Sin ahorros no podrás comprar una casa y necesitarás años para conseguirlos
En España, cada año, cientos de familias se ven avocadas al alquiler ante la imposibilidad de comprar una vivienda. Durante el ‘boom’ inmobiliario, los préstamos al 100% para comprar una casa estaban a la orden del día. Sin embargo, tras el estallido de la burbuja, las entidades cerraron a cal y canto el grifo de la financiación y, desde entonces y hasta ahora, quien no dispone de ahorros tiene completamente vetado su acceso a una vivienda en propiedad.
Por otro lado, la pandemia y la crisis económica han mermado la capacidad financiera de muchas familias, muchas de las cuales han decidido aplazar sus planes de compra, mientras que las entidades financieras se han centrado en perfiles muy concretos (funcionarios, empleados indefinidos de empresas no afectadas por la crisis…) a la hora de conceder una hipoteca. Todos estos factores han impactado en el número de hipotecas firmadas que, si bien no han sufrido tanto como la compraventa, registraron un descenso del 7,6% respecto al año anterior en España, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pero existe un problema estructural que es el que está impidiendo comprar a muchos hogares. La falta de ahorros es un obstáculo de difícil solución a corto plazo a pesar de que, tal y como muestran los últimos datos del Banco de España, entre enero y septiembre de 2020 las familias consiguieron un ahorro ‘forzoso’ en torno al 2,5% del PIB.
Con el sueldo medio en España hay que ahorrar, de media, siete años para la entrada de la casa
Pero ¿cuánto dinero es necesario tener ahorrado para poder comprar una vivienda? Según un estudio reciente realizado por iAhorro, tomando como base el salario medio español de 1.641 euros mensuales que señala Adecco en un estudio relativo al último trimestre de 2020, una persona que esté pensando en comprarse una casa y que ahorre el 20% de su sueldo tardará siete años, de media, en conseguir la entrada para su hipoteca.
A la hora de hacer estos cálculos, iAhorro ha tomado también como referencia el precio medio por metro cuadrado en España, que se sitúa en 1.353 euros, según Tinsa, y la superficie media de vivienda transmitida (102,13 metros cuadrados ), según los datos del Colegio de Registradores; así como la regla de 50/20/30, por la que se destina el 50% de los ingresos mensuales a gastos básicos, el 20% al ahorro y un 30% a otros gastos personales.
Objetivo: conseguir el 20% de la entrada de la casa
«Antes de pedir una hipoteca hay que contar como mínimo con el 20% del valor del inmueble. El mercado no da casi alternativas sin ahorros y la compra de una casa conlleva gastos que suelen ser infravalorados. Por lo que también es aconsejable guardar otro 10% adicional para los costes de formalización del proceso«, señala Simone Colombelli, director de Hipotecas de iAhorro.
Por otro lado, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomiendan hacer una evaluación de nuestra capacidad de pago presente y futura. «Si tenemos planeado tener hijos experimentaremos un incremento de nuestros gastos. Por eso, es muy conveniente mantener siempre cierta capacidad de ahorro; de esta manera, se podrá hacer frente a imprevistos sin pasar apuros», afirma Ileana Izverniceanu, portavoz de OCU.
«Es aconsejable guardar otro 10% adicional para los costes de formalización de la hipoteca»
Y es que, según Tinsa, los españoles destinan, de media, el 20,8% de sus ingresos familiares disponibles a afrontar el primer año de hipoteca. Cada mes, el pago de la cuota hipotecaria supone un desembolso medio de 599 euros, con importantes diferencias geográficas. De acuerdo con las cifras provinciales de hipoteca media publicadas por el INE para el primer trimestre del año, Málaga y Baleares serían las dos provincias con un esfuerzo financiero medio más elevado, por encima de 27%.
En el lado opuesto, Lugo, Castellón, Murcia y Palencia quedarían por debajo de una tasa de 15%; mientras que en las dos capitales principales, Madrid y Barcelona, el esfuerzo financiero neto alcanza un 21% y 22,1%, respectivamente, superándose la tasa del 25% en Madrid en los distritos de Salamanca, Chamberí y Moncloa-Aravaca, y en Barcelona en los de Les Corts y Ciutat Vella.
Y este mayor o menor esfuerzo económico por ciudades, provincias o comunidades también es evidente a la hora de tener en cuenta el tiempo necesario para ahorrar ese 20% para poder comprar una casa.
De los 14 años en Baleares a los 5 años de Extremadura
«Si comparamos el tiempo medio que necesita ahorrar cada ciudadano según la comunidad autónoma en la que vive, observamos grandes diferencias. Por ejemplo, en el caso de Madrid hay que tener en cuenta que el precio medio por metro cuadrado en la capital se sitúa muy por encima del de la media nacional (1.353 euros) y alcanza los 2.181 euros el metro cuadrado, según los datos relativos al último trimestre de 2020 de Tinsa.
Por su parte, la superficie media de una vivienda transmitida en la Comunidad, según el Colegio de Registradores, es de 101,54 metros cuadrados. Así, si aplicáramos la regla de 50/20/30, los madrileños podrían ahorrar 4.713 euros al año y necesitarían poco más de 9 años para conseguir el 20% de una vivienda de un valor medio de 221.458 euros», destacan desde iAhorro.
