Samsung QLED Q95T, análisis: un claro candidato a mejor televisor 4K UHD del año
Mantener el pulso a los televisores OLED no es sencillo. Esta propuesta es el modelo más avanzado con panel 4K UHD que Samsung va a colocar en las tiendas en 2020, lo que lo pone en la tesitura de medirse de tú a tú no solo con los televisores con panel LCD más sofisticados, sino también con las soluciones OLED con las que rivaliza en precio y aspiraciones. Pero este no es el único reto que tiene por delante.
Además, es razonable que los usuarios esperemos de él algo más que lo que ya nos ofrecen los modelos Q9FN y Q90R, que son los anteriores televisores insignia con panel 4K UHD de esta marca. Y dar otra vuelta a la tuerca no parece sencillo si tenemos presente que la tecnología que arropa a los paneles LCD, especialmente el tratamiento del color mediante nanocristales y la atenuación de la retroiluminación, parecen haber alcanzado una madurez plena. Las circunstancias no se lo ponen fácil a este televisor, lo que hace aún más emocionante e interesante este análisis. Veamos si está a la altura. O no.
Samsung QLED Q95T: especificaciones técnicas
Una manera eficaz de familiarizarnos con este televisor consiste en revisar sus características más relevantes con cierta profundidad, así que os propongo que comencemos indagando en su panel. Al fin y al cabo es el componente con el que se ven obligados a lidiar otros elementos del dispositivo, como la retroiluminación o el procesador de imagen, con el propósito de maximizar su calidad. El que incorpora este televisor es un LCD de tipo VA 4K UHD con una profundidad de color de 10 bits. Como todos los modelos de la familia QLED de Samsung, está respaldado por la implementación de los nanocristales utilizada por esta marca desde principios de 2017, lo que, según la compañía surcoreana, le permite reproducir el 100% del espacio de color DCI-P3.
El algoritmo utilizado para gestionar la atenuación local de la retroiluminación es tan importante como el número de zonas que es posible administrar independientemente
Una de las bazas que tienen los paneles VA si los comparamos con los IPS es su mayor contraste nativo, pero, aun así, no es suficiente para plantar cara a los televisores OLED. Esta es la razón por la que es imprescindible que un modelo de gama alta como este equipado con un panel LCD esté necesariamente respaldado por una retroiluminación muy avanzada. La que incorpora este Q95T es de tipo Full Array Local Dimming, que es la implementación más avanzada de la retroiluminación LED.
Samsung no ha desvelado cuántas zonas es posible administrar de manera independiente, aunque en AVForums aseguran que son 120 zonas. De ser así quedaría muy por detrás en este terreno del Q90R del año pasado, aunque no debemos sacar conclusiones precipitadas debido a que el algoritmo utilizado para gestionar la retroiluminación es tan importante como el número de zonas que es posible administrar independientemente. Más adelante, en la sección dedicada a la calidad de imagen, veremos cómo rinde esta técnica de atenuación de la retroiluminación.
El procesador de imagen que se responsabiliza de recuperar el máximo nivel de detalle posible y de minimizar el ruido de alta frecuencia, entre otras funciones que tienen un impacto profundo en la calidad de imagen, es un chip Quantum Processor 4K. Según Samsung este circuito integrado recurre a la inteligencia artificial para actuar no solo sobre las imágenes que recibe desde la fuente de entrada; también procesa el sonido. Lo pondremos a prueba más adelante, en las secciones del análisis en las que indagaremos en la calidad de imagen y sonido de este televisor.
El modelo Q95T puede procesar contenidos HDR10+, HDR10 y HLG, pero, al igual que las anteriores generaciones de televisores de Samsung, no es compatible con Dolby Vision
Una de las prestaciones más llamativas de este Q95T es su capacidad máxima de entrega de brillo, que, según Samsung, asciende a 2.000 nits. Este valor suele tomarse midiendo la luz emitida por una ventana que ocupa el 10% de la superficie del panel, por lo que doy por hecho que esta marca la ha medido de esta forma con el propósito de respetar la norma. Una cifra como esta nos promete un HDR de buen nivel, aunque, desafortunadamente, en este terreno este televisor nos da una de cal y otra de arena.
