Economía

Más de la mitad de los españoles con más de 55 años suele prestar dinero a sus familiares cercanos, sobre todo a sus hijos

Las continuas subidas en el coste de la vida que están sufriendo los consumidores españoles en los últimos tiempos están mermando cada vez más su economía doméstica. Esta situación está afectando especialmente a los trabajadores más jóvenes, cuyos salarios se han revalorizado menos que las pensiones en los últimos quince años.

Según la encuesta de población activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), casi la mitad de los trabajadores menores de 25 años cobra salarios inferiores a 1.252,7 euros brutos al mes, lo que supone menos que el salario mínimo (1.260 euros en 12 pagas). Por contra, la nómina media, la que cobra la mayoría de trabajadores, se sitúa en los 1.814 euros brutos al mes.

En este contexto, muchas familias se ven obligadas a prestar dinero a sus hijos para que puedan llegar a fin de mes. En concreto, el 53% de los séniores españoles reconoce que ayuda económicamente a miembros de su familia o personas de su entorno cercano, la mayoría (42%) a sus hijos, aunque también a hermanos, primos o sobrinos (11%).

Así lo asegura el IV Barómetro del Consumidor Sénior realizado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre, en colaboración con Google España, para conocer los hábitos y costumbres de los más de 16 millones de españoles -el 33% de la población nacional- que superan los 55 años.

El informe, basado en más de 2.000 encuestas, revela que el colectivo de personas de entre 61 y 65 años son las que más apoyo económico ofrece (58%) a sus más allegados, seguido de los ciudadanos de entre 66 y 70 años (57%), y que la gran mayoría de los séniores nacionales creen que esta tendencia de prestar dinero a personas cercanas no disminuirá en los próximos años, sino que aumentará (77,8%).

En general, los hogares de los españoles mayores de 55 años cuentan con una situación económica saneada, ya que el 55,8% dispone de más de un ingreso. «Se trata de una parte de la población que tiene dinero, propiedades y que ahorra. No es frágil, todo lo contrario. Supone un motor económico para el país. Es un grupo poblacional que vive bien y puede ayudar a que vivan mejor el resto de cohortes», ha afirmado Iñaki Ortega, codirector del informe y profesor y Consejero Asesor del Centro de Investigación Ageingnomics.

Ahora son más los que ahorran

En relación al ahorro, el estudio detalla que en el último año ha aumentado el porcentaje de séniores que ahorran a final de mes, al pasar del 43% en 2022 al 49% en 2023, lo que supone un crecimiento de seis puntos. En 2020, año de estallido de la pandemia del coronavirus, este porcentaje era del 56%; mientras que en 2021 bajó al 48%.

El observatorio refleja también que casi la mitad (49%) de este segmento de la población nacional se considera ahorrador (49%). De entre ellos, es decir: los que guardan una parte de sus ingresos en lugar de gastarlos, la mitad confiesa que solo puede ahorrar un 10% o menos frente a un 22% que lo hace entre un 11 y un 30%. Solo un 4% ahorra más del 30% de sus ingresos regulares.

Sobre la evolución actual de los precios, la mayoría siente que se está poniendo en riesgo su estilo de vida: un 59% lo achaca al alto coste de la vivienda y las facturas energéticas (luz, gas…) mientras que para un 53% está más relacionado con los alimentos y bebidas no alcohólicas.

Casi al 35% le gustaría sacar mayor beneficio a su casa

En cuanto a la vivienda, a nivel general, se mantiene estable el porcentaje de población sénior con cargas en forma de hipoteca o préstamos. En este sentido, más del 80% son propietarios de su vivienda y sólo el 15,7% mantiene una hipoteca o préstamo.

No obstante, al 34,6% le gustaría sacar mayor beneficio económico de su inmueble a través de las distintas opciones que ofrece el mercado (hipoteca inversa, nuda propiedad…), aunque casi la mitad (45%) tiene previsto residir en su vivienda actual para siempre, porcentaje que crece a medida que avanza la edad, pasando del 24% en la franja entre los 55 a 60 años, y hasta el 68% a partir de los 71 años.

En España no existe el marco adecuado para facilitar pasar de la fase de trabajo hasta la jubilación»

En cuanto al trabajo, sólo el 19% desea alargar su vida laboral más allá de la edad de jubilación. Esta situación se da especialmente entre quienes cuentan con un nivel de estudios superior y entre aquellos con una edad comprendida entre los 66 y los 70 años (26%).

En este sentido, Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics, ha opinado que «en España no existe el marco adecuado para facilitar pasar de la fase de trabajo hasta la jubilación» debido a que «no hay una regulación del trabajo flexible, parcial o la jubilación activa». «Hay que avanzar en la regulación», ha insistido Fernández, que ha puesto como ejemplos a países como Suecia o Alemania, donde el porcentaje de trabajadores que alargan su vida laboral se triplica respecto a España.

Por último, el informe recoge que la brecha digital se acorta y que el número de seniors que está en internet alcanza ya los 12 millones (73%), creciendo aproximadamente a razón de un millón cada año.

Las actividades online que los mayores de 55 años realizan con mayor frecuencia son leer la prensa, ver contenidos multimedia, realizar operaciones bancarias y escuchar podcasts o la radio. También hacen uso de las redes sociales y de las principales aplicaciones: 11,8 millones usan YouTube asiduamente; 10,7 Facebook; 9,9 Gmail, y 7,7 Instagram.

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