Samsung Galaxy Z Flip5, análisis: la pantalla externa pasa a ser protagonista en un conjunto tan equilibrado como continuista
Ya está aquí la nueva generación de los plegables de Samsung. La compañía surcoreana lleva unos cuantos años apostando fuerte por esta tecnología, ofreciendo opciones para los que quieren una tablet de bolsillo -el Galaxy Z Fold 5– y para los que quieren un móvil de dimensiones convencionales, pero que ocupe menos -el Galaxy Z Flip 5-.
Éste último es en el que más evolución notamos de una generación a otra y, tras algo más de una semana usándolo como móvil principal, vamos con el análisis en profundidad del Samsung Galaxy Z Flip 5 en el que te contamos nuestra experiencia. Había varios retos que superar (temperatura, autonomía y uso plegado) y, al menos en uno, lo han bordado.
Ficha técnica del Samsung Galaxy Z Flip 5
Samsung Galaxy Z Flip 5 |
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PANTALLA INTERNA |
Panel Dynamic AMOLED 2X de 6,7 pulgadas Resolución FullHD+ de 2.640 x 1.080 píxeles Tecnología LTPO con refresco de 1 a 120 Hz Relación 22:9 |
PANTALLA EXTERNA |
Panel Super AMOLED de 3,4 pulgadas Resolución de 748 x 720 píxeles 306 píxeles por pulgada Refresco de 60 Hz |
DIMENSIONES Y PESO |
Plegado: 71,9 x 85,1 x 15,1 mm Abierto: 71,9 x 165,1 x 6,9 mm 187 gramos |
PROCESADOR |
Snapdragon 8 Gen 2 for Galaxy |
RAM |
8 GB |
ALMACENAMIENTO |
256 o 512 GB |
CÁMARA FRONTAL |
10 Mpx f/2.2 |
CÁMARAS TRASERAS |
Principal: 12 Mpx f/1.8, OIS Gran angular: 12 Mpx f/2.2 |
BATERÍA |
3.700 mAh Carga por cable de 25 W Carga inalámbrica Carga inalámbrica inversa |
SISTEMA OPERATIVO |
Android 13 + One UI 5.1.1 |
CONECTIVIDAD |
5G NFC Wifi 6E Bluetooth 5.3 GPS |
OTROS |
Certificación IPX8 Sensor de huellas lateral |
PRECIO |
SAMSUNG Galaxy Z Flip5, 256 GB + Cargador 45W – Teléfono Móvil Plegable, Smartphone Android Libre, 8GB de RAM, Diseño Plegable, Gris (Versión Española)
Diseño conservador con un cambio inteligente
Si has tenido algún Galaxy Z Flip entre manos, lo cierto es que no hay mucho que contar en lo que se refiere al diseño. Desde la primera generación, en líneas generales, todos son muy similares. Incluso entre marcas no es que haya excesivas diferencias en el diseño básico. Ahora bien, donde sí notamos el toque de cada marca es en la bisagra y en la pantalla externa. O frontal, como la llama Samsung.
Vamos a empezar por la bisagra, ya que es el elemento clave de un móvil plegable. Cada compañía tiene su tecnología y eso se nota en tres puntos: ángulo al cerrarlo, resistencia de la misma y la montañita, o arruga, que se forma en la mitad del panel interior cuando tenemos el móvil desplegado.
Aquí hay dos aproximaciones: el efecto visual y si molesta al tacto. Va en gustos y en ese umbral que cada uno tenemos sobre lo que nos moleta y lo que no, pero tengo que decir que, aunque es evidente tanto visualmente como al tacto, te acostumbras en cuando pasas unas horas con él.
Visualmente, se nota si queremos que se note, ya que no vemos normalmente la pantalla desde un ángulo inclinado -que es cuando se hace evidente-, sino de forma prácticamente perpendicular. Cuando estás viendo un contenido, jugando o en redes sociales, la arruga no molesta en absoluto. Si enseñas un vídeo a alguien, ahí seguramente los dos la notaréis perfectamente.