La buena noticia es que es compatible con HDR10+, además de, lógicamente, con HDR10 y HLG. Y la mala consiste en que, al igual que las anteriores generaciones de televisores de Samsung, no puede procesar contenidos Dolby Vision. Es una pena porque la compatibilidad total con los formatos HDR más extendidos nos permite a los usuarios despreocuparnos de la tecnología con la que han sido codificados nuestros contenidos, y en un televisor de gama alta como este esta característica habría sido un punto importante a su favor.
SAMSUNG QLED 4K 55Q95T | Características |
---|---|
PANEL | QLED 4K UHD de 55 pulgadas con panel LCD VA de 10 bits y relación de aspecto 16:9 |
RESOLUCIÓN | 3.840 x 2.160 puntos |
RETROILUMINACIÓN | FALD (Full Array Local Dimming) 16x |
HDR | HDR10+, HDR10 y HLG |
PROCESADOR DE IMAGEN | Quantum Processor 4K |
ENTREGA DE BRILLO MÁXIMA | 2.000 nits |
COBERTURA DE COLOR | 100% del espacio de color DCI-P3 |
SISTEMA OPERATIVO | Tizen |
SONIDO | 60 vatios / 4.2.2 canales |
CÓDECS DE AUDIO | Dolby Digital Plus y Dolby 5.1 |
CONECTIVIDAD | 1 x HDMI 2.1, 3 x HDMI 2.0, 2 x USB, 1 x CI, 1 x antena, 1 x cable, 2 x satélite, 1 x salida audio óptica y 1 x Ethernet |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 5 y Bluetooth 4.2 |
CONSUMO TÍPICO | 155 vatios |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase B |
DIMENSIONES | 1.227,6 x 794,8 x 235,6 mm (con peana) |
PESO | 24,1 kg (con peana) |
PRECIO | 1.655,90 euros |
Samsung QLED 4K 2020 55Q95T- Smart TV de 55″ con Resolución 4K UHD, Direct Full Array Elite HDR 2000, Inteligencia Artificial 4K, Multi View, OTS, Premium One Remote y Asistentes de Voz Integrados
Diseño y acabado: un gama alta por pleno derecho
Implementar retroiluminación de tipo Full Array en un televisor con panel LCD tiene un precio: la matriz de diodos LED que es necesario colocar detrás del panel contribuye a incrementar considerablemente su grosor. El de este modelo roza los 3,5 cm, una cifra claramente superior a la que suelen tener los dispositivos con panel OLED. Aun así, es poco probable que este grosor represente un problema para alguien. Además, el perfil del Q95T está rematado en un bonito marco de aluminio muy bien mecanizado, y, sobre todo, muy robusto. De la fragilidad que suelen transmitir los televisores OLED cuando los sacamos de su embalaje no queda ni rastro en este QLED, por lo que podemos manipularlo para instalarle la peana o acoplarlo a un soporte de pared VESA con relativa comodidad.
A su diseño no puedo ponerle ninguna pega porque cumple lo que podemos exigir a un televisor de gama alta: el marco que delimita el panel es fino; el perfil metálico es agradable a la vista y suave al tacto; y la peana, como veremos a continuación, es estilizada. Por otro lado, como suele ser habitual, la parte trasera del televisor es de policarbonato. No me parece en absoluto mal que la cobertura posterior sea de plástico porque si fuese metálica incrementaría mucho el peso del televisor, pero, en mi opinión, la de este QLED es demasiado fina. La robustez que transmite el perfil de aluminio no la transmite el plástico de la parte trasera, pero es algo por lo que no tendremos que preocuparnos lo más mínimo una vez que tengamos el televisor colocado en su ubicación definitiva.
Como podéis ver en la fotografía que publicamos debajo de estas líneas, este televisor se sostiene sobre una peana de tipo central, y no sobre pies laterales. En los televisores de 55 pulgadas o más yo prefiero los pies porque incrementan la estabilidad del dispositivo si, por alguna razón, recibiese un empujón accidental (algo que puede suceder si hay niños en casa). Aun así, la peana de este QLED es lo suficientemente robusta y voluminosa para que no tengamos nada que temer una vez que la hemos instalado en su lugar. Este elemento es completamente metálico y está muy bien mecanizado, pero el soporte al que tendremos que recurrir para fijar la peana a la base del televisor es de plástico. Eso sí, esta vez se trata de una pieza de plástico rígida y robusta a la que no le pongo ninguna pega.
