Vivienda

La mítica sala Fortuny, del empresario Javier Merino, sale a subasta: 23,5 millones

Se encuentra ubicada en el barrio de Almagro, en pleno distrito de Chamberí y durante casi medio cuarto de siglo se ha convertido en uno de los lugares de reunión de la ‘jet set’ española. Hablamos de la sala Fortuny, ubicada en el número 34 de la calle del mismo nombre, que sale a subasta por 23.520.230,80 euros. La sala, propiedad del empresario Javier Merino Cuesta, es el último de sus activos que salen a subasta judicial para hacer frente a las múltiples deudas de sus empresas, declaradas en concurso hace siete años.

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El Juzgado de Primera Instancia número 31 de Madrid acaba de instar la ejecución hipotecaria de este activo a instancia de Glencar ICAV, uno de los múltiples acreedores del empresario, contra Multipromotur, una de las múltiples compañías de Javier Merino —como Star Petroleum Red y Multipetróleos—. Desde que sus compañías se declararon en concurso, varios acreedores, no solo bancos, sino otro tipo de compañías como Glencar, han llevado a Merino a los tribunales para intentar cobrar sus deudas. Una batalla judicial que en los últimos meses ha llevado a subasta varios activos a nombre de estas compañías desde un ático a una gasolinera o un local comercial.

Glencar ha conseguido instar la subasta por una deuda de 16,7 millones con Multipromotur

En este caso, Glencar ICAV reclama a Multipromotur 16.725.806,45 euros y el juez ha instado la subasta de esta sala para conseguir que el acreedor cobre sus deudas. Según recoge el Boletín Oficial de Estado (BOE) de este lunes, para poder pujar por este activo, será necesario depositar 1,17 millones de euros, mientras que las pujas se realizarán por tramos de 470.404,61 euros.

La joya de la corona de Merino

La sala Fortuny fue inaugurada en mayo de 1997. Cuenta con una superficie construida de 1.178 metros cuadrados, sobre un solar de 917 metros. El edificio consta de tres plantas, divididas en un restaurante en el ático, dos plantas reservadas a las copas y la discoteca y un jardín que en verano alberga otro restaurante. Según el certificado de cargas, está libre de arrendatarios, mientras que el activo está inscrito a favor de la sociedad Palacete Fortuny, compañía ya extinguida, según el registro mercantil, una sociedad de Javier Merino y su hermana Raquel.

Esta sociedad adquirió el edificio el 26 de noviembre de 1996 y cuenta con varias cargas. La primera de ellas, una hipoteca a favor de Banco Espirito Santo —ahora Novo Banco—, concedida a la sociedad Multipromotur de 15 millones de euros, que vencía en 2014, con un periodo de carencia inicial de dos años, durante el cual solamente se liquidarían y pagarían intereses cada tres meses. Dicha hipoteca vencía el 30 de octubre de 2019, tras haber sido ampliado el capital de la hipoteca en dos millones de euros. Pero, asimismo, figuran varias cargas más, a favor también de Novo Banco y Bankia.

Sala Fortuny. (Google maps)Sala Fortuny. (Google maps)Sala Fortuny. (Google maps)

Los expertos consultados explican que el hecho de que el acreedor sea ahora Glencar ICAV podría deberse a la compra por parte de esta compañía de dicho préstamo que, al entrar en mora, es Glencar y no Novo Banco o Bankia, quien ha instado la ejecución hipotecaria

Durante más de 20 años, la sala Fortuny ha sido punto de encuentro de rostros más populares de nuestro país, tanto del mundo empresarial como de la farándula, pero también de algunas grandes estrellas de Hollywood.

«El éxito de Fortuny no solo reside en su elegante construcción, un palacete del siglo XIX (1930), sino en la atrevida mezcla de su clientela. En este exclusivo local conviven futbolistas, artistas, políticos, tenistas, empresarios y las ‘socialites’ patrias más glamurosas. Y todo regido bajo el mismo lema: la máxima privacidad», era la descripción que realizaba de la sala en 2017 la revista ‘Vanity Fair’ con motivo del 20 aniversario de la sala.

No es la primera vez que le ejecutan

La subasta de la Sala Fortuny es la puntilla al emporio de Javier Merino que ha visto cómo en los últimos años los tribunales han ido liquidando el patrimonio de sus empresas para que los acreedores puedan cobrar sus deudas.

En 2019, el Banco Santander consiguió que un juez de Madrid sacara a subasta un ático de 400 metros situado en la calle Santander, propiedad de Star Petroleum. La entidad cántabra reclamaba al empresario una deuda de 1,2 millones de euros. Aquella propiedad salió a subasta por 2,5 millones. Ese mismo año, el mismo juzgado, el de lo Mercantil número 10 de Madrid, instaba, también a favor del banco cántabro, la subasta de un terreno sin edificar en el pueblo de Bezana (Cantabria) y un local comercial en San Sebastián de los Reyes para intentar recuperar casi 650.000 euros.

Javier Merino, en la pasarela Cibeles. (Cordon Press)Javier Merino, en la pasarela Cibeles. (Cordon Press)Javier Merino, en la pasarela Cibeles. (Cordon Press)

El goteo de ejecuciones hipotecarias contra los activos de sus empresas ha sido continuo, ya que hace unos dos meses Liberbank conseguía que ese mismo juzgado, el de lo Mercantil número 10 de Madrid, instara la ejecución hipotecaria de una finca en Canet de Mar, en Barcelona, sobre la que se levanta una gasolinera. Con aquella subasta, Liberbank esperaba recuperar los algo más de 2,3 millones de euros que reclamaba a Star Petroleum Red y Multipromotur. El precio de la subasta en aquella ocasión ascendía a poco más de cinco millones de euros.

Hace apenas unas semanas, Glencar —por otra deuda con Multipromotur de 800.000 euros— conseguía instar la subasta judicial de una vivienda de 264 metros cuadrados en la calle Menéndez Pidal 19, que sale a subasta por 1,7 millones de euros.

Las compañías de Javier Merino llevan años formando parte de la lista de morosos con Hacienda. Star Petroleum Red mantiene una deuda con el Estado de 1,2 millones de euros. Esta petrolera estaba ligada a numerosos apellidos ilustres de la ‘jet set’ madrileña y árabe, como Javier Merino o Massoud Zandi, y llegó a estar valorada en 300 millones de euros. Otra de sus compañías, Multipromotur, a la que ahora se ‘ejecuta’, sigue manteniendo con Hacienda una deuda de 1,06 millones de euros, mientras que Multipetróleos sigue debiendo a las arcas públicas 1,2 millones.

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