Detectan más de 5.200 litros de aceite de oliva adulterado con aceite lampante: ¿Existen riesgos para la salud?

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El pasado lunes, la Guardia Civil detuvo a once personas que supuestamente formaban parte de una organización criminal dedicada a la distribución internacional de aceite de oliva adulterado. Como parte de la misma operación, ha informado el medio Heraldo de Aragón, se inmovilizaron 16 depósitos de aceite con más de 5.200 litros del producto preparado para la venta.

¿Qué es el aceite lampante?

Según la Guardia Civil, concretamente la organización mezclaba los aceites turbios a lampantes, considerados no aptos para el consumo humano y los ‘convertían’ en virgen o virgen extra mediante cambios en la documentación.

Tal y como explica el Consejo Oleícola Internacional, el aceite de oliva lampante es un aceite de oliva no apto para el consumo tal y como se obtiene y que se caracteriza por tener una acidez libre expresada en ácido oleico superior a 3,3 gramos por 100 gramos y/o cuyas características organolépticas (aspecto, textura, olor, sabor…) no corresponden a las fijadas por la norma COI/T.15/NC nº 3. Se destina, pues, a su posterior refinado o a usos técnicos.

Por tanto, no es necesariamente tóxico en sí mismo: simplemente no cumple con los estándares de calidad que se requieren para su uso humano.

Otros casos de aceite adulterado

Aún así, cabe señalar que se han intervenido en otros casos aceites adulterados con otros tipos de aceite refinado (incluso de usos industriales) que sí que podían suponer un riesgo importante para la salud. Por ello, se recomienda en todos los casos evitar su consumo cuando se detectan, ya que el producto no cuenta con todas las garantías sanitarias.

Quizás el caso más conocido en nuestro país es el que tuvo en 1981, cuando se vendieron aceites desnaturalizados de colza (es importante recordar que el aceite de colza en sí mismo tampoco supone un problema; sólo sus versiones desnaturalizadas) como aceites aptos para el consumo humano. Aquel episodio provocó un brote de síndrome tóxico en más de 20.000 personas, que en algunos casos aún conviven con las consecuencias hoy en día.