Software y calibración: la madurez de Tizen está fuera de toda duda
Sumergirse en el sistema operativo de este televisor es una delicia. La agilidad que tan buen sabor de boca me dejó cuando tuve la oportunidad de analizar el modelo Q900R sigue intacta en este nuevo QLED. Las aplicaciones se inician en un plis plas, el desplazamiento a través de los menús es muy rápido y la organización de los parámetros de ajuste es racional e intuitiva. Además, desde un punto de vista estético Tizen me parece poco intrusivo y estilizado, lo que, en mi opinión, lo coloca un paso por delante en este terreno de Android TV y a la misma altura de webOS, el sistema operativo utilizado por LG en sus televisores.
Todas las aplicaciones relevantes están disponibles para Tizen: Disney+, Netflix, HBO, Amazon Prime Video, Movistar+, Rakuten TV, Apple TV+, YouTube…
No obstante, Tizen no es solo una cara bonita. La plataforma de Samsung hasta ahora se está viendo respaldada por un abanico de aplicaciones muy amplio, y esta me parece una cualidad importantísima. Tanto o más que el diseño y la ligereza de la interfaz. Todas las aplicaciones importantes están disponibles para este sistema operativo: Disney+, Netflix, HBO, Amazon Prime Video, Movistar+, Rakuten TV, Apple TV+, YouTube… No echo de menos ni una sola app relevante, y, además, todas las que acabo de citar nos ofrecen una experiencia satisfactoria cuando corren sobre Tizen, sin ralentizaciones desagradables ni errores fortuitos. Así que, visto lo visto, me parece justo reconocer que no me resulta fácil identificar qué margen de mejora tiene actualmente este sistema operativo.
He tenido la oportunidad de analizar otros televisores de Samsung con Tizen durante los últimos años, así que intuía que la versión instalada en este QLED iba a gustarme. En este terreno era difícil que este televisor me sorprendiese. Sin embargo, sí lo ha hecho en lo que se refiere a la calibración que nos propone de fábrica. Y es que el modo cine tal y como viene cuando sacamos este televisor de la caja nos ofrece un color sensiblemente mejor afinado que los otros televisores de Samsung que han pasado por mis manos. Sin duda, es una noticia estupenda, sobre todo para los usuarios que no tienen los recursos o la paciencia necesarios para calibrarlo por su cuenta de forma minuciosa.
Con la ayuda de un colorímetro y el software adecuado, como, por ejemplo, CalMAN, se puede afinar aún más el color, pero no es necesario afrontar este proceso para sacar partido al potencial de este televisor. Es muy disfrutable tal y como lo sacamos de la caja. Además, sus negros son tan profundos que establecen un marco de referencia capaz de ayudar a los demás colores a lucirse sin necesidad de recurrir a una saturación excesiva, un defecto que, en mi opinión, ha estado presente en la calibración de fábrica implantada por Samsung en otros televisores con anterioridad.
Un apunte más: este televisor incorpora un sensor de luminosidad que ajusta el brillo en tiempo real para adecuarlo a la luz ambiental de la habitación en la que lo estamos utilizando, actuando de una forma parecida a los smartphones y a otros dispositivos que también incorporan esta prestación.
El mando a distancia que acompaña a este Q95T es el mismo que podemos encontrar en anteriores modelos de gama alta de Samsung. Como podéis ver en la siguiente fotografía, es de aluminio e incorpora únicamente los botones estrictamente necesarios. Y me parece bien que sea así porque en la práctica no echas de menos más debido a que la integración entre el mando y la interfaz de Tizen está muy lograda. La única pega que le pongo, aunque reconozco que es algo estrictamente personal, es que incorpora solo tres botones de acceso directo a Netflix, Amazon Prime Video y Rakuten TV. Yo habría agradecido que tuviese una segunda fila de botones que nos permitiese acceder a otras tres aplicaciones relevantes, entre las que podrían estar, por ejemplo, YouTube, HBO o Disney+.
Conectividad y medición del consumo
Al igual que en anteriores modelos de alta gama de este fabricante, buena parte de la lógica de control y todas las conexiones de este televisor residen en un módulo independiente al que Samsung llama One Connect. Los puertos HDMI, USB, Common Interface y la toma de antena, entre otros conectores, están alojados en esta caja externa, de manera que la comunicación entre este dispositivo y el televisor se efectúa a través de un único cable fino y semitransparente diseñado para pasar desapercibido si decidimos instalar el televisor utilizando un soporte de pared. Esta arquitectura acarrea una ventaja importante si optamos por colgar la tele: los conectores permanecen fácilmente accesibles en el módulo One Connect, algo que no sucedería si residiesen en la parte trasera del televisor.
