Samsung Smart Monitor M8, análisis: lo que lo hace diferente es tan bueno que nos invita a perdonarle sus carencias
La familia de monitores a la que pertenece este dispositivo de Samsung ha conseguido algo poco habitual: desdibujar la línea que separa nítidamente los televisores y las pantallas para ordenador. Y la estrategia a la que ha recurrido para lograrlo consiste, sencillamente, en integrar en estos monitores el sistema operativo y las apps que nos proponen los televisores de esta marca.
No obstante, este Smart Monitor M8 no es como sus predecesores. Lo que lo desmarca de una forma rotunda de los modelos M5 y M7 es su diseño. Esta nueva propuesta de Samsung es más estilizada, y es evidente que su apuesta estética pasa por alejarse del aspecto que tiene un monitor tradicional para PC para coquetear con el diseño de un equipo todo en uno o un televisor. Y es que si de algo va sobrado este monitor es, precisamente, de personalidad.
Samsung Smart Monitor M8: especificaciones técnicas
características |
|
---|---|
panel |
LCD VA 4K UHD de 32 pulgadas, 10 bits, relación de aspecto 16:9 y refresco de 60 Hz |
resolución |
3840 x 2160 puntos |
brillo (típico) |
400 nits |
hdr |
HDR10+ y HDR10 |
relación de contraste estático |
3000:1 |
tiempo de respuesta |
4 ms (GtG) |
ángulos de visión |
178º/178º |
cobertura de color |
99% del espacio sRGB |
sistema operativo |
Tizen |
conectividad |
1 x micro-HDMI 2.0 y 1 x USB-C 3.0 |
conectividad inalámbrica |
Wi-Fi 5 Bluetooth 4.2 |
sonido |
Estereofónico |
etiqueta energética |
Clase G |
consumo típico |
40 vatios |
dimensiones |
713,4 x 575,2 x 203,8 mm (con peana) |
peso |
6,7 kg (con peana) |
precio |
Samsung Smart Monitor M8 (S32BM801) – Monitor Plano de 32″, 3840 x 2160 (UHD 4K), Plataforma Smart TV, AirPlay, Mirroring, Office 365, Dex Inalámbrico, Altavoces Integrados, WiFi, USB Tipo C, Blanco
Su apuesta estética es la puerta de entrada a un monitor diferente
Habitualmente comienzo mis análisis de monitores recalcando que su auténtico corazón es su panel, y en esto esta pantalla no es diferente. Su matriz LCD VA de 32 pulgadas con resolución 4K UHD y una frecuencia de refresco de 60 Hz tiene un impacto muy profundo en su calidad de imagen. Sin embargo, no debemos pasar por alto que este es solo uno de los ingredientes de la receta que nos propone Samsung.
Si su panel es el corazón de este monitor, su sistema operativo es su cerebro. En la fotografía que publicamos debajo de estas líneas podemos ver que la interfaz de la versión de Tizen que nos propone este Smart Monitor M8 es muy parecida a la que podemos encontrar en los televisores de última generación de esta marca. Y es una buena noticia debido a que esta plataforma es ágil e incorpora la mayor parte de las apps que son más populares actualmente.
En cualquier caso, como he mencionado unas líneas más arriba, la seña de identidad más evidente de este monitor es su diseño. Sus marcos superior y laterales son muy finos, tanto que a cierta distancia pasan inadvertidos (es lo mismo que sucede con el diseño Infinity de algunos televisores de esta marca). El marco inferior, como suele ser habitual, es un poco más grueso, pero sus 16 mm no emborronan en absoluto la apuesta estética de esta pantalla.
En la siguiente fotografía podemos ver que la parte posterior del recinto del monitor es completamente diáfana. Tiene 11 mm de grosor, y la única protuberancia que añade unos milímetros más es la pieza que actúa como anclaje para la peana. Es evidente que Samsung ha cuidado el diseño del panel trasero de este monitor para que no desentone en aquellos escenarios de uso en los que queda expuesto.
