Viajes

Un nuevo mirador para contemplar toda Barcelonaa nuestros pies

Entre el suelo y el cielo existe una separación exacta de 144 metros. La Torre Glòries es el tercer edificio más alto de la ciudad, solo superado por el Hotel Arts y la Torre Mapfre. Diseñado en 2005 por Jean Nouvel, quien para su construcción se inspiró en la obra de Antoni Gaudí y los característicos pináculos de la montaña de Montserrat, es uno de los iconos de la Barcelona moderna, que llama la atención, de día, por su espectacular cubierta, formada por más de 60.000 láminas de vidrio, y también de noche, cuando se ilumina y estalla el color. Hasta ahora contemplar su silueta ovalada desde Montjüic era una de las atracciones principales para los que venían de fuera. Pero, desde el 20 de mayo, la propuesta es otra: asomarse desde su nuevo mirador y disfrutar de las vistas.

Para visitar este nuevo mirador hay que reservar la entrada en la web www.miradortorreglories.com

Hipermirador en el sótano

El mirador, situado a 125 metros de altura, ofrece una panorámica de 360º sobre la ciudad. Pero antes de subir al ascensor que, en apenas unos segundos recorre las 30 plantas que conducen hasta él, hay que dirigirse al sótano. Es ahí donde comienza la visita, en el denominado Hipermirador Barcelona, un espacio que lee y amplifica el pulso de la ciudad, mostrándola como un organismo vivo, en constante evolución, a través del arte y la tecnología. Una sala con una exposición multimedia que busca generar emociones, aunque los latidos verdaderos del corazón comenzarán a dispararse en el momento en el que subamos al sensacional balcón urbano instalado en la cúpula del edificio, de 32 metros de alto, toda en cristal.

Colgados en una nube

La punta de esta enorme bala que parece la Torre Gloriès no es solo un lugar para encontrar la calma disfrutando de la ciudad a vista de pájaro. Encierra otra gran sorpresa. En ella puede contemplarse la única instalación artística, permanente y, lo que es más impactante, transitable del arquitecto y performer argentino Tomás Saraceno al sur de Europa. Se llama Cloud Cities Barcelona ¡y está suspendida en el aire! Y sí, es posible adentrarse en ella. “Esta obra es un espacio de encuentro para reflexionar de forma colectiva sobre la esfera pública urbana, las arquitecturas especulativas, la crisis medioambiental y la multiplicidad e interdependencia de la red de la vida”, comenta su autor. Sumergirse en ella será, sin duda, la foto que más likes acumule en las redes sociales.

Para visitar este nuevo mirador hay que reservar la entra en la web (www.miradortorreglories.com). Dos opciones: asomarse solo por las enormes cristaleras (15€) o mirar y, además, pasear por la escultura-nube (25€), para lo que se recomienda echar un vistazo antes a un tutorial, porque el nivel de dificultad de acceso es medio-alto. Existen también dos experiencias premium: Good Morning Barcelona, para disfrutar en exclusiva de las vistas con los primeros rayos de sol, y Good Night Barcelona, justo cuando comienza a caer la noche y la ciudad se ilumina. ¿Quién se anima?

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