En la siguiente fotografía de detalle podéis ver las conexiones alojadas en el módulo One Connect. El conector propietario del extremo derecho de esta caja es el utilizado para transportar tanto la señal de vídeo como la alimentación hasta el televisor. Un apunte interesante: los cuatro puertos HDMI no son idénticos. Solo el número 3 implementa la tecnología eARC (enhanced Audio Return Channel), por lo que es al que debemos recurrir para enviar el audio, por ejemplo, a una barra de sonido. Y el puerto 4 es el único que implementa la norma HDMI 2.1 completa, por lo que es el que tendremos que utilizar si en el futuro conectamos al televisor un dispositivo capaz de generar señales 4K UHD a 120 Hz, como, por ejemplo, un PC, o, quizá, una de las consolas de videojuegos que llegarán a finales de este año.
Empezamos con las pruebas. En las especificaciones de este televisor Samsung anuncia un consumo típico de 155 vatios que, efectivamente, está en consonancia con el que nosotros hemos medido durante nuestras pruebas. No obstante, el consumo de los televisores con panel LCD y retroiluminación FALD puede incrementarse sensiblemente más allá del valor típico si varios fotogramas consecutivos requieren que la retroiluminación entregue un nivel de brillo muy elevado. Esta suele ser una consecuencia habitual de la demanda de los metadatos dinámicos del contenido HDR10+ (no olvidemos que este televisor no procesa Dolby Vision). Nosotros hemos llegado a medir un consumo máximo e instantáneo cercano a los 250 vatios, pero es el precio a pagar por un televisor con una capacidad de entrega de brillo tan alta como la que tiene este dispositivo QLED.
Calidad de imagen: a la cabeza de los LCD 4K UHD en brillo y color
Antes de comenzar las pruebas de imagen utilizando mis habituales películas de referencia recurrí a mi microscopio digital para echar un vistazo al panel de forma minuciosa. Y me di cuenta de algo muy interesante: el filtro que los ingenieros de Samsung colocan encima del panel para incrementar la dispersión de la luz, y, así, mejorar los ángulos de visión que habitualmente son tan reducidos en los paneles VA, no «empaña» tanto los subpíxeles como en otros televisores QLED. La mitad izquierda de la siguiente imagen la capturé examinando el panel de este televisor de Samsung con el microscopio digital, mientras que la mitad derecha la recogí utilizando el mismo procedimiento con el panel OLED de un C9 de LG de 55 pulgadas.
Como podéis ver en la imagen, los subpíxeles del panel OLED se ven más nítidos que los del panel LCD del televisor QLED debido al filtro que incorpora este último, pero la diferencia no es ya tan acusada como en anteriores televisores de Samsung, lo que demuestra que esta marca sigue trabajando para mejorar sus filtros de dispersión de la luz, que, por otra parte, cumplen bien su objetivo.
El filtro que los ingenieros de Samsung colocan encima del panel para incrementar la dispersión de la luz y mejorar los ángulos de visión no «empaña» tanto los subpíxeles como en otros televisores QLED
El ángulo de visión horizontal de este televisor es muy amplio. No iguala el de los modelos OLED, pero el color apenas se degrada cuando miramos el panel desde una posición muy escorada. Eso sí, la presencia del filtro responsable del ángulo de visión de este televisor atenúa el contraste nativo del panel VA, algo que, como veremos enseguida, queda compensado con holgura por la retroiluminación. Un apunte más: este televisor incorpora una de las mejores coberturas antirreflejos que he visto en acción hasta ahora.
Para poner a prueba la calidad de imagen de este televisor recurrí a mi batería de películas de referencia habitual, entre las que destacan las ediciones en Blu-ray Disc y Blu-ray 4K de ‘Blade Runner’, ‘La llegada’, ‘El renacido’ o ‘Blade Runner 2049’. También utilicé contenidos de Netflix y YouTube que conozco bien y varias películas en DVD con una imagen cuidada, como ‘Kill Bill volumen 1’ o ‘Salvar al soldado Ryan’. Como reproductor empleé nuestra ya imprescindible consola Xbox One X que, además de ser una máquina estupenda para videojuegos, es un lector de películas en soporte físico muy completo.