Sobre el tacto, siempre que pases por encima de esa arruga notarás que el panel, evidentemente, no es liso del todo. Mi compañero Ricardo comentó en el análisis del Galaxy Z Flip 4 que el tacto es como el de una pantalla convencional y, curiosamente, en el resto de la pantalla es así. Teniendo en cuenta que es de plástico y no tiene una cubierta de cristal, se siente bien tanto a los toques como al deslizamiento.
Ahora bien, hay que tener cuidado con ella porque es mucho más delicada que una tradicional y se marca con facilidad. Te recomiendo que no lo dejes boca abajo y abierto sobre una mesa, ya que hay partículas que podrían arañarla pese a que los marcos sobresalgan un pelín. Éstos se han reducido respecto a la generación anterior, con un aprovechamiento del 85,9% según GSMarena.
Pero vamos a plegarlo de nuevo. En este modo, me parece un móvil muy especial. Me gusta mucho el formato de los Flip, pero Samsung se estaba quedando atrás respecto al resto de marcas. No tanto en diseño y materiales, ya que los Flip son bonitos, cuentan con laterales de aluminio y dan la sensación de calidad, sino por la bisagra y la pantalla externa.
Samsung consiguió que su bisagra contara con certificación IPX8. Esto significa que es resistente al agua (sumergible a metro y medio por unos 30 minutos), pero no al polvo. Por eso, y según la compañía, no podían hacer que no hubiera un hueco entre las dos partes de la pantalla a la hora de cerrar el móvil.
Con la nueva bisagra para sus dos plegables, han logrado mantener esa resistencia al agua, pero haciendo que la pantalla se hunda un poco más en el interior cuando lo cerramos, ahora no hay diferencia entre la zona más exterior y la más cercana a la bisagra. No es un cierre hermético y, si te fijas, se puede ver luz a través del cierre, pero está claro que la suciedad de un bolsillo o del ambiente lo tendrá mucho más difícil para penetrar.
El próximo reto es hacer que sean resistentes al polvo. Samsung dice que ya están ello y hay analistas de hardware como JerryRigEveryThing que han puesto a prueba la bisagra del Fold 5 (la misma que encontramos en el Find 5) y no se porta nada mal contra arena. Ahora bien, no es un móvil que me llevaría a la playa, ya que ahí hay muchísima arena en suspensión que puede afectar al mecanismo.
Al margen de la bisagra, la experiencia con el Flip 5 me encanta. Es grueso cuando está plegado, pero entra genial en todo tipo de bolsillos, tengan la profundidad que tengan, en un bolso también ocupa menos espacio y el tacto es de gama premium. Cerrado, la gran pantalla externa se integra a la perfección con el resto del dispositivo y la pega que pongo es que los botones están demasiado arriba cuando el móvil está abierto.
El de bloqueo no me molesta tanto porque lo que hago es desbloquearlo con la huella (también tienes desbloqueo facial tanto con la cámara principal como con la frontal) cuando está plegado y, al abrirlo, automáticamente lo tengo desbloqueado. Sin embargo, los de volumen están bastante pegados a la esquina y hay que hacer un movimiento extraño con la mano para controlar el volumen.
Habría puesto el de bloqueo en la mitad inferior y el de volumen en la mitad superior, ambos pegados a la zona de la bisagra, pero Samsung lleva apostando por esta incómoda ergonomía desde el primero y no parece que vayan a cambiar. Cuando está cerrado, la ubicación del botón de bloqueo me parece perfecta.
Pero bueno, más allá de esto, el Z Flip 5 se siente de maravilla entre manos gracias a sus materiales, me parece un móvil precioso y la bisagra me da seguridad pese a que no quiero abrir la pantalla con una mano. De ese modo, te arriesgas a rozarla con la uña y que se marque, así que siempre lo he abierto con ambas manos. Pero bueno, es el momento de hablar de pantallas.
Una pantalla interna brillante y que nos suena demasiado
Empezamos por la interior, siendo la que menos cambia respecto a la generación anterior. De hecho, la experiencia es calcada. Excepto el brillo, el panel del año pasado y el de este son idénticos, y no es malo.
