Un hombre con obesidad extrema se somete a una intervención para perder casi 200 kilos
Un hombre de 308 kilos de peso se ha sometido a una operación en el Hospital Universitario Moncloa de Madrid con el objetivo de perder cerca de 200 kilos. Emilio Jesús Jiménez ha sido operado por el doctor Carlos Ballesta, que, mediante la vía laparoscópica, ha llevado a cabo una intervención «mínimamente invasiva» para reducir su peso durante los próximos meses.
El director del Centro Laparoscópico Doctor Ballesta, Carlos Ballesta, ha informado que se trata de un paciente «complejo» al superar los 300 kilos. «La cirugía más efectiva en estos casos y que menos problemas da a largo plazo es el Bypass gástrico de asa larga por vía laparoscópica», ha explicado Ballesta.
«Consiste en reducir la capacidad del estómago y dar un salto para que un porcentaje importante del intestino no absorba los alimentos. De forma que quede suficiente intestino para absorber estos alimentos, pero que a su vez pierda peso y no tenga déficit de calcio y vitaminas», ha añadido Ballesta.
El paciente, que vive en Tarazona, ha asegurado que durante los últimos años ha intentado operarse en Zaragoza, pero ha sido rechazado en los hospitales de su comunidad autónoma. «La última vez que fui me dijeron que me iban a poner un balón gástrico y que luego me operarían. Llevo más de un año y medio y todavía no se nada de ellos», ha indicado.
El doctor Ballesta ha explicado que en la Seguridad Social no se suele operar a pacientes con más de 200 kilos, ya que «hay poco instrumental y camas adaptadas», aunque «la situación está cambiando». «Debería ser obligado tener en cada comunidad autónoma un hospital preparado y no rechazar a pacientes por el peso», ha añadido.
Como preparación para la cirugía, Jiménez ha perdido algo más de 25 kilos, gracias a unas pautas de alimentación previas al procedimiento quirúrgico. «Me recomendaron una dieta a base de batidos, yogur y quesitos», ha indicado.
El equipo del doctor Ballesta implementó el método de la vía laparoscópica después de realizarlo a diferentes pacientes durante más de 25 años. «Se trata de una intervención muy segura y mínimamente invasiva, se puede comparar con la de una apendicitis», ha asegurado Ballesta, quien considera que en casos extremos es «la única posibilidad para tratar este grado de obesidad».