La alta capacidad de entrega de brillo de este televisor le permite dotar a los contenidos HDR de una espectacularidad inalcanzable para los televisores que no consiguen igualarla
Una de las bazas más contundentes de este televisor es su colorimetría. Como he mencionado unos párrafos más arriba, Samsung asegura que su implementación de los nanocristales le permite cubrir el 100% del espacio de color DCI-P3. No tengo los recursos necesarios para confirmarlo con precisión, pero lo que sí puedo corroborar es que su capacidad de reproducir el color es muy rica y su precisión tonal es alta. Además, resuelve el balance de blancos de forma sobresaliente, una cualidad en la que sin duda tiene mucho peso la forma en que genera el color. Y su capacidad máxima de entrega de brillo es altísima, lo que le permite dotar a los contenidos HDR de una espectacularidad inalcanzable para los televisores que no consiguen igualarla.
La siguiente fotografía la tomé intencionadamente en un espacio con poca luz ambiental para que consiguiese recoger con la máxima precisión posible la intensidad del negro que es capaz de reproducir este televisor. Como podéis ver, es tan profundo que en algunos momentos te ofrece la sensación de estar delante de un panel OLED. Además, el sistema de retroiluminación consigue distribuir la luz de una forma muy homogénea, y el algoritmo de atenuación es probablemente el más preciso y rápido que he visto en acción hasta ahora junto al del también sobresaliente MASTER Series ZG9 de Sony.
Y es que rinde muy bien incluso cuando se desplaza por todo el panel una fuente puntual de luz intensa, una prueba que suele hacérselo pasar mal a la retroiluminación LED de los televisores LCD. Eso sí, en lo que se refiere a la recuperación de detalle en las regiones más oscuras este televisor no tiene la última palabra, una propiedad que posiblemente está condicionada por la firmeza con que el sistema de retroiluminación consigue bloquear la luz.
La siguiente fotografía la tomé durante la reproducción de la secuencia inicial de ‘Blade Runner’ en formato Blu-ray 4K, y, como podéis ver, refleja con claridad la profundidad que este televisor es capaz de dar al negro combinada con la alta capacidad de entrega de brillo de la retroiluminación Full Array en secciones localizadas del panel. En estos dos parámetros este televisor sobresale, pero no lo hace si nos ceñimos al nivel de detalle que es capaz de recuperar en altas luces, que no es tan elevado como el que nos proponen otros televisores de gama alta con panel LCD, como, por ejemplo, el XG95 de Sony. En este y otros QLED la capacidad de recuperar información en altas luces está penalizada por su elevada entrega de brillo, un peaje que en la práctica tenemos que aceptar si queremos disfrutar los 1.700 nits reales que, según AVForums, este televisor nos propone experimentar.
En lo que se refiere al escalado el trabajo que lleva a cabo el procesador de imagen de este televisor, que, según Samsung, está asistido por inteligencia artificial, es muy bueno. La adaptación a 4K UHD de los contenidos que proceden de una fuente 1080p de calidad, como un Blu-ray Disc, es muy convincente. El algoritmo consigue incrementar el nivel de detalle y la nitidez manteniendo bajo control tanto el ruido de alta frecuencia como el realce de contornos. Y en lo que se refiere a la gestión del movimiento, más de lo mismo. En este último parámetro Samsung está cada generación un poco más cerca de Sony y Panasonic, que, en mi opinión, son las marcas que mejor consiguen resolver el movimiento en sus televisores.
Rendimiento con juegos: lo tiene todo para convivir con PlayStation 5 y Xbox Series X
Para averiguar cómo se porta este televisor con videojuegos recurrí una vez más a nuestra infatigable Xbox One X y a varios títulos relativamente recientes, entre los que destacan ‘Mortal Kombat 11’, ‘Forza Horizon 4’, ‘Ori and the Will of the Wisps’ y ‘Halo 5: Guardians’. Hemos elegido estos juegos porque son muy sensibles a la latencia y son útiles para identificar el impacto que tiene en la experiencia de juego. Todo lo que he descrito en la sección anterior en lo que se refiere a la calidad de imagen de este televisor sigue siendo válido con los videojuegos a pesar de que al entrar en acción el modo para juegos se desactiva la mayor parte de los algoritmos de procesado de la imagen.
