jardim Amália Rodrigues o la Fundação Calouste Gulbenkian, con una importante colección de arte, a solo unos pasos. Si recibe este nombre es porque en ella se levanta el Palácio da Palhavã, residencia del embajador de España en Portugal, construido en 1669. En el centro de la praça podemos ver el Arco de São Bento, del siglo XVIII, que formaba parte de la Galeria da Esperança, que distribuía el agua en la ciudad. www.visitlisboa.com
SANTO DOMINGO
Fundada en el año 1502, la Ciudad Colonial de la capital de la República Dominicana fue el primer asentamiento europeo permanente en América. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, cuenta con numerosos lugares de interés, como esta gran plaza, repleta de bares y restaurantes. Preside el lugar la estatua de Nicolás Ovando, gobernador en sus tiempos de La Española. Limita por el este con el río Ozama, aunque hay que fijarse bien en dos de sus otros lados, donde se alzan el Museo de las Casas Reales y el Alcázar de Colón, ambos de principios del siglo XVI, que se pueden visitar. www.visitarepublicadominicana.org
MANILA
Si las islas Filipinas se llaman así es por el rey Felipe II. Durante una expedición realizada en el año 1542, el explorador español Ruy López de Villalobos bautizó las islas de Leyte y Sámar con este nombre en honor al entonces príncipe de Asturias. Una estatua del monarca preside este espacio de la capital, en el distrito histórico de Intramuros, que ya existía durante la época colonial, aunque fue totalmente remodelada a finales del siglo XX. En sus orígenes era conocida como plaza de La Aduana, por el edificio de la Intendencia que aún hoy se mantiene en pie. filipinasturismo.com