Un experto desvela cómo lavarse las manos correctamente a través de un modelo matemático
Lavarse las manos al llegar a casa es un hábito que forma parte de la rutina diaria de la mayoría de personas. No obstante, hay quienes no lo hacen tanto como deberían o, por lo menos, no de la manera adecuada y esto puede derivar en el desarrollo de algunas enfermedades o el empeoramiento de otras. El mejor ejemplo, sin ir más lejos, lo encontramos en la época más crítica del coronavirus, cuando se demostró que el gesto de lavarse las manos podía evitar los contagios.
En este sentido, no todo vale porque lavarse las manos implica de un tiempo, un proceso y unos productos específicos para hacerlo como se debe, si queremos eliminar por completo los gérmenes. Tanto es así que Paul Hammond un matemático de South Cambridgeshire creó un modelo para explorar cómo funciona la física del lavado de manos.
¿Cómo funciona el modelo bidimensional?
Según explican desde el Daily Mail, la efectividad del lavado de manos está relacionada con la fuerza con la que se frota, pero es un proceso que aún lleva tiempo, incluso cuando se realiza correctamente. De hecho, desde el Servicio de Salud británico indican que una buena manera de asegurarte de que te estás lavando durante el tiempo suficiente es cantar ‘Feliz cumpleaños‘ dos veces seguidas mientras te restriegas.
Este modelo bidimensional considera las manos en una escala microscópica, representando la rugosidad de la piel como un par de superficies onduladas, separadas por una fina película de líquido, que se mueven una al lado de la otra al frotarse. Las partículas como las bacterias y virus quedan atrapadas en los valles de estas superficies, lo que el investigador llama ‘pozos de potencial’.
Teniendo en cuenta todo esto, para que las partículas como bacterias y virus se desprendan de una mano durante el lavado, la energía del flujo de agua debe ser lo suficientemente alta como para levantarlas y sacarlas de los valles. La fuerza de este flujo dependerá, precisamente, de la velocidad a la que se froten las manos. Es decir, los movimientos más vigorosos eliminarán las partículas más fácilmente.
El tabloide británico indica que el matemático explicó que cuando se trata de asegurarse de que las manos están bien limpias, el proceso es similar a limpiar una mancha en una camisa. Cuanto más rápido sea el movimiento, más probable es que los virus y las bacterias se eliminen con éxito. «Si mueve las manos con demasiada suavidad, con demasiada lentitud, entre sí, las fuerzas creadas por el fluido que fluye no son lo suficientemente grandes como para superar la fuerza que mantiene presionada la partícula«, explicó el Dr. Hammond.