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Rehabilitación energética: Más ahorro y sostenibilidad en cada hogar

El pasado agosto, España vivió el mes más caro de la historia en lo que a precio de la electricidad se refiere: los españoles pagaron, de media, 307,80 euros por megavatio/hora. En los últimos meses, la crisis energética ha puesto de relieve una necesidad para los hogares: reducir su consumo y ser más eficientes.

No obstante, estas premisas ya resultaban esenciales para combatir los efectos del cambio climático y avanzar hacia una sociedad más sostenible, ya que mejorar las viviendas a nivel energético supone también menos residuos, menos emisiones de CO2 a la atmósfera y un gran paso en el proceso de descarbonización.

Precisamente por ello, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) del Gobierno de España incluye un programa de ayudas destinado a la rehabilitación para la recuperación económica y social en entornos residenciales, dotado con 3.420 millones de euros y que contempla 510.000 actuaciones de renovación de viviendas hasta 2026. También algunas administraciones municipales han puesto en marcha incentivos a este respecto.

Cambiar las ventanas, colocar placas solares que suministren energía a toda una comunidad de vecinos, aislar la fachada y la cubierta de un bloque de viviendas, reemplazar el sistema de calefacción por uno más eficiente o elaborar un Libro del Edificio, documento que diagnostica el estado de una construcción y establece una hoja de ruta para posibles rehabilitaciones, son algunas de las actuaciones contempladas en dichos programas.

Asimismo, existe una línea de avales y deducciones fiscales para impulsar la rehabilitación. Más en concreto, los ciudadanos podrán deducir hasta un 20% por actuaciones que reduzcan un 7% la demanda de calefacción y refrigeración en vivienda habitual; un 40% por reducir un 30% el consumo de energía primaria no renovable y obtención de la calificación A o B de la vivienda; y hasta un 60% por reducir un 30% el consumo de energía primaria no renovable y obtención de la calificaciónA o B del edificio.

En el caso de las ayudas, los propietarios, usufructuarios y arrendatarios de viviendas podrán recibir hasta el 40% del coste de la actuación realizada, hasta 3.000 euros y con un coste mínimos de 1.000 euros por vivienda, si con ella se reduce la demanda energética de calefacción y refrigeración en un 7% y se disminuye el consumo de energía primaria no renovable al menos un 30%.

En este sentido, también es financiable la modificacióno sustitución de elementos constructivos en la fachada de adecuación al Código Técnico de Edificación (CTE).

Ventanas

Las ventanas son uno de los elementos arquitectónicos de una vivienda que más peso tienen en cuestión de ahorro y eficiencia energética. «Las ventanas en un edificio constituyen la parte hueca de la envolvente y la más vulnerable a la hora de sufrir intercambios térmicos entre el interior y el exterior», recoge la Guía de la Energía, un documento elaborado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Desde 2015, los fabricantes deben incluir la etiqueta energética, por lo que a la hora de renovar estos elementos resulta más sencillo seleccionar la opción más eficiente.

En cualquier caso, es recomendable optar por aquellas que cuenten con una unidad de vidrio aislante, que incluye entre dos vidrios una cámara de aire que proporciona aislamiento entre el interior y el exterior; y con un marco metálico con RPT (rotura de puente térmico), que proporciona aislamiento con el exterior; o de PVC, material muy aislante. Sobre el sistema de apertura y de cierre, las abatibles permiten superposición de marcos y evitar infiltraciones de aire, mientras que las correderas, no.

Autoconsumo

Aunque pueda resultar un sistema únicamente disponible para viviendas unifamiliares, el autoconsumo de energía eléctrica generada a través de paneles fotovoltaicos o pequeños aerogeneradores también es una realidad para comunidades de vecinos y edificios, lo que también permite un notable ahorro en la factura energética y contribuye a un consumo verde.

Existen dos modalidades: el autoconsumo sin excedentes, para aquellos sistemas que están conectados a la red de distribución o de transporte y a través de un sistema antivertido no permiten que la energía excedentaria se inyecte a la red; y el autoconsumo con excedentes, que son aquellas instalaciones que, además de suministrar energía para autoconsumo, pueden inyectar la energía excedentaria en las redes de transporte y distribución.

Frío y calor

«Se puede conseguir hasta un 60% de ahorro de energía instalando toldos en las ventanas donde da el sol, evitando de este modo la entrada de aire frío y aislando adecuadamente los techos y los muros», indica la guía del IDAE, que refiere además que «la calefacción representa como media el 47% del consumo de energía en los hogares españoles».

Un medidor de energía térmica, colocado en la entrada de la vivienda, o los repartidores de costes, dispositivos que se ponen en cada radiador y miden parámetros de tiempo, caudal o temperatura del agua de distribución, son algunas de las opciones para controlar mejor el consumo en términos energéticos o económicos. También las válvulas termostáticas, que permiten una mejor regulación del radiador facilitando al usuario reducir su consumo energético.

En cualquier caso, la tendencia ahora en sistemas de calefacción y refrigeración en viviendas es la aerotermia, que extrae energía ambiental contenida en la temperatura del aire y la transfiere a las estancias y al agua. Esta puede suponer una reducción de más del 60% en la factura energética y es un sistema que está considerado fuente de energía renovable por el Código Técnico de Edificación. 

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