Vivienda

Digitalización, garantías para los inversores… Los retos de la construcción en 2022

El sector inmobiliario ha sufrido una fuerte sacudida durante la pandemia, alcanzando parámetros económicos que no se veían desde el estallido de la burbuja hace años. Sin embargo, hay matices que diferencian esta crisis de la sufrida en 2008, puesto que en esta ocasión no ha sido el protagonista y las entidades financieras pueden ofrecer una estabilidad que en el anterior periodo no tenían.

Para empezar, los datos del INE muestran que, mientras la compraventa de viviendas fue cayendo constantemente desde 2007 (en 2009 se vendieron un tercio de las vendidas dos años antes), la actual crisis hizo que, en su peor momento, el sector no cayera ni a la mitad de sus cifras. Además, el descenso se produjo durante tres meses e inmediatamente volvió a subir, recuperando los niveles previos. Por otro lado, la estabilidad financiera actual es un hecho: el propio Banco de España muestra que, mientras en 2007 el crédito bancario cayó al mismo nivel que lo hacía el PIB, a día de hoy el crédito de las entidades ha seguido estando disponible para los consumidores.

En este contexto, hay otra buena noticia: el aumento de la demanda. Según los el Instituto Nacional de Estadística (INE) la compraventa de viviendas no para de crecer. Sufrió un evidente bajón con la llegada del coronavirus, pero a día de hoy ha recuperado el ritmo. En agosto de este año, de hecho, se vendieron casi 50.000 viviendas en nuestro país.

Además, si nos fijamos en los datos históricos veremos que el sector no solo ha vuelto a los niveles previos a la pandemia, sino que incluso está superando dichas marcas. El índice actual solo es superado por los existentes antes de la crisis de 2008.

Los retos: obsolescencia, mercado, recursos…

Con todo, el sector se enfrenta a una serie de retos que tendrá que ir afrontando a lo largo de 2022. El primero de ellos es la posible obsolescencia del mercado. Según los datos que maneja la Unión Europea, las tres cuartas partes de las viviendas son anteriores a la entrada en vigor de las primeras directivas europeas sobre eficiencia energética. No es una cuestión menor, ya que los edificios son responsables del 40% del consumo energético de la UE y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero, generadas principalmente durante su construcción, utilización, renovación y demolición.

Por ello, hay un parque de viviendas que difícilmente podrán adaptarse a los nuevos requisitos. Y cuando tengan que hacerlo, eso supondrá una inversión añadida. Por otra parte, «los esperados fondos europeos solo supondrán un 25% de las necesidades de financiación«, afirman desde MIC Insurance, «por lo que se hace necesario buscar otras alternativas de recursos, algo complicado teniendo en cuenta que los bancos han endurecido sus requisitos hacia el sector».

Otro de los retos es la simplificación de los requisitos administrativos, ya que son muchas las gestiones y trabas que retrasan los proyectos. En este sentido se está avanzando ya en trámites como la digitalización de licencias y plataformas para la industrialización de viviendas. Y es que la sociedad española ha acelerado su transformación digital, con lo que le pide al sector inmobiliario plataformas que faciliten las relaciones de compraventa.

Por otro lado, son muchos los agentes del sector que también reclaman una mejora de los instrumentos financieros que faciliten la tranquilidad del promotor inmobiliario, tanto a nivel obligatorio como voluntario. En este sentido cobran importancia los seguros de todo riesgo de construcción. Hay que destacar la tendencia a la especialización de determinadas compañías aseguradoras que van buscando ofrecer soluciones globalizadas en determinados sectores. Por ejemplo, MIC Insurance está apostando por dotar de «las más completas coberturas aseguradoras al promotor inmobiliario», afirman desde la compañía.

El objetivo es «aumentar garantías, minimizar los riesgos y facilitar al mercado una base de confianza multiplicada»

En este sentido, ofrece «un producto globalizado que integra todas las garantías que necesita este actor del segmento económico de la promoción para darle total tranquilidad: desde la garantía decenal hasta la responsabilidad civil, todo en un único seguro con doce coberturas que servirá para elevar el nivel de la gestión de riesgos en la construcción, y dar mayor confianza al consumidor final. «Llevamos décadas ofreciendo soluciones al sector de construcción, adaptándonos a cada circunstancia según la época, y conocemos los puntos débiles y fortalezas de las pólizas actuales», incide Antonio Morera Vallejo, presidente de MIC Insurance. «Es por eso que ahora podemos ofrecer un producto global que facilite al promotor su gestión con total tranquilidad para sus clientes».

El objetivo, en definitiva, es «aumentar garantías, minimizar los riesgos y facilitar al mercado una base de confianza multiplicada, de forma que se potencien los instrumentos esenciales para alcanzar en 2022 los niveles de crecimiento que la economía española necesita para uno de sus pilares fundamentales».

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