Viaje por Europa en cinco monumentos que no te puedes perder
Este 18 de abril es el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, y qué mejor forma de rendir homenaje a esta onomástica que haciendo un viaje por las curiosidades de cinco monumentos simbólicos de Europa.
La Torre Eiffel (París)
El proyecto de una torre de 300 metros, diseñado por el ingeniero Gustave Eiffel, nació con motivo de la preparación de la Exposición Universal de 1889 en París. La torre está formada por 7.300 toneladas de hierro, 60 toneladas de pintura y 5 ascensores.
Necesitaron cinco meses para construir los cimientos y 21 meses para ensamblar la parte metálica de la torre. «Es una velocidad récord, si se tienen en cuenta los medios rudimentarios de la época», rezan desde su web oficial.
Cada una de las 18.000 piezas de la torre fue diseñada y calculada antes de ser trazada al milímetro y ensamblada por elementos de unos cinco metros. Entre 150 y 300 obreros se encargaron del montaje de este gigantesco monumento.
Big Ben (Londres)
Cuando hablamos de Big Ben a todos se nos viene a la mente la Torre del Reloj del edificio del Parlamento de Londres; sin embargo, «esta denominación no es del todo exacta, ya que el Big Ben realmente es una enorme campana de 14 toneladas que se encuentra en el interior de la torre», sostienen desde la web turística Civitatis. El nombre que recibe oficialmente es Torre Elizabeth, anteriormente conocida como Clock Tower (‘Torre del reloj’).
La construcción de la torre de 96,2 metros de altura —que alberga el reloj de cuatro caras más grande del mundo— se completó en 1858 y el reloj comenzó a funcionar el 7 de septiembre de 1859.
Torre de Pisa
La torre campanario de la Catedral de Pisa, conocida como Torre de Pisa, tiene un peso aproximado de 14.500 toneladas. La torre, formada por 251 escalones, empezó a inclinarse desde su construcción en 1173. Es difícil pasear por las inmediaciones de la Plaza del Duomo de Pisa sin encontrarnos a diferentes turistas haciendo la famosa foto sujetando la torre.
El aspecto inclinado de la Torre de Pisa «proviene de un proyecto arquitectónico que salió mal», mantiene Lonely Planet. De hecho, la torre originalmente medía 60 metros; actualmente, mide 56.67 m desde la base en el lado más alto.
Coliseo (Roma)
«¡Ave César! Los que van a morir te saludan». El Coliseo de Roma es un anfiteatro de la época del Imperio romano inaugurado en el 80 d. C y tiene una altura de 48,5 metros. Recibía el nombre de Anfiteatro Flavio y, bajo la expresión latina panem et circenses (pan y circo), los gobernantes usaban este espacio para mantener entretenido al pueblo con sus famosas luchas de gladiadores. Hasta 50.000 espectadores podían participar de las sangrientas diversiones con que los emperadores cortejaban al pueblo. «Tras las célebres ejecuciones de cristianos, desde el siglo VI los juegos de gladiadores cayeron en desuso. Después el edificio sufriría cuatro terremotos, y ya entrada la Edad Media se convirtió en la cantera de Roma», sostienen desde National Geographic.
Puerta de Brandeburgo (Berlín)
La Puerta de Brandeburgo es una de las antiguas puertas de entrada a Berlín y uno de los símbolos más importantes de la ciudad. La estatua del monumento —inaugurado en 1791 con 26 metros de altura— es una copia, ya que la original quedó destruida durante la Segunda Guerra Mundial.
«En 1956, ambas partes de la ciudad dividida aunaron sus fuerzas para la reconstrucción de la puerta. Fue en 1961, tras la construcción del Muro de Berlín, cuando la puerta quedó perdida en tierra de nadie, atrapada entre el este y el oeste, sin que prácticamente nadie tuviera acceso a ella», informan desde la web turística Civitatis.
Cuando se produjeron las Revoluciones de 1989 y el muro fue derribado, la puerta pasó a simbolizar la libertad y el deseo de reunificación de la ciudad de Berlín.
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