«Con Kira somos una familia numerosa especial»: los madrileños acogen en sus casas a refugiados de Ucrania
Sergio, y otros héroes madrileños, regresaron con varios autobuses llenos de miedo pero también esperanza. «Cuando llegamos a Madrid había tres chicas (Kira, María y Tetiana) de 17 años que estaban muy asustadas, los responsables de los lugares de ayuda nos dijeron que las mandarían a centros de menores. Hablé con mi mujer, y casi sin tiempo, decidimos que teníamos que acogerlas en nuestra casa. «No podíamos dejarlas solas, se merecen una segunda oportunidad«, explica este joven, mientras que en sus palabras se puede vislumbrar mucha ilusión.
Hay tres millones de personas que ya han huido de Ucrania desde que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, tomara la decisión de «invadir» el país vecino con el objetivo de su «desmilitarización» y «desnazificación«, los cálculos de la ONU apuntan a que hasta cuatro millones de ucranianos, niños y mujeres en su mayoría, abandonarán el país a causa del conflicto. Es el mayor éxodo que ha sufrido Europa en décadas.
Hay decenas de madrileños que a título individual están acudiendo con sus vehículos a los países fronterizos con Ucrania, especialmente a Polonia, para recoger a desplazados. Este es el caso de este joven, un director comercial de una empresa de publicidad digital, que cuenta a 20minutos que tras ver lo que estaba sucediendo en Ucrania inició, junto con la Fundación Madrina, una iniciativa particular para ir a ayudar a estas personas. «Fuimos a la frontera, y lo que vimos allí fue aterrador. Miles de personas sufriendo, sin saber qué es lo que tienen que hacer ni a donde ir«, señala.
La familia de Sergio ha acogido a una de estas tres chicas (Kira) en su casa, él vive con su mujer, María y psicóloga de profesión, y sus tres hijos. Ahora comenta que son «una familia numerosa especial«. Ambos aseguran que tomaron la decisión de acoger «sobre la marcha», pero que ahora están contentos porque consideran que están haciendo lo correcto por unas personas que «no se merecen este sufrimiento». «Hemos asumido una responsabilidad muy grande, pero esto lo hacemos de corazón. Ella en casa está alegre, juega con los pequeños y siempre la tenemos entretenida para que no piense mucho en lo que ha dejado atrás», sostiene.
Este director comercial detalla, que María se ha quedado con la familia de su cuñado (Diego), y Tetiana, con una vecina y amiga suya (Belén). Explica que todas se encuentran en el mismo edificio, puerta con puerta, para que se sientan cerca una de la otra y su estancia aquí se les haga mucho más llevadero.
«Ellas provienen de Járkov y han sufrido una odisea, tuvieron que tomar la difícil decisión de dejar a sus familiares allí. Sus padres tienen que quedarse a luchar, y sus madres deben seguir trabajando, y algunas tienen personas mayores que no pueden moverse y son su responsabilidad. Huir solas y sin saber si vas a volver a ver a tus padres es algo que es muy complicado de asimilar«, indica.
«Nos preocupa su educación»
Sergio detalla que las tres jóvenes se encontraban estudiando en la universidad en el momento en el que estalló la guerra, una estaba cursando relaciones internacionales, y las otras dos, una programación informática y otra, periodismo. Estas menores ucranianas saben perfectamente inglés, provienen de una clase media que ha tenido la suerte de poder costearse una carrera. Por ello, una de las preocupaciones de la familia de Sergio es que sigan estudiando.
«Ahora mismo lo que más nos preocupa es su educación. No quieren dejar de estudiar. Por eso estamos esperando a que la Comunidad de Madrid nos diga qué es lo que tenemos que hacer para que podamos integrarlas plenamente y puedan seguir formándose. Tenemos muchas dudas que nos tienen que resolver«, indica.
La mayoría de las familias, como las de Sergio, se quejan de que no tienen información sobre cómo tienen que actuar ante la acogida de refugiados. Sostienen que muchas de ellas desean acoger, pero no saben cómo hacerlo. «Ahora uno de los problemas es que muchas mujeres y niños ucranianos que vienen no tienen familia de acogida, y hay familias que quieren acoger, pero no hay información«, asegura.
Este conflicto bélico está dejando millones de historias de supervivencia como las de estas tres jóvenes ucranianas. Despertarse en mitad de una guerra y dejar todo atrás, hasta su familia, sin saber si podrán volver ni cuándo terminará todo esto. Una pesadilla que lamentablemente es una realidad.