Este modelo QLED tiene todo lo que los jugadores exigentes podemos pedir a un televisor de última generación: VRR (frecuencia de actualización variable), ALLM (modo automático de baja latencia), compatibilidad con la tecnología de sincronización adaptativa FreeSync y una latencia mínima. Basta jugar unos minutos a ‘Mortal Kombat 11’ o ‘Halo 5: Guardians’ para darte cuenta de que la latencia de este televisor está a otro nivel. De hecho, en AVForums han medido 9,4 ms al habilitar el modo para juegos, un valor que está alineado con mi experiencia al recurrir a juegos muy dependientes de este parámetro.
Las características que acabo de describir parecen indicar que este televisor implementa la norma HDMI 2.1 en todo su esplendor, pero no es exactamente así. Como he mencionado unos párrafos más arriba, según la propia Samsung el puerto HDMI que nos permite entregar al televisor una señal 4K UHD a 120 Hz con una profundidad de color de 10 bits y submuestreo 4:4:4 es el número 4, lo que refleja que este es el único que en realidad implementa la norma 2.1 completa. Los otros tres puertos son de tipo 2.0, pero implementan parcialmente la norma HDMI 2.1, de ahí que nos permitan utilizar VRR, ALLM y eARC, pero no pongan a nuestro alcance la velocidad de transferencia necesaria para transportar señales 4K@120 Hz.
Este televisor tiene VRR, ALLM, FreeSync, una latencia de 9,4 ms, admite señales de vídeo 4K@120 Hz de 10 bits y submuestreo 4:4:4… Lo tiene todo para sacar el máximo partido a PlayStation 5 y Xbox Series X
Otra característica de este televisor que puede ser importante para algunos jugadores, especialmente para aquellos que planean utilizarlo durante sesiones de juego maratonianas, es que, al igual que todos los televisores con panel LCD, es esencialmente inmune a la retención de imágenes. Tomando algunas precauciones no tenemos por qué tener problemas con los dispositivos OLED, pero la retención puede aparecer a medio o largo plazo si exponemos el panel a imágenes estáticas con mucha frecuencia. Todas estas características posicionan a este televisor como una opción muy apetecible no solo para cualquier jugón que utiliza un PC o una consola actual, sino también para aquellos usuarios que están decididos a hacerse con una PlayStation 5 o una Xbox Series X cuando lleguen a las tiendas a finales de este año.
Calidad de sonido: a la altura de lo que podemos esperar de un gama alta
Los fabricantes de televisores se están esmerando con el sonido. Los dispositivos que he analizado durante los dos últimos años resuelven mejor este apartado que las soluciones de generaciones anteriores, lo que demuestra que las marcas son conscientes de que los usuarios no nos conformamos con una imagen cuidada y un sonido manifiestamente mejorable. La tecnología OTS (Object Tracking Sound) que Samsung ha implementado en este televisor ilustra a la perfección este esfuerzo por innovar. Esta prestación recurre a varios altavoces colocados en los márgenes del panel con topología 4.2.2 y una potencia conjunta de 60 vatios para posicionar las fuentes de sonido con precisión. De esta manera persigue que nos dé la sensación de que el audio emitido por una fuente puntual procede de la ubicación de ese objeto en la pantalla.
La tecnología OTS persigue que nos dé la sensación de que el audio emitido por una fuente puntual procede de la ubicación de ese objeto en la pantalla del televisor
Desde un punto de vista global el sonido de este televisor tiene buen nivel. Las voces son nítidas y no suelen quedar enmascaradas por los efectos; puede alcanzar un nivel de presión sonora importante y mantener simultáneamente la distorsión bajo control; la virtualización del sonido envolvente es bastante convincente… Si queremos mejorar nuestra experiencia sonora podemos recurrir a una barra de sonido de buen nivel, o, mejor aún, a un equipo multicanal dedicado, pero los usuarios que no son muy exigentes con el audio disfrutarán el sonido que les propone este televisor. Para concluir esta sección, una de cal y otra de arena. Como podéis ver en la siguiente imagen los parámetros de ajuste fino del sonido son casi tan extensos y minuciosos como los de la imagen. Y es estupendo que sea así. Sin embargo, este televisor tiene una carencia que posiblemente no gustará a algunos usuarios: no procesa audio DTS.