Tenemos una pantalla AMOLED de 6,7 pulgadas que cuenta con una relación de aspecto de 22:9. Esto significa que es bastante más alargada de lo habitual (si la del Xperia 1 V con sus 21:9 ya lo es, la del Flip aún más). Para ver contenido implica que tendrás unas gruesas barras negras en los laterales a no ser que amplíes, pero en ese caso te perderás bastante información del contenido.
Los colores son saturados y tenemos dos perfiles de ajuste para dejarlos a nuestro gusto. Por defecto viene con el modo Intenso, que es el que he tenido durante esta semana. Puedes ajustar un poco el balance de blancos y el RGB de forma individual. También puedes seleccionar el modo Natural que hace que los colores brillen menos (siguen siendo saturados), pero los tonos blancos no son tan azulados.
Tienes modo Always-on Display que se muestra tanto en la pantalla interna (si dejas el móvil abierto) como en la externa, la posibilidad de mantener la frecuencia de refresco a 60 Hz o seleccionar la Adaptable que llega hasta los 120 Hz (es LTPO) y el brillo es una gozada.
Pasamos de los 1.200 nits de pico a los 1.750 nits pico y, en exteriores, el panel se ve perfectamente incluso en los días más soleados. No vas a tener ningún problema con esto, el brillo automático es muy bueno y, en general, la pantalla es ideal para ver contenido HDR y con alta resolución.
Me encanta ver anime en un panel así, pero realmente cualquier contenido se ve genial (teniendo en cuenta que las pieles tienen un puntito anaranjado algo más subido de la cuenta debido a la saturación y, como digo, si ves el contenido en un ángulo recto o casi de 90 grados, no tendrás problema con la arruga.
Con el scroll… depende. Si el deslizamiento lo haces siempre en la mitad de la pantalla, o te acostumbras a hacerlo abajo (como me ha pasado) o siempre notarás el pliegue. Y es cierto que, visualmente, pronto te olvidas de que está ahí, pero es imposible ignorar esta arruga al tacto.
Ahora bien, una pega es que los ángulos de visión son muy mejorables. Aparte de ver la arruga desde ciertos puntos, los reflejos son una constante si no lo tenemos en posición perpendicular. Además, la pantalla se ensucia con extrema facilidad y tiene un protector de pantalla que te conviene no quitar. No lo veas como un protector, sino como parte de la propia pantalla.
Ahora sí: la pantalla externa ayuda a no abusar de la interna
Pero vamos a la joya de la corona porque la pantalla externa ha pasado de ser prácticamente la de un Galaxy Watch a convertirse en algo… útil. Y no, no es que Samsung nos ponga fácil el usar en profundidad esta pantalla.
Antes de hablar de eso, que realmente es por lo que este plegable, y no el del año pasado o el de cualquier otra marca, vale realmente la pena, vamos con las sensaciones. La pantalla de los Galaxy Z Flip ha evolucionado poco en concepto desde la primera generación.
En el primero, teníamos una pastillita minúscula que se convirtió en una pantalla alargada de 1,9 pulgadas en el Galaxy Z Flip 3 y se mantuvo así en el Flip 4. Teníamos widgets de Samsung, podíamos controlar alarmas, el calendario, la música, ver notificaciones (que no responder) y poco más.
Ahora tenemos una pantalla de 3,4 pulgadas en un formato más cuadrado que, para empezar, se ve genial tanto por el brillo como por la resolución, pero para continuar: ahora sí me permite no estar abriendo todo el rato el teléfono. Con el Flip 4 me tenía que obligar a usar los widgets. Con el Flip 5 me sale de forma natural.
Y sí, podemos abrir aplicaciones instaladas en el teléfono. Los widgets tienen un diseño genial, sí, pero al final son… eso, widgets. Si deslizamos hacia la derecha tenemos estas miniapps y, si deslizamos a la izquierda, un panel de notificaciones desde el que podremos responder a muchas de ellas. Un correo, por ejemplo, lo puedes leer, pero no responder. Un mensaje de Telegram o Slack sí puedes contestarlo con el teclado que aparece en pantalla.
