Viajes

La región desconocida del sur de Francia con los pueblos y los paisajes más bellos de la Provenza

Situada al sur de Marsella, la zona de Luberon se presenta como el corazón de la Provenza, esa región que tan fácil es asociar a campos malva repletos de lavanda, pueblos que rebosan tradición y rincones ideales que siempre parecen recién sacados de una película romántica. La ventaja de Luberon es que la vida es algo más tranquila que en puntos más masificados en el mapa y, por lo tanto, se respira un aire más relajado y también más auténtico.

El punto fuerte de este adorable rincón del sur de Francia es la naturaleza. Dejarse impresionar por los inmensos campos de lavanda que tiñen el paisaje cada verano es fácil. Pero hay lugares en los que esto es todavía más impresionante. Uno de los mejores puntos para disfrutar de este espectáculo natural es la meseta de Valensole, cuya elevación nos permite disfrutar de ese paisaje tan característico en el que la lavanda se extiende hasta el horizonte, una de las fotografías más repetidas de la Provenza.

El Parque Natural Regional de Luberon es un tesoro, con rutas fáciles para recorrer a pie o en bicicleta y miradores a los campos de la Provenza

Pero Luberon es mucho más que lavanda. El paisaje aquí cambia constantemente: colinas cubiertas de viñedos y olivares, gargantas naturales escondidas entre bosques de pinos y cipreses, y parques naturales donde disfrutar de senderos que parecen diseñados para perderse sin rumbo. El propio Parque Natural Regional de Luberon es un tesoro en sí mismo, con rutas fáciles para recorrer a pie o en bicicleta y miradores desde los que la Provenza se despliega como un lienzo perfecto.

De pueblo en pueblo

Entre tanta naturaleza, también hay pequeños tesoros donde el tiempo parece haberse detenido. Entre los pueblos más visitados destaca Gordes. Colgado sobre una colina y con unas vistas que parecen un cuadro, es probablemente el pueblo más fotogénico de toda la Provenza. Su castillo, sus casas de piedra dorada y sus miradores al valle lo convierten en parada obligada.

Un poco más al norte aparece Roussillon, que rompe con la paleta habitual de tonos pastel provenzales. Aquí el protagonista es el color ocre, que tiñe fachadas debido a las antiguas canteras que rodean el pueblo y que se pueden conocer siguiendo el sendero de los Ocres.

Lourmarin es otro de esos nombres que conviene apuntar. Es conocido por su mercado semanal, que llena sus plazas de productos locales, desde quesos y vinos hasta jabones de lavanda. Provenza 100%.

Castillos, viñedos… un poco de todo

Además de sus paisajes y sus pueblos de cuento, Luberon también presume de un interesante legado histórico que se refleja en sus castillos y fortalezas, muchos de ellos perfectamente conservados. El más destacado es el castillo de Lourmarin, un elegante edificio renacentista que combina historia y cultura ya que, además de abrir sus salas al público, acoge exposiciones y conciertos.

Otro imprescindible es el castillo de Ansouis, que domina el paisaje desde lo alto de una colina y cuya historia se remonta al siglo X. Desde sus terrazas, las vistas sobre los viñedos del valle son un regalo extra para quienes lo visitan y te dan la pista de la siguiente parada: una terraza al sol degustando una buena copa de ese vino de la zona. A sólo dos horas de la Costa Azul, se puede acceder fácilmente a Luberon desde Aviñón (30 minutos), Marsella (1 hora) y Aix-en-Provence (40 minutos).

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