Tanto el recinto que confina el panel LCD VA como la peana de este monitor son de policarbonato. No es un material lujoso, pero, eso sí, al menos el plástico por el que se ha decantado Samsung es de buena calidad. El único elemento metálico de esta pantalla es la base de la peana, y tiene sentido que no sea de policarbonato porque debe aportar la masa necesaria para garantizar que el monitor permanecerá estable incluso si accidentalmente le damos un empujón de cierta intensidad.
La peana incorpora un riel que nos permite ajustar la altura del panel en un rango máximo de unos 12 cm. También podemos actuar sobre su inclinación en el rango que se extiende entre -2º y 15º, pero no podemos ni pivotarlo ni girarlo. Y echo de menos estas dos opciones de ajuste adicionales porque es probable que a algunos usuarios les hubiesen ayudado a encontrar la configuración óptima desde el punto de vista de la ergonomía. Además, con su Space Monitor 32″ 4K UHD Samsung ha demostrado que sabe cómo resolver la ergonomía de un monitor.
La fórmula que nos propone tiene un impacto profundo en nuestra experiencia
La puesta en marcha de este monitor es esencialmente calcada a la de un televisor de Samsung. Tenemos que conectarlo a nuestra red Wi-Fi e identificarnos utilizando una cuenta de usuario de esta marca, si la tenemos. Y poco más. Después de completar varias fases sencillas el asistente dará paso a la interfaz de Tizen, que, como hemos visto más arriba, es muy similar a la que nos proponen los televisores de esta compañía.
El hardware que incorpora este monitor mueve este sistema operativo con agilidad, por lo que en este ámbito no tengo nada que objetar. Además, las apps que incorpora, entre las que nos propone Netflix, Prime Video, Disney+, Apple TV o YouTube, entre otras, van de fábula. Como en cualquier televisor de Samsung. No obstante, esta pantalla nos propone una prestación más que puede resultar muy atractiva en algunos escenarios de uso.
Y es que también nos permite acceder de forma remota a un PC con Windows, un Mac o un dispositivo móvil de Samsung que incorpore la plataforma DeX. De esta forma podemos trabajar sin necesidad de conectar directamente un ordenador a este monitor. Es evidente que este no es el escenario de uso más frecuente, pero es una opción que posiblemente a algunos usuarios les encajará, y no cabe duda de que esta prestación incrementa el valor añadido de este Smart Monitor M8.
Si optamos por sacar partido a la conexión remota a un ordenador podemos utilizar un enlace Bluetooth para vincular directamente al monitor un teclado y un ratón. Esto es todo lo que necesitamos para trabajar. Un apunte más: esta pantalla incorpora los asistentes de voz Bixby y Alexa, lo que nos permite usar nuestra voz tanto para interactuar con ella como para controlar otros dispositivos compatibles con estas tecnologías.
Si tenemos presente lo que hemos visto hasta ahora llegaremos a la conclusión de que este monitor es, ante todo, una herramienta de trabajo. En ese caso, ¿sirve también para jugar? Sí, por supuesto que sirve, pero hay opciones más baratas y más atractivas para gaming. Su panel con un refresco de 60 Hz, su tiempo de respuesta (4 ms GtG) y la ausencia de conectividad HDMI 2.1 lo desaconsejan para los jugones exigentes, aunque me parece correcto para quien solo juega ocasionalmente.
El mando a distancia que nos entrega Samsung junto a este monitor se parece mucho al que nos propone con algunos de sus televisores. Es un accesorio compacto y con pocos botones, aunque, eso sí, nos permite desplazarnos con agilidad a través de Tizen. No obstante, tiene cuatro botones de acceso directo a Netflix, Disney+, Prime Video y Samsung TV Plus, por lo que el acceso al contenido de estas plataformas es casi inmediato.