Eso de forma predeterminada, tal y como viene el teléfono en cuanto lo sacas de la caja. Y es que, hay algo que no entiendo del Galaxy Z Flip 5: Samsung parece que nos quiere esconder la posibilidad de abrir aplicaciones completas en esta pantalla, incluso cuando permite activarlas tanto desde los ajustes de la misma como a través de una app oficial. Me explico.
Si entras en el apartado de configuración de la pantalla externa, puedes acceder a Labs para activar las aplicaciones en la pantalla frontal. Son apps desarrolladas por terceros como WhatsApp, YouTube, Netflix o Google Maps (esta última tiene muchísimo sentido en esa pantalla), pero supervisadas por Samsung para que la experiencia sea óptima.
Si tienes Spotify o Apple Music instalados, olvídate, no puedes lanzar las apps directamente, pero sí abrirlas desde el modo desplegado, cerrar el móvil y controlar la reproducción con un widget muy bonito y visual en la pantalla externa.
Ahora bien, y aquí está el giro de guion: puedes abrir Instagram, Notion, Gmail, Google, Telegram o la mencionada Apple Music desde la pantalla externa, usar cada app como si estuvieras en la pantalla interna y, todo, de forma oficial gracias a la aplicación Good Lock. Esta app se descarga desde la Galaxy Store, en Xataka Móvil te enseñamos cómo personalizarla y es lo que realmente da sentido a esa gran pantalla externa.
Está claro que no es el formato adecuado para ninguna aplicación, pero todas van genial, la navegación y escritura es muy buena y sí, si te pones a ver Twitter -X, perdón- o Instagram, está claro que cada post ocupará la pantalla entera, pero puedes hacerlo. Estos días he mantenido conversaciones enteras de Telegram desde la pantalla externa, he controlado Slack por la calle sin abrir el móvil y lo mismo con la música.
Es comodísimo y, en cierto punto, entiendo que la compañía no lo active por defecto porque, como no están optimizadas para la pantalla externa, quiere mantener la mejor imagen, pero antes que otras apps de bloatware que sí lleva instalado el Flip 5, habría preferido Good Lock.
Un sonido que cumple
Los Flip, hasta el año pasado, no tenían un sonido a la altura. Con la generación anterior, Samsung mejoró ese aspecto gracias a un doble altavoz que utiliza el auricular como apoyo estéreo. En esta generación, tenemos una configuración muy similar, por no decir idéntica, y el sonido sigue siendo bueno, pero poco más.
Habría sido positivo colocar el altavoz superior con una salida específica en el marco correspondiente. Por ejemplo, si pongo música, lo más normal es que sea cuando estoy en la ducha y, con el Flip, lo que apetece es doblar el dispositivo durante esos minutos. Si lo haces, la calidad sigue siendo buena porque el altavoz inferior es el que tiene el protagonismo, pero se nota que hay frecuencias que están eclipsadas.
No es un mal apartado, simplemente es idéntico al de la generación anterior. Si tienes auriculares, te recomiendo utilizarlos, ya que tienes varios ajustes disponibles, y mejor si son Galaxy Buds Pro. De este modo tienes el sonido envolvente, el tracking de cabeza y ajustes específicos que puedes configurar desde la pantalla externa.
El Snapdragon 8 Gen 2 es una bestia que sufre sin la disipación adecuada
Y un año más, el corazón de los nuevos plegables es el nuevo SoC de Qualcomm. Además, en el caso tanto del Flip 5 como del Fold 5, el elegido es el Snapdragon 8 Gen 2 for Galaxy. Se trata de la versión mejorada (el núcleo principal de la CPU tiene algo más de frecuencia) que ya vimos en los Galaxy S23.
En lo que a rendimiento bruto se refiere, el Flip 5 es una maravilla. No hay sorpresa en este apartado y los test de rendimiento hablan por sí mismos. Sin embargo, ya hemos visto en el caso del Xperia 1 V que, por muy bueno a nivel de eficiencia que sea este SoC, si no está acompañado por un buen sistema de disipación de calor, lo pasa mal.