Q60T: esta barra de sonido lleva a este televisor donde no llega por sí solo
Samsung no nos envió su Q95T en solitario para que pudiésemos preparar este análisis. Junto al televisor incluyó la barra de sonido de gama alta que ha lanzado este año para reforzar las prestaciones sonoras de sus televisores QLED, el modelo Q60T. Esta solución integra un total de nueve altavoces y un subwoofer inalámbrico distribuidos en topología 5.1 y con una potencia conjunta de 360 vatios. Como podéis ver en la siguiente fotografía de detalle, la barra de sonido es estilizada (mide 980 x 58 x 105 mm) y su diseño le permite encajar estupendamente con la estética de los televisores QLED. Al menos con la del Q95T que nosotros hemos tenido la oportunidad de analizar.
A diferencia del televisor, esta barra de sonido no procesa solo audio Dolby 5.1; también es capaz de virtualizar sonido multicanal procesando el sonido codificado en formato DTS Virtual:X. El resultado es bueno porque nos ofrece una mayor capacidad de inmersión en el contenido sonoro que el televisor por sí solo. Además, la presencia del subwoofer consigue reforzar el extremo grave más allá del límite que la física impone a los altavoces alojados en el recinto del televisor.
Esta barra de sonido no procesa solo audio Dolby 5.1; también es capaz de virtualizar sonido multicanal procesando el sonido codificado en formato DTS Virtual:X
Hay otras barras de sonido que también pueden ofrecernos una experiencia similar, como, por ejemplo, la Beosound Stage de Bang & Olufsen que analizamos hace unas pocas semanas, pero esta Q60T es una opción que merece la pena considerar si encaja en nuestro presupuesto (cuesta 400 euros). En cualquier caso, si queremos disfrutar la mejor experiencia sonora posible la mejor opción es un equipo multicanal dedicado. Eso sí, es justo reconocer que uno de buena calidad suele ser más caro que una barra de sonido, y también que requiere una instalación un poco más laboriosa.
Samsung QLED Q95T: la opinión y nota de Xataka
Este televisor tiene, ante todo, una personalidad muy marcada. Este carácter le ayuda a diferenciarse no solo de los modelos OLED, sino también de los dispositivos con panel LCD de la competencia. La profundidad de sus negros, su altísima capacidad de entrega de brillo y su muy bien resulta colorimetría son las bazas que podrían convencer a los usuarios que planean renovar este año su televisor, y que aún no se han decidido por un modelo en particular.
Este televisor se siente cómodo con el cine, pero con los juegos da lo mejor de sí mismo
También tiene a su favor la estupenda experiencia que nos propone Tizen por su ligereza y su cuidada interfaz, así como un sonido a la altura de lo que podemos exigir a un televisor de gama alta actual. Y, sobre todo, es un televisor del que es fácil enamorarse si te gustan los videojuegos y estás buscando una pantalla que te permita exprimir no solo los PC y las consolas actuales, sino también las que llegarán a las tiendas dentro de unos meses.
El reverso de la moneda son las carencias de este televisor que no podemos pasar por alto. Porque, como hemos visto a lo largo del análisis, las tiene. En mi opinión las más relevantes son su incapacidad de procesar contenidos Dolby Vision en lo que se refiere al HDR, y la ausencia de compatibilidad con Dolby Atmos y DTS en lo que se refiere al sonido. Además, también habría agradecido que todos los puertos HDMI implementasen la norma 2.1, y no solo el 4. Aun así, este Q95T es un televisor sobresaliente que entra directo en la pugna por el trono al mejor televisor 4K UHD de 2020.
9,4
A favor
- Su calidad de imagen global es muy alta. Sus puntos fuertes son la colorimetría, los negros y la capacidad de entrega de brillo
- Tiene todo lo que pueden pedir los jugones: VRR, ALLM, 4K@120 Hz, una latencia ínfima…
- Tizen es muy rápido y su diseño está muy trabajado
- El sonido está a la altura de lo que podemos exigir a un televisor de gama alta
En contra
- No procesa contenido Dolby Vision y Atmos
- El puerto HDMI 4 es el único que implementa la norma 2.1 completa, y, por tanto, el único capaz de transportar señales 4K@120 Hz
- No procesa sonido DTS
Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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Más información | Samsung
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La noticia
Samsung QLED Q95T, análisis: un claro candidato a mejor televisor 4K UHD del año
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
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