En el lado contrario, en las Islas Canarias, donde se percibe la peor remuneración media de España (1.281 euros), se tardarían 7,9 años. Y es que, a pesar del salario, el precio por metro cuadrado en el archipiélago canario se encuentra por debajo de la media nacional, en concreto en 1.280 euros.
En la misma línea, Extremadura, la segunda comunidad con el salario medio más bajo (1.338 euros) y con un precio medio de la vivienda de 82.945 euros, reduce el tiempo de ahorro de sus habitantes hasta los 5 años para hacerse con el dinero de la entrada de su vivienda. Por su parte, Islas Baleares destaca por distanciarse bastante de estas cifras y sus ciudadanos tienen que esperar 14 años de media para poder conseguir el 20% de una vivienda de un valor medio de 248.845 euros.
Ni comprar ni alquilar, el ‘boom’ de precios complica el acceso a una casa de los jóvenes
E. Sanz
«Hay que tener en cuenta que el precio por metro cuadrado en las islas se sitúa en 2.232 euros, muy por encima de la media nacional, según Tinsa y que el asalariado medio recibe 1.405 euros», explican desde iAhorro. «Si nos regimos por el criterio de más a menos asalariados, las personas que vivan en País Vasco o Navarra, la segunda y tercera comunidades de España en las que más se gana, necesitarán ahorrar 7 años y medio para una vivienda en País Vasco de unos 179.812 euros y 5,3 años para un inmueble de un valor medio de 117.346 euros en Navarra. Una realidad distorsionada en función del territorio y para algunos colectivos», señala Colombelli.
Este experto destaca las enormes diferencias existentes dependiendo del lugar y la remuneración que se perciba. «En las grandes ciudades los inmuebles y el coste de la vida son más elevados. Por otro lado, los jóvenes se encuentran bastante lejos de esta realidad, puesto que suelen tardar un tiempo en encontrar una estabilidad laboral y económica que les permita guardar este dinero».
Los jóvenes, expulsados del mercado
Un colectivo que, como ya se ha explicado en otros artículos, no solo no tiene posibilidad de acceder a una vivienda en propiedad sino que vivir de alquiler tampoco está al alcance de muchos de ellos, según el Instituto de la Juventud (Injuve) que en su último informe destaca cómo España es uno de los países con la emancipación juvenil más tardía de Europa. De acuerdo con los datos de Eurostat (abril 2020), la edad media de emancipación en la UE-27 es de 26,2 años, mientras que en España es de 29,5, el sexto país por la cola. Además, el retroceso en la edad de salida de casa de los progenitores no ha dejado de ensancharse desde 2008.
Así, por ejemplo, si en 2010 un 53,3% de jóvenes entre 18 y 34 años vivía aún con sus padres, en 2019 se encuentra en esta situación el 64,5%, 10 puntos más. «Por si fuera poco, esta situación amenaza con agravarse con el coronavirus», alerta el Injuve. «Siendo cautelosos con la comparativa, en diciembre de 2019 un 48% de jóvenes que aún viven con sus padres se planteaban dejar de hacerlo, pero en junio de 2020 solo el 32,8% en esta situación se lo plantea. Entre antes y después de la pandemia ha caído 15 puntos porcentuales el pensamiento de emanciparse, especialmente entre los de menor edad».
La precariedad laboral se esconde también detrás de estos porcentajes. No en vano, según el Injuve, un 75% de los jóvenes no se emancipa por falta de estabilidad en sus ingresos.
El tiempo necesario para ahorrar se reduce en los préstamos donde hay más de un titular
Entre las buenas noticias, el hecho de que el tiempo necesario para ahorrar se reduce en los préstamos donde hay más de un titular «o a medida que vamos avanzando en el ámbito laboral debido a que los ingresos tienden a incrementarse”, apunta el director de Hipotecas de iAhorro.
Desde OCU, por su parte, consideran que «cuanto mayor sea el porcentaje de ahorro destinado a la vivienda, mejor. Sobre todo cuando contratemos préstamos con un tipo de interés variable, en los que habrá que contar con un margen de seguridad ante posibles subidas de tipos», señala Ileana Izverniceanu. De hecho, desde la organización recomiendan tener un margen de ahorro que cubra al menos un 25% del importe de la cuota. «Cuando se trata de una meta tan ambiciosa, como el ahorro de una vivienda, hacerlo de manera esporádica no sirve. Ser constantes será imprescindible para poder conseguir nuestro objetivo sin desistir en el intento. Ahorrar la cantidad que va a representar nuestra hipoteca el día de mañana también es una buena forma de saber si seremos capaces de asumir el gasto a futuro”, señala Simone Colombelli.
Por su parte, desde OCU afirman que hacer un cálculo de los gastos mensuales en los que también se tengan en cuenta aquellos que no se pagan de forma periódica ayudará a alcanzar este ahorro. «Es muy importante analizar todos estos factores antes de tomar la decisión de solicitar un préstamo hipotecario con el que adquirimos una obligación de pago a muy largo plazo, periodo en el que las circunstancias pueden variar radicalmente».