Samsung Galaxy Z Flip 5 |
SAMSUNG GALAXY Z FLIP4 |
MOTOROLA RAZR 40 ULTRA |
OPPO FIND N2 FLIP |
SAMSUNG GALAXY S23+ |
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PROCESADOR |
Snapdragon 8 Gen 2 (for Galaxy) |
Snapdragon 8+ Gen 1 |
Snapdragon 8+ Gen 1 |
MediaTek Dimensity 9000 |
Snapdragon 8 Gen 2 (for Galaxy) |
RAM |
8 GB |
8 GB |
8GB |
8 GB |
8 GB |
GEEKBENCH 6 (SINGLE/MULTI) |
2.005/ / 5.154 |
1.317 / 3.944 (5) |
1.367/ 3.874 (6) |
1.081 / 3.102(5) |
2.019 / 5.308 (6) |
3D MARK WILD LIFE UNLIMITED |
14.381 |
9.126 |
10.654 |
7.689 |
14.250 |
3D MARK WILD LIFE STRESS UNLIMITED |
12.847 / 4.743 |
10.892 / 8.166 |
10.569 / 3.609 |
– |
14.018 / 13.968 |
PCMARK WORK |
14.333 |
16.243 |
12.178 |
11.866 |
15.823 |
El Xperia era muy delgado y el Flip 5 debe introducir muchos componentes en un espacio extremadamente reducido. Eso supone que la solución de disipación que hemos visto en otros modelos con este SoC, en el Galaxy S23 Ultra, sin salirnos de Samsung, no se ha podido introducir en este plegable y el throttling (el estrangulamiento térmico) es evidente.
Lo es tanto en el procesador como en la GPU y no es que tengas que estar mucho rato en ‘Genshin Impact‘ o en ‘Diablo Immortal‘ para notarlo: grabando un vídeo o transfiriendo al Mac por Neadrop las fotos y vídeos hechas con el terminal, notas que el chasis coge temperatura con facilidad.
En el test de CPU, hay un momento que el terminal se bloquea por completo y, tras unos segundos, vuelve a una estabilidad de entre el 50 y el 60% del total. Con la GPU pasa algo parecido, empezando genial, pero cayendo en picado hasta un 36,9% del total.
Es una asignatura pendiente para el año que viene tanto por parte de Qualcomm como por parte de los fabricantes, claro. Y es que, sí, el Snapdragon 8 Gen 2 es muy estable, pero estamos viendo que, en cuanto el móvil no tiene un potente sistema de disipación, aparece el estrangulamiento.
Flexibilidad que depende de cada usuario
Es el momento de hablar del software. Ye te he contado algunos detalles sobre la pantalla externa, pero hay que aclarar una cosa: aunque puedas poner la aplicación que quieras en esa pantalla frontal, cuando llegan ciertas notificaciones del sistema, tienes que abrir sí o sí el teléfono.
Por ejemplo, imagina que te autenticas en una cuenta de Chrome en un PC que no es el habitual y tienes la autenticación en dos pasos activada. Lo que pasa es que introduces credenciales en ese Chrome, pero debes aceptar en tu móvil Android. En el caso del Flip, te llega la notificación a la pantalla externa y te dice de qué se trata, pero para completar el proceso, debes abrir el teléfono. Y así con varios casos de uso.
Pero bueno, vamos con la pantalla interna. Con un plegable tipo Fold, puedes esperar -exigir- que la multitarea y la productividad sean la piedra angular de la experiencia. Con un plegable tipo Flip, la pantalla externa es protagonista, ya que cuando abres el móvil es… un móvil convencional.
En el momento de escribir estas líneas, tengo One UI 5.1.1 sobre Android 13 y no te voy a descubrir nada: es un sistema maduro, robusto y que no me ha dado ningún dolor de cabeza estos días.
Sí, tiene alguna opción de configuración algo escondida, para los ajustes de batería debes usar el buscador en el apartado de ajustes y viene con bloatware (apps de Microsoft y alguna app suelta como Facebook o LinkedIn), pero la experiencia es fantástica.