La conectividad de este monitor tiene mucho margen de mejora
En la siguiente fotografía de detalle podemos ver qué conectividad nos propone este Smart Monitor M8: tan solo incorpora una entrada micro-HDMI 2.0 y dos conectores USB-C, uno de ellos con una capacidad de carga de hasta 65 vatios, aunque ninguno de los dos es compatible con Thunderbolt 3 o 4. A mí estas opciones me saben a poco. Echo en falta al menos una entrada DisplayPort 1.4 y una conectividad USB más amplia.
El conector que podemos ver en la siguiente fotografía de detalle está alojado en la parte superior del panel trasero, y sirve para conectar al monitor la cámara SlimFit si necesitamos utilizarla en nuestras videollamadas. Está incluida en el paquete, por lo que no es necesario que gastemos más dinero para hacernos con ella.
El software que se encarga de controlar esta cámara incorpora las funciones de seguimiento facial y zoom automático, pero lo más interesante para los usuarios que velan al máximo por su privacidad es que incorpora una tapa magnética que enmascara la óptica. Además, puede conectarse y desconectarse de una forma muy sencilla gracias a su conector magnético.
Su calidad de imagen, a prueba
Para analizar la calidad de imagen de este monitor recurrí a Eizo Monitor Test, una herramienta gratuita muy útil no solo para comprobar cómo resuelve un dispositivo de visualización el color, sino también cuáles son sus ángulos de visión, si su nitidez está a la altura, si la retroiluminación es completamente homogénea o si tiene algún píxel defectuoso, entre otras prestaciones.
La siguiente fotografía del panel de esta pantalla la tomé utilizando mi microscopio digital, y en ella podemos ver con mucha claridad la distribución de los subpíxeles RGB de la matriz LCD de tipo VA. La cobertura antirreflejos que Samsung ha introducido en este monitor no es infalible (en algunas de las fotografías de este artículo podemos ver reflejos no demasiado intensos). Eso sí, apenas emborrona la matriz de subpíxeles, algo que, sin embargo, sí hacen otras coberturas antirreflejos más agresivas.
La prueba de patrones geométricos de Eizo Monitor Test no debe poner en apuros a ningún monitor actual de cierta calidad, y esta propuesta de Samsung ha salido bien parada de este primer reto. Su elevada resolución (como hemos visto el panel es 4K UHD) le ayuda a resolver sin problema las curvas, y, además, apenas adolece de ruido de alta frecuencia, por lo que el primer punto se lo anota este monitor.
Los paneles LCD de tipo VA suelen entregarnos una relación de contraste nativo más alta que los IPS, y, según Samsung, la matriz de este monitor nos promete un contraste estático 3000:1. No es una cifra despampanante, pero no está nada mal. De hecho, lo he probado con dos de las películas que utilizo habitualmente para analizar la calidad de imagen de los televisores, ‘El renacido’ y ‘La llegada’, y resuelve razonablemente bien el detalle en las regiones en sombra.
La capacidad típica de entrega de brillo de este monitor, según Samsung, es de 400 nits (desafortunadamente esta marca no indica en sus especificaciones su capacidad máxima de entrega de luz). Es una cifra moderada, por lo que, aunque es capaz de procesar los metadatos de los contenidos HDR10 y HDR10+, no podemos esperar de él que resuelva las zonas más iluminadas de los fotogramas en los que el HDR se expresa sin complejos de una forma espectacular. No lo hace.
Si queremos un monitor que nos entregue la mejor experiencia posible con los contenidos HDR hay otras opciones que tienen una capacidad de entrega de brillo más alta. De hecho, la propia Samsung tiene el espectacular Odyssey Neo G9, un monitor para juegos que es capaz de entregar picos de brillo máximos de 2000 nits (aunque es mucho más ambicioso y caro que este Smart Monitor M8).
El siguiente test expone el panel a un patrón uniforme de color gris con el propósito de poner a prueba la homogeneidad con la que el sistema de retroiluminación le entrega la luz. El leve destello que podemos ver en la zona central del panel está provocado por un reflejo sutil, por lo que no es responsabilidad de la retroiluminación. En cualquier caso, la uniformidad no es absoluta, pero es alta. De hecho, la unidad que hemos probado prácticamente no adolece de fugas de luz ni en los márgenes de la matriz ni en las esquinas, y es un defecto habitual en los monitores con panel LCD.
