Tú a la Euroliga, yo a la NBA
Hace mucho que algunas fronteras (sobre todo, psicológicas) se difuminaron. Ya no es noticia que los jugadores salten de un lado del otro del Atlántico. Que lo intenten, vayan, vuelvan y a veces vuelvan a ir. Es la normalidad de un baloncesto perfectamente global en el que la NBA sigue siendo, de largo, la mejor competición del mundo y en el que la Euroliga es la segunda. Los jugadores europeos ya no esperan a estar hechos en el Viejo Continente y los estadounidenses ya saben que en Europa se compite fuerte y se hacen carreras de mucho éxito. Así que, un verano más, el trasvase ha sido movido en las dos direcciones. Y con, además, tres jugadores que regresan desde la NBA y que han ganado medallas con la Selección española: los hermanos Hernangómez, Willy y Juancho, y Serge Ibaka.
Kemba Walker fue all star de la NBA en 2020, hace un par de telediarios. Ahora jugará en el Mónaco. Willy Hernangómez fue MVP del Eurobasket hace poco más de un año. Y regresa a Europa para ser el líder del nuevo Barcelona. Problemas contractuales, situaciones deportivas que no son ideales, lesiones que obligan a buscar segundas oportunidades… hay razones que van más allá del simple talento y que hacen que jugadores de primer nivel no encuentren acomodo en la NBA. Eso que gana una Euroliga que sube su nivel año a año. En parte porque atrae a más talento de la gran liga estadounidense. Y, en el mismo bucle, atrae más talento porque sube el nivel. Buenas noticias y muchas historias que contar, del estreno de Juancho en Atenas o el reencuentro de Pablo Laso e Ibaka en Múnich a la gran oportunidad de redención que el Barça ofrece a un número 2 del draft, Jabari Parker.
En la última década, solo ha habido un MVP de la Euroliga que no ha jugado en la NBA: Sergio Llull, que en todo caso tuvo la oportunidad de irse a Houston Rockets pero prefirió seguir en el Real Madrid. Hace mucho que en Estados Unidos saben que el que domina en Europa tiene sitio en su campeonato… o al menos merece la pena intentar que así sea. Muchas veces, funciona. En este verano de 2023 se marchan dos de los tres últimos que han sido elegidos los mejores (el otro es Niko Mirotic): Vasilije Micic y Sasha Vezenkov, dos grandes de la Euroliga que tiene el reto de demostrar que pueden ser, como mínimo, jugadores de rol en una NBA a la que también saltan europeos cada vez más jóvenes. El camino, si la cosa no va bien, siempre podrá ser de ida y vuelta.