No es la capa más limpia y ligera, pero va como la seda. Las animaciones son fluidas, la multitarea es precisa y todo se mueve de maravilla (con la bestia que tiene como cerebro, más le vale). Y luego está Flex. Hay apps, como la cámara, que en cuanto cierras un pelín la bisagra colocan parte de la interfaz arriba y otra parte abajo.
En el caso de la cámara, es útil para hacer videollamadas con el móvil en una superficie, pero si la app no integra Flex, lo puedes forzar pulsando el pequeño icono que aparece en la zona inferior izquierda. En ese caso, dibuja una zona que usar como panel táctil, un sistema para cambiar entre zona superior e inferior, controles de volumen y un lanzador rápido de multitarea.
Te confieso que probé esto el año pasado con el Flip 4 y este año sólo he visto si había alguna app más compatible sin forzar el modo Flex… y ya. No soy el tipo de usuario al que va enfocada esta característica y, cuando está abierto, lo uso como un móvil convencional. Pero bueno, ahí está para quien quiera aprovecharla.
Una batería para el día y poco más
La configuración de batería se ha mantenido idéntica respecto a la generación anterior. Tenemos una doble batería que suma 3.700 mAh y, como era de esperar, en la caja no tenemos cargador, simplemente un USB-C a USB-C.
En mis pruebas, con un uso intensivo de redes sociales, música por Bluetooth de forma ocasional y algunas fotografías y vídeos, he tenido dos experiencias muy distintas. El tiempo total de uso ha sido similar, entre las 26 horas el que menos y las 41 horas del que más. Eso significa que el día está asegurado.
Ahora bien, hay diferencia entre si usas el modo Always-on Display o no. Cuando no lo he tenido activo, he tenido 4:50 horas de pantalla, 4:25 y 3:57 horas. Cuando he activado el Always-on Display, he logrado 3:33 horas de pantalla y 2:21 horas. Esa última cifra me sorprendió, pero bueno, también es cierto que fue fin de semana y usé el móvil más de lo normal.
No me parece una mala autonomía porque siempre he llegado al final del día hiciera lo que hiciera, pero vas a tener que cargarlo por la noche si prevés que el día siguiente no tendrás un enchufe cerca.
Sobre la carga, Samsung sigue anclada en los 25 W por cable, 15 W inalámbricos y con carga inversa de 4,5 W. A continuación, te dejo una medición con un cargador PD que no es el oficial de Samsung con el que promete un 50% de carga en media hora:
- 15% – 16 minutos
- 30% – 35 minutos
- 50% – 63 minutos
- 75% – 100 minutos
- 100% – 135 minutos
En el caso de la carga inalámbrica, he utilizado el Anker 623 de 20 W que se puede conseguir por unos 55 euros. El tiempo total es de casi dos horas y media, por lo que te recomiendo que, si lo vas a cargar de manera inalámbrica, lo hagas o por la noche o cuando sepas que vas a estar un largo periodo de tiempo sentado.
Ah, y algo curioso es que, en el cargador inalámbrico vertical de OnePlus, el Flip 5 no carga debido a que la altura de las bobinas no es la adecuada. En uno horizontal, evidentemente no hay problema, pero es algo que debes tener en cuenta si tienes un cargador vertical.
Son tiempos dilatados, pero los esperables con esa potencia de carga. Y, desde los ajustes, puedes desactivar la carga rápida (no te lo recomiendo) y limitar el porcentaje de carga en cada ciclo para maximizar la vida de la batería.
Las mismas cámaras que el año pasado
Y si decimos que la batería es calcada, las cámaras también. Del Flip 3 al Flip 4 vimos un salto no en megapíxeles, sino en el tamaño del sensor principal. En el caso del Flip 5, la configuración es idéntica a la de la generación anterior y Samsung deja que las novedades las ponga el ISP del Snapdragon 8 Gen 2.
No hay una evolución como tal en los sensores y habría que comparar en idénticas situaciones las dos generaciones para ver qué hace el procesador de imagen, pero dicho esto, y aunque la configuración de cámaras sin telefoto nos sigue dejando fríos en este rango de precio, considero que la mayoría de usuarios tendrán una buena experiencia.
