Viajes

Seis pueblos de Asturias para desconectar en invierno y vivir una Navidad mágica

Que Asturias es una tierra cuya Naturaleza inspira todo tipo de relatos mágicos es algo que saben bien quienes aman los territorios únicos. Llegados a esta época del año, pocos paisajes, entornos rurales, montañeros o costeros enamoran tanto como los que atesora este pequeño Principado a lo largo y ancho de sus 10.604 kilómetros cuadrados. Estas son nuestras sugerencias para estas fechas navideñas e invernales.

Bulnes, en la montaña oriental

Uno de los pueblos montañeros más peculiares del Principado por sus imponentes paisajes es Bulnes (Cabrales, Comarca del Oriente, Picos Europa). A él se accede a través de un funicular que atraviesa la Peña Maín. Al llegar nos aguarda un escenario que nos dejará absortos. Abrazados por inmensas moles calizas, casitas de piedra, una capilla, pequeños puentes de madera que salvan el estrecho cauce del río Tejo, algún establecimiento hostelero para repostar fuerzas y la posibilidad de avistar el grandioso Pico Urriellu (o Naranjo de Bulnes para los foráneos) desde un mirador al que se llega tras ascender por un sendero pedregoso son algunas de sus deliciosas sorpresas a disfrutar en estos días, cuando el turismo no es masivo. Y si además el mullido manto de la nieve lo cubre todo, la estampa no podrá ser más navideña.

Lastres, en la costa oriental

Siguiendo por la costa oriental se encuentra Lastres/Llastres (Colunga, Comarca de la Sidra). Una de las villas marineras más encantadoras que combina, a lo largo de sus empinadas callejuelas de piedra, el innegable encanto de su pasado señorial con la omnipresencia de su flota pesquera, protagonista de muchos de sus hechos históricos. Este pueblo marinero fue reconocido como el Premio Príncipe de Asturias al Pueblo Ejemplar, el Pueblo más Bonito de España y fue escenario de rodajes de series y películas. Pero a Lastres/Llastres también hay que ir en invierno, en Navidad, para imaginarse cómo los marineros avistaban desde sus barcos sus casas, enclavadas en ese gran abanico que se desparrama por la ladera este de la colina. Además, hasta el 6 de enero se puede visitar su histórico Nacimiento, inspirado en el pueblo, y que desde los años 40 colocan sus vecinos en su barroca iglesia parroquial de Santa María de Sábada. Un espectáculo en el que se sucede un día completo, con todos los juegos de luces aderezando la vida de sus más de 300 figuritas, con el Niño Jesús como protagonista.

Soto de Agüés, en la montaña del centro-sur

Retornando a la montaña, otra de las sugerencias, localizada en plena Reserva Natural de la Biosfera del Parque de Redes, es el precioso pueblo de Soto de Agüés (Sobrescobio, Comarca del Valle del Nalón). De plácido recorrido, deambular por sus luminosas calles, en medio de sus cuidadísimas casas de piedra que mantienen sus vetustos hórreos, paneras y todo tipo de construcción agrícola y ganadera de antaño, constituye una experiencia única. Es esencial, una vez allí, realizar la Ruta del Alba bordeando el río del mismo nombre. Es una ruta circular sencillísima que se puede hacer con niños hasta que se decida retornar, pues el recorrido total ronda los 16 kilómetros. Antiguas cabañas, pequeños puentes, confluencia de arroyos y paisajes oníricos en medio de un maravilloso entorno boscoso conforman este atractivo natural para disfrutar de la Navidad y del invierno de una manera saludable.

Aciera, en la montaña occidental

Adentrándonos, de nuevo, en la Asturias montañera, otra opción podría ser visitar uno de los pueblos más bonitos en Navidad, ya que sus vecinos se vuelcan en decorar todos sus antiguos hórreos, paneras y casas de la muy rural Aciera (Quirós, Comarca del Camín Real de la Mesa). Ubicada en la ladera este del valle de Quirós, espléndidamente soleada, esta pequeña aldea, cuyos vecinos organizan a lo largo del año todo tipo de eventos, se empapa en esta época del año de un intenso espíritu navideño que se realza al anochecer, con las decoraciones y las iluminaciones preparadas con esmero y que contrastan con la ruralidad de sus construcciones.

Cudillero, en la costa occidental

Una de las villas marineras más conocidas del Principado de Asturias es Cudillero/Cuideiru (Comarca Vaqueira). Su colorista anfiteatro se derrama a los pies de la llamada Atalaya llegando hasta el puerto, con su entramado de callejuelas en las que se enclavan sus típicas casas de pescadores, muchas decoradas para estas fechas. Proponemos el descenso, durante el día, desde esta zona alta del pueblo, a pie, por supuesto, y hacer diversas paradas en los muchos miradores que tiene este sorprendente abanico de colores: el mirador del Picu, el de la Garita, desde el que se avista la mayor panorámica de todo Cudillero… Ya en la noche, la imagen que ofrece el espectáculo de las luces iluminando esta postal marinera resultará imborrable, sobre todo en estas fechas en las que las emociones están a flor de piel.

Argul, en el suroccidente

Otra de las joyas rurales de la Asturias suroccidental es el pueblo medieval de Argul (Pesoz, Parque Histórico del Navia). Casi deshabitado, con sus casas de pizarra, madera y barro, Argul constituye una exótica sorpresa en la visita a esta remota zona del Principado. Su conjunto histórico-artístico fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2004. Al ser un pueblo enclavado en una ladera y de compleja orografía, las casas se comunican entre sí por callejuelas empinadas y por pasadizos o veiriles para el tránsito de hombres y ganado, y corredores que unen las fachadas haciendo de este fascinante conjunto rural algo único, donde dejar volar la imaginación resultará muy sencillo.

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