Salud

La relación entre el acné y las hormonas: causas y remedios para evitar que salgan granos

En el terreno de la ciencia hay que intentar desterrar siempre los falsos mitos o los dogmas confusos. En el cuidado de la piel, como en otros muchos campos, existen y tienen su influencia, pero en esta época de claridad y de hechos probados, podemos conocer en profundidad porqué se producen los procesos y qué los ocasionan.

¿Qué es el acné?

El acné es básicamente un desequilibrio en la ecología de la piel, de lo que hoy en día se conoce como microbioma. En la superficie de nuestra piel, en nuestra boca o en nuestro intestino, conviven hongos, virus y bacterias. Unos buenos, otros regulares y algunos francamente malvados (afortunadamente los menos).

Estamos dotados de un poderoso sistema de defensas, de una especie de policía que controla que los microorganismos se mantengan dentro de unos límites y, desde luego, que los más peligrosos estén absolutamente vigilados.

Por poner una comparación, dentro de nuestra nariz viven controladamente las bacterias responsables de provocar neumonía. Si nuestras defensas son potentes jamás contraeremos esta enfermedad, como les ocurre a la mayoría de los humanos. Pero si nuestras defensas bajan, nuestros enemigos microscópicos, que son unos grandes oportunistas, nos atacarán sin piedad y caeremos enfermos.

En la superficie de la piel pasa exactamente lo mismo. Cutibacterium acnes es el nombre de la bacteria que suele ser la causa principal de la aparición del acné. Si nuestras defensas se vuelven ineficaces, se va a volver agresivo y a despendolarse.

Empezará a alimentarse de los ácidos grasos beneficiosos para la piel, a fabricar toxinas, que irritan e inflaman y a multiplicarse exponencialmente.

¿Pero qué tienen que ver las hormonas con este proceso?

Si aumentan los andrógenos, las hormonas masculinas, presentes tanto en hombres como en mujeres, la piel se vuelve más grasa y creamos un caldo de cultivo más favorable para la infección. La relación no es directa aunque si indirecta. Como puede ocurrir con el estrés o el consumo de determinados alimentos muy grasos.

No es que existan propiamente acnés de estrés, pero sí que influye en el acné que ya existe.

La mayoría de los adolescentes y muchos jóvenes tienen un balance hormonal alterado, pero eso no los conduce necesariamente al acné. Solo es uno más de los factores agravantes.

¿Qué podemos hacer si tenemos granitos y nuestras hormonas están desequilibradas?

Afortunadamente contamos con un amplio abanico de plantas y moléculas que ayudan a equilibrar las glándulas sebáceas. Vegetales como el palmeto, la calabaza, el espino blanco y la raíz de regaliz, todas ellas tienen un efecto antiandrógeno. O sea, que bloquean la acción de la testosterona sobre la producción de sebo. Por lo tanto, van compensando de forma natural el exceso de lípidos.

El uso de cremas que contengan el ácido Beta-Glicirrético, la molécula más activa de la planta, es una garantía para mejorar la salud de la piel grasa y con tendencia a granitos

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