Lo primero es por la aplicación, muy intuitiva para usuarios de móviles de la marca (porque es idéntica a la del resto excepto por el botón superior que nos deja activar la visualización en la pantalla frontal). Tenemos el clásico carrusel de opciones de Samsung, es una aplicación estable y te recomiendo activar ayudas a la fotografía como la cuadrícula.
Dicho esto, vamos a empezar a hablar de los resultados, empezando por la cámara principal. El sensor cuenta con 12 megapíxeles con un tamaño de 1/1.76 pulgadas (no es excesivamente grande), píxeles de 1,8 micras (esto sí está genial) y estabilización óptica.
El procesado es muy Samsung, lo que se traduce en unos tonos saturados a nivel general de la escena, sobre todo con unos cielos que sobresalen. Es curioso, pero si el día está nublado, la foto resultante es bastante natural pese a que los naranjas están saturados, pero como el día sea soleado, el cielo se come la escena.
La profundidad de campo natural es bonita y suave, tenemos un HDR que cumple (aunque no es excelente cuando se trata de levantar sombras en situaciones complejas) y hay situaciones (como cuando hay vegetación) en las que la nitidez artificial se nota mucho. Aun así, y pese a la agresividad del procesado, son fotos atractivas y preparadas para redes sociales.
En interiores, el procesado sigue la misma línea y cuando ponemos las cosas complicadas, como en la tercera foto con el gato sobre la mesa, vemos de qué pie cojea. Hay un exceso de contraste, un buen control de las luces, pero ese punto de luz cenital juega una mala pasada al procesado. Ahora bien, es una situación complicada y siempre podemos juguetear con la imagen suavizando un poco las sombras en una app de edición.
Para el día a día, me parece una cámara principal versátil que no te va a dar los resultados más naturales, pero que por su velocidad de disparo y enfoque (además, con una opción de seguimiento de enfoque que me parece superprecisa tanto para vídeo como para foto) permite que no te pierdas la foto que quieres hacer.
Si quieres tener el mayor control, puedes usar el modo RAW. En el ejemplo que te dejo justo sobre estas líneas puedes ver algo bastante curioso. La primera foto es un JPG en el modo automático, con esos naranjas y azules algo más subidos de la cuenta y las ramas del árbol de la zona superior, muy oscuras a simple vista, con las sombras levantadas.
La segunda foto es el JPG que el modo Pro guarda simultáneamente al RAW. Es un JPG sin tanto procesado, sólo con lo justo y, si bien el color del cielo y el edificio es más realista, el procesado en este modo no levanta absolutamente nada las sombras.
Eso puede estar bien en algunos elementos, como las ramas de la parte superior, pero si te fijas en el suelo, está demasiado oscuro. La tercera foto es el RAW, con el que tenemos bastante margen a la hora de juguetear, pero tengo la sensación de que es un RAW procesado al que se le ha pasado un filtro corrector de ruido.
Cuando la luz desaparece, podemos usar tanto el modo manual como el modo noche forzado. La foto de la izquierda tiene el modo noche activado, mientras que la de la derecha está en modo automático. Hay elementos que en el modo noche parecen más forzados y, aunque se levantan algunas zonas, prefiero el tono más natural del modo automático. Me parece más atractiva la segunda foto, pero eso va en gustos.
Y este ejemplo es curioso porque puedes pensar que una tiene el modo noche activado (por cómo se ve el primer plano y los árboles del fondo a la izquierda) y la otra no, pero realmente las dos están tomadas con modo automático y lo único que parece cambiar es dónde ha tomado automáticamente el móvil el punto de medición.
Lo que me ha encantado es el rango focal de la cámara principal gracias a los aumentos digitales. Para tener sólo 12 megapíxeles, el 2x me parece espectacular, el 4x se defiende de maravilla y el 10x depende. Si lo subes a Instagram o Twitter, la compresión de las plataformas se va a cargar la nitidez de igual forma, así que puede tener un pase.
Cuando queremos hacer un retrato, bien con la cámara frontal o la principal, la tónica es la misma debido a ese procesado que satura elementos como la piel. Se va un poco hacia el naranja y aquí tengo que recomendarte que, si te haces selfies, lo hagas con la principal.
