Todos los ingleses serán donantes de órganos si no dicen lo contrario
Este miércoles entra en vigor una ley que puede marcar el futuro de muchas personas en Inglaterra. Desde este 20 de mayo, todos los adultos son considerados, por defecto, como donantes de órganos, a no ser que manifiesten lo contrario o la familia se oponga a la donación tras la muerte de un familiar.
Actualmente, el 80 por ciento de los adultos ingleses se declaraban a favor de donar sus órganos, pero menos de la mitad de ellos se habían inscrito en el registro de donantes. Por eso, esta nueva ley puede salvar centenares de vidas en este país cada año, ya que las posibilidades de encontrar donantes compatibles crecerán exponencialmente para las personas que necesitan de distintos órganos.
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Agencias
Pese a la nueva ley, todavía será necesario el consentimiento de la familia para poder recuperar los órganos que se quieran trasplantar. La razón es doble: por un lado, una forma de consideración hacia la familia que ha perdido a un ser querido; y, por otro, la mejor manera de conocer información relevante sobre el donante que pueda ser fundamental para el trasplante.
El ejemplo de Gales
Inglaterra no será el primer país que dé este paso, ya que Gales instauró la misma medida en el año 2015. Helen Gillan, la directora general de trasplantes de la NHS, señala a The Guardian que «desde que Gales introdujo un sistema de exclusión voluntaria, su tasa de consentimiento ha aumentado del 58% al 75%». Una cifra que salva vidas a diario.
La familia tendrá que dar su consentimiento, una decisión que puede salvar vidas, ya que pueden aportar información decisiva sobre el donante
Gillan explicó que Inglaterra tiene una urgente necesidad de órganos internos, pero también de tejidos, especialmente córneas. Hacen falta veinte córneas cada día, por lo que se necesitaría un mínimo de 10 donantes todos los días para poder cubrir las necesidades. También las válvulas cardíacas son escasas: se producen unas 40 donaciones de este órgano cada mes, pero se necesitan al menos 60.
Esta nueva norma sobre donación de órganos se conoce como Ley Max y Keira, ya que surgió cuando un niño llamado Max recibió el corazón procedente de una niña llamada Keira que falleció en un accidente de tráfico. Los padres de ambos pequeños han sido protagonistas en muchos actos que han tenido lugar por toda Inglaterra para sacar adelante esta nueva ley.