Un rico mexicano, un palacete en Madrid y un precio que nadie quiere pagar
«El activo está fuera de precio y por eso no se vende». La antigua Casa-Palacio de los Marqueses de Bolaños, el único palacete en pie en barrio de Salamanca, lleva tres años pasando por la mesa de algunos de los inversores inmobiliarios más activos en el mercado de lujo en Madrid. Y todos ellos lo han descartado por el elevado precio que pide su dueño, un importante inversor mexicano que se hizo con su propiedad a finales de 2014 por más de 10 millones de euros y con cuya venta espera obtener más de 20, es decir, más del doble.
«En Madrid hay muchos edificios enteros a la venta, pero sus propietarios piden precios que están completamente fuera de mercado», explicaba a finales de 2019 Óscar Larrea director general de Engel & Völkers Madrid, cuyo equipo se patea a diario las calles más ‘prime’ de la capital en busca de activos en venta.
Este histórico edificio, ubicado en el número 18 de la calle Villanueva, se suma a una larga lista de activos que llevan meses, e incluso años a la venta, cuya venta no logra cerrarse no porque no haya apetito comprador en el mercado, sino debido a su elevado precio. Claudio Coello 11 —adquirido finalmente por la mujer más rica de México tras una fuerte rebaja de su precio—, Orellana 1 –adquirido por los hermanos Alberto y Pedro Cortina Koplowitz tras más de un año a la venta y con una sustancial rebaja—, Velázquez 70, Velázquez 21, Hermanos Bécquer 8 o Plaza de la Independencia 8 son solo algunos de los ejemplos de edificios residenciales muy bien ubicados, pero cuyo precio de venta ha sido o sigue siendo el principal escollo para su venta.
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E. Sanz
A favor de dicho activo juegan varios puntos. Por un lado, su ubicación, a 50 metros de la calle Serrano y a menos de 300 de la Puerta de Alcalá y el Parque de El Retiro. Su carácter histórico, puesto que su construcción data de 1865 y perteneció a los Marqueses de Bolaños, pero además es el único palacete que aún se mantiene en pie en el barrio de Salamanca.
El activo está compuesto por tres edificaciones y un jardín. La edificabilidad máxima es de casi 3.000 metros cuadrados, de los cuales 1.230 estarían localizados en el edificio principal y el resto, 1.750 metros, se materializarían en los dos edificios auxiliares. En 2014, tras la tramitación de un plan especial, el inversor mexicano consiguió recuperar el uso residencial de la casa palacio y en 2016 encargó al estudio Ideo Arquitectura, la rehabilitación de la fachada, forjados y cubierta, mientras que la rehabilitación y el acondicionamiento interior que pretendían adecuar el palacete a una vivienda quedó parada tras la decisión de su propietario de sacar el activo a la venta.
Un proyecto del Marqués de Salamanca
Esta Casa-Palacio se encuentra situada en la que fue la primera zona construida del Ensanche de Madrid, diseñado por el ingeniero Carlos María de Castro, por encargo del ministro de Fomento Claudio Moyano. El anteproyecto del palacete, tal y como recoge la memoria descriptiva que propiedad elaboró para recuperar el uso residencial del edificio, se terminó en 1859 y fue aprobado por la reina Isabel II, por real decreto, el 19 de julio de 1860.
El plan del Ensanche de Castro, sin embargo, fue demasiado ambicioso y se encontró con el escaso poco interés de los propietarios de los terrenos y zonas a construir. Sin olvidar que los posibles compradores de las casas, que resultaban demasiado caras para la clase media, eran también muy escasos, lo que provocó que solamente las zonas en torno al Paseo de la Castellana se fueran llenando con palacetes o casas de cierta categoría.
La primera zona construida del Ensanche fue iniciada y promovida por el Marqués de Salamanca, quien adquirió gran cantidad de terreno urbanizable junto a la calle Serrano. El Marqués pretendía construir 350 edificios repartidos en manzanas de 8 o 12 edificios, pero de nuevo, su iniciativa se encontró con algunos problemas, ya que tanto la compra como el alquiler de este tipo de viviendas solamente estaba al alcance de las clases más pudientes.
Algunos de los palacetes construidos por el Marqués de Salamanca fue este activo, uno de los primeros en levantarse en el Ensanche, junto a la antigua plaza de toros de Madrid. Tras su construcción fue adquirido por Luis María Pérez de Guzmán Nieulant, senador del reino y diputado de las cortes, además de primer marqués de Bolaños, un título creado por la reina regente María Cristina de Habsburgo en 1886.
En torno al marqués y su mujer se desarrolló una intensa vida cultural. Fueron famosas en la época las veladas musicales en el palacete a las que asistieron con asiduidad personalidades de la talla de Isaac Albéniz, Joaquín Sorolla o Cecilia Pla, entre otros. Mientras que también se daban cita miembros destacados de la aristocracia como la duquesa de Medinacelli, Rosa Bauer o la marquesa de Acapulco.
Una joya residencial en pleno centro
La Casa-Palacio consta de cinco plantas: sótano, planta baja, planta principal, segunda planta y sotabanco abuhardillado —última planta—, y se encuentra rodeado por un jardín, un tipo de construcción que desde mediados del siglo XIX se convirtió en signo característico de una situación social privilegiada. Además, según la documentación remitida al Ayuntamiento de Madrid para recuperar el uso residencial, la verja exterior es la original de forja.
El palacete fue uno de los primeros que construyó el Marqués de Salamanca y se encontraba junto a la antigua plaza de toros de Madrid
En este tipo de construcción, el sótano era la planta en la que se encontraban la cocina, la despensa y otras dependencias, mientras que la plata baja era para la vida social —salón, comedor y gabinete—. La planta principal y segunda se destinaban normalmente a los dormitorios, mientras que el sotabanco —la planta más alta— estaba destinada a las dependencias del servicio doméstico.
El edificio no había experimentado grandes transformaciones desde su construcción hasta la rehabilitación acometida por Ideo Arquitectura en 2016. Fue sometido a una reforma a principios del siglo XX y en 1919, mientras que la última documentada, en julio de 1939, tras la Guerra Civil, se realizó para reparar los daños sufridos. No obstante, conserva su estructura general de casa palacio, distribuida en cinco alturas.
Por otro lado, aunque se trataba de un edificio protegido, en 2003 el Tribunal Superior de Justicia de Madrid lo descatalogó. No obstante, en 2012 se incluyó dentro del inventario de bienes culturales de la Comunidad de Madrid por contar con más de 100 años de antigüedad y haber sido testigo de hechos históricos culturales relevantes de la ciudad de Madrid.
Aunque su uso ha sido históricamente residencial, en 2013 se aprobó un cambio de uso a comercial. Sin embargo, tras la compra a finales de 2014, el inversor mexicano logró recuperar su uso residencial como vivienda unifamiliar, lo que le permitió acometer su rehabilitación y «evitar un mayor deterioro de la edificación».
De lo que no cabe duda es de que se trata de un activo único, ya que no quedan activos de estas características a la venta en plano barrio de Salamanca donde, según datos del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid hubo una veintena de palacetes unifamiliares agrupados en dos zonas, una de ellas junto a la antigua plaza de toros, donde se ubica este palacete. Sin embargo, a partir de los años 50 fueron desapareciendo. De hecho, en los años 40 del siglo XX se produjo el derribo y sustitución de los dos palacetes extremos de la manzana donde se ubica la Casa-Palacio de los Marqueses de Bolaños.
Un activo único, pero demasiado caro, según el mercado.