Ahí tienes un ejemplo del modo automático y del modo retrato con la cámara principal viéndome a través de la pantalla secundaria. La primera foto tiene un bokeh muy leve (pero ahí está) y en la segunda ya vemos ese buen, y agresivo, recorte de Samsung.
En edición puedes editar tanto el tipo de desenfoque de fondo como el nivel de agresividad del recorte, algo que Samsung tiene más que controlado.
Con la cámara interior, los resultados son más justitos. El sensor es de 10 megapíxeles con lentes f/2.2 (algo más luminosas que las de la generación anterior) y, curiosamente, los colores son más naturales, pero la calidad general que te da la cámara principal no tiene comparación.
Y pasando al vídeo, pequeña decepción con las resoluciones. El máximo es 4K60, pero con el gran angular nos quedamos en 4K30. De hecho, es curioso porque el problema son esos 60 frames por segundo, ya que al bajar a 1.080p60 (algo con lo que debería poder sin problema), tampoco aparece la opción de grabar con el gran angular.
En exteriores, tenemos un muy buen trabajo gracias a una estabilización impecable y en interiores, aunque el buen enfoque se mantiene, aparece menos información en la captura, con más ruido y artefactos que no deberían estar presentes.
Es un vídeo que cumple, pero considero que falta algo de nitidez incluso en 4K, aunque para almacenar momentos es ideal por ese buen trabajo tanto del enfoque como de la estabilización.
Samsung Galaxy Z Flip 5, la opinión de Xataka
Y llegando al final del análisis del Galaxy Z Flip 5 (y habiendo probado tanto los anteriores como otras propuestas), debo decir que ya no está ese factor sorpresa de hace unos años, pero también admito que Samsung se ha pasado el juego con la pantalla externa.
Es un móvil que, excepto por el procesador y esa pantalla frontal, se mantiene muy similar a la generación anterior, la pantalla exterior resulta en una refrescante actualización porque era lo que debería haber tenido el Flip 4… y no tuvo.
Motorola empujó con los Razr esa pantalla externa útil y Samsung ha recogido el testigo para, de una forma que podría ser algo más intuitiva y que muchos usuarios no sabrán aprovechar a no ser que lean un tutorial, permitir abrir las apps del día a día en esa pantalla frontal.
Realmente cambia la experiencia porque, al menos a mí, me ha sido de utilidad en dos situaciones muy concretas: una cuando vas por la calle con Maps o quieres leer un mensaje. La otra cuando estás en casa, recibes una notificación y simplemente quieres responder rápido. Al no abrir el teléfono, la tentación de ir a TikTok o Instagram a hacer dumb scrolling es mucho menor.
Para el año que viene, considero que con una forma más intuitiva de abrir aplicaciones habrán ganado mucho (también podrían hacerlo en este Flip 5 con actualizaciones), pero no debería ser la única mejora en un Flip 6.
La batería cumple, pero sigue dando unos tiempos de pantalla muy cortos, el sobrecalentamiento continúa siendo un problema y Samsung sigue mostrando poca ambición en el ámbito de la fotografía con su plegable tipo concha.
8,8
9,5
9,5
9
8
9
7,5
A favor
- La pantalla externa es la joya de la corona.
- Diseño robusto con una bisagra que da seguridad.
- Samsung tiene dominada la experiencia de usuario en plegables.
En contra
- El estrangulamiento térmico sigue siendo un problema.
- Autonomía que cumple para el día, pero que sigue siendo justa.
- Cámaras lejos de la gama premium de la propia Samsung.
SAMSUNG Galaxy Z Flip5, 256 GB + Cargador 45W – Teléfono Móvil Plegable, Smartphone Android Libre, 8GB de RAM, Diseño Plegable, Gris (Versión Española)
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
En Xataka | Mejores móviles plegables en 2023: cuál comprar en España y modelos recomendados
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La noticia
Samsung Galaxy Z Flip5, análisis: la pantalla externa pasa a ser protagonista en un conjunto tan equilibrado como continuista
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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