Salud

Presbicia: qué es, por qué aparece cada vez a edades más tempranas y cómo evitarlo

La presbicia es una condición que, esencialmente, dificulta tu capacidad para ver de cerca con precisión, y afecta a la gran mayoría de la población a partir de los 40 años de edad.

Si has comenzado a notar que tienes que alejar los objetos como libros, etiquetas de productos que compras, cartas de restaurantes o el móvil para poder leerlos, lo más probable es que se trate de presbicia. La forma de saberlo con certeza es mediante una consulta oftalmológica.

Gafas para leer de cerca

La mayoría de las personas hoy en día compensan la presbicia con gafas para leer de cerca, que por supuesto se pueden comprar en ópticas y que se pueden encontrar también en muchas farmacias, aunque hay quienes optan por gotas, lentes de contacto o una cirugía refractiva, con los riesgos que puede conllevar.

Sin embargo, la presbicia parece llegar cada vez más temprano en la sociedad moderna según nos advierte la doctora Ainhoa de Federico, profesora investigadora de la Universidad de Toulouse y autora del Método Volver a ver claro. Diferentes estudios muestran que hace 30 años lo típico era que comenzara a partir de los 50, no obstante hoy en día muchas personas la experimentan ya desde el inicio de sus 40.

Saber por qué esta condición se está adelantando, permitirá poder retardar lo más posible su aparición y disfrutar de una buena vista el mayor tiempo posible.

¿Qué es la presbicia y cómo funciona?

Podríamos decir que nuestros ojos funcionan como una cámara. Al igual que una cámara enfoca la luz en una película para crear una imagen clara, nuestros ojos enfocan la luz en la retina, que es como la película de la cámara ubicada en la parte posterior de nuestros ojos. En la retina los impulsos luminosos son transformados en impulsos nerviosos, pasan por el nervio óptico y son interpretados como imágenes en el cerebro. De hecho, el 80 a 90% de nuestra experiencia visual depende de la gestión de la información en el cerebro y no de los ojos.

Como los objetos están a distancias diferentes, los ojos tienen que hacer un ajuste para que todos los estímulos luminosos que llegan de diferentes distancias queden enfocados en la retina.

Los músculos ciliares son los encargados de cambiar la forma del cristalino: cuando miras algo lejos, los músculos ciliares se relajan y el cristalino se aplana. Cuando miras algo de cerca -como un libro o un móvil- los músculos ciliares se contraen y el cristalino se abomba para hacer un efecto lupa. Esta capacidad para cambiar de forma del cristalino se llama “acomodación de la refracción”, y nos ayuda a mantener una imagen clara tanto si los objetos están lejos como cerca.

En un ojo joven el cristalino es suave y flexible

En un ojo joven, el cristalino es suave y flexible y es capaz de cambiar de forma muy fácilmente. Con el envejecimiento, el lente comienza a perder su flexibilidad y se vuelve más rígido y no puede cambiar de forma tan fácilmente como antes. Así es más difícil enfocar cosas que están cerca.

Sin embargo, posiblemente conozcas a alguna persona mayor que conserva una agudeza visual envidiable, como el Papa Juan Pablo II que nunca llevó gafas para leer a pesar de su avanzada edad.

Más allá de casos anecdóticos, la antropología describe sociedades enteras con esperanzas de vida de gran longevidad – como los Hunza en el Himalaya o los Vilcabamba en Ecuador – en las que la prevalencia de la presbicia es mucho menor que en nuestras sociedades occidentales industrializadas. Incluso en China continental, hasta hace aproximadamente 30 años, la presbicia era muy escasa y sin embargo ahora los problemas de visión no sólo se han puesto a la par del mundo occidental, sino que en Asia se han disparado a niveles nunca conocidos en la historia.

¿Por qué se está adelantando la presbicia?

La Dra. de Federico sugiere que varios factores están contribuyendo a esto:

Diferencias profesionales: Las ocupaciones que requieren un trabajo prolongado de cerca, como las que se encuentran en la academia o la tecnología, pueden reportar síntomas más temprano debido a la demanda frecuente de acomodación de la refracción.

Uso de pantallas: El uso excesivo de pantallas digitales, desde teléfonos inteligentes hasta ordenadores, puede exacerbar o precipitar los síntomas de la presbicia. Pasar largas horas enfocando objetos de cerca puede forzar los ojos y potencialmente conducir a una presbicia temprana (Rosenfield, 2011).

Salud general: La salud general, la nutrición y los factores del estilo de vida, como la diabetes, la esclerosis múltiple y las enfermedades cardiovasculares, pueden afectar la salud ocular y potencialmente acelerar el inicio de la presbicia (American Academy of Ophthalmology, 2020).

Fármacos: Ciertos fármacos están asociados a los síntomas de la presbicia prematura, como los antidepresivos, los antihistamínicos y los diuréticos.

Diferencias geográficas: La prevalencia y el inicio de la presbicia pueden variar según el país debido a factores genéticos, influencias ambientales, hábitos de estilo de vida o acceso a la atención médica, entre otras.

Educación e ingresos: Los niveles más altos de educación e ingresos a menudo se correlacionan con un mejor acceso a la atención ocular, lo que podría llevar a una detección y reporte más tempranos de la presbicia. Los niveles más bajos de ingresos y educación a menudo se asocian con un diagnóstico y tratamiento tardíos o inexistentes (Fricke et al., 2012).

Urbano versus rural: Los residentes urbanos, especialmente aquellos en regiones desarrolladas, generalmente tienen mejor acceso a los servicios oftalmológicos y tienen más probabilidades de recibir un diagnóstico oportuno de presbicia. Sin embargo, las demandas del trabajo digital en entornos urbanos podrían llevar a un inicio o reporte más tempranos de los síntomas.

Diferencias de género: Diversos informes sugieren que las mujeres pueden ser más propensas a tener presbicia y a que ésta llegue antes. Algunos estudios lo atribuyen a los cambios hormonales, particularmente alrededor de la menopausia (Patel et al., 2006), aunque otros apuntan a variables de otra naturaleza que pertenecen al siguiente punto.

Gestión emocional y relaciones sociales: Investigaciones en el área de la psicología (Kelley 1958, Brofman 1990) y la sociología (de Federico y Meidani 2016) han descubierto correlaciones estables entre emociones recurrentes o no resueltas y la aparición de síntomas de la vista. En el caso de la presbicia se corresponde con la sensación de haber dejado de ser útil, que todo avanza demasiado rápido, que lo mejor de la vida ya pasó, con una mirada de nostalgia, ira o culpa hacia el pasado y menos interés por el presente, dejando de prestar atención a los centros de interés propios y dedicándose a apoyar a los “nuevos protagonistas”.

Muchos de estos factores inhiben los estímulos a mirar a distancias diferentes, lo cual dificulta el entrenamiento del tono de los músculos ciliares, que son naturalmente 400 veces más fuertes de lo necesario para cambiar la forma del cristalino, y permitir el enfoque. Al combinar la pérdida de flexibilidad del cristalino con el desuso de los músculos ciliares, la experiencia de la presbicia se acelera en el tiempo.

¿Quieres recibir los mejores contenidos para cuidar tu salud y sentirte bien? Apúntate gratis a nuestra nueva newsletter.

Mostrar más

Deja una respuesta

Botón volver arriba