Lagom LCD Test nos ha ayudado a revisar cómo ha ajustado Samsung la corrección gamma en la calibración de fábrica. Y, como cabía esperar, esta prueba refleja que la curva gamma de este monitor se mantiene muy cerca del valor 2.2 predefinido por la curva de referencia. Esta característica le permite interpretar y reproducir el brillo y el contraste con precisión.
Aun así, quien necesite afinar al máximo no solo la corrección gamma, sino también la reproducción del color, puede recurrir a una herramienta de calibración profesional. La colorimetría de este monitor viene bastante bien afinada de fábrica, pero no es perfecta, por lo que es posible que a los usuarios que planean utilizarlo para retocar imágenes o editar vídeo les venga bien ajustarlo con una sonda y un buen software de calibración.
Según Samsung el consumo típico de este monitor asciende a 40 vatios, y durante nuestras pruebas se ha situado de forma permanente dentro del rango que se extiende entre 35 y 40 vatios, por lo que es evidente que la cifra que nos ha prometido el fabricante es realista.
Su sonido es sorprendentemente convincente (y resultón)
No es habitual que un monitor con un recinto tan estilizado nos entregue un sonido de cierta calidad. Y no lo es debido a las limitaciones físicas que impone una caja de resonancia tan compacta. Pero, sorprendentemente, este Smart Monitor M8 suena bien. Como podemos intuir su extremo grave es moderado (esto no tiene solución si los altavoces integrados no tienen el tamaño suficiente para desplazar un volumen de aire importante).
Sin embargo, reproduce la gama media (especialmente las voces) y los agudos con un nivel de detalle muy digno. En cualquier caso, nos entrega un sonido resultón, pero no espectacular. Quien vaya a utilizarlo para reproducir películas o jugar posiblemente echará de menos una mayor dinámica y un grave más profundo, pero en cualquier otro escenario de uso me parece razonable prescindir de unos altavoces dedicados porque en esas condiciones esta pantalla da la talla.
Samsung Smart Monitor M8: la opinión de Xataka
Se me ocurre una larga ristra de adjetivos que encajan estupendamente en una descripción de este monitor. Bonito, estiloso y ambicioso son solo algunos de ellos, pero reflejan bien qué es lo que nos propone. Su principal seña de identidad, como hemos visto, es la habilidad con la que aúna las prestaciones de un monitor tradicional y un Smart TV de última generación.
Su principal seña de identidad es la habilidad con la que aúna las prestaciones de un monitor y un Smart TV
Además, a algunos usuarios les vendrá de maravilla la posibilidad de utilizarlo para acceder de forma remota a un segundo equipo. Y no podemos pasar por alto que su calidad de imagen es notable, y tampoco que resuelve el sonido de una forma sorprendentemente convincente. Sin embargo, también tiene carencias, aunque no son dramáticas.
A su ergonomía no le habría puesto ninguna pega si además de dejarnos ajustar la altura del panel y su inclinación nos permitiese pivotarlo y girarlo. Por otro lado, su conectividad tiene un margen de mejora muy claro, y, como he explicado unos párrafos más arriba, no me parece una opción apetecible para jugar si somos exigentes con el tiempo de respuesta. En cualquier caso, quien aprecie sus bazas y pueda disculpar sus carencias acertará si lo tiene en cuenta. Prometido.
Samsung Smart Monitor M8 (S32BM801) – Monitor Plano de 32″, 3840 x 2160 (UHD 4K), Plataforma Smart TV, AirPlay, Mirroring, Office 365, Dex Inalámbrico, Altavoces Integrados, WiFi, USB Tipo C, Blanco
Este monitor ha sido cedido para este análisis por Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.
Más información: Samsung
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Samsung Smart Monitor M8, análisis: lo que lo hace diferente es tan bueno que nos invita a perdonarle sus carencias
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