¿Quién es el mejor de la historia?
Partiendo de la base de que cada época vivió un fútbol distinto, siete figuras han engrandecido la leyenda del denominado deporte rey más que ninguna otra. Son siete jugadores sin cuya narrativa no se puede comprender la evolución, con el paso del tiempo, del FÚTBOL…
Alfredo Di Stéfano
El primer gran revolucionario en el terreno de juego. Todocampista desde sus orígenes, fue el encargado de cambiar la historia y la personalidad del Real Madrid desde su llegada en 1953 hasta su salida once años más tarde. Su fuerte carácter y determinación arrastró al resto de sus compañeros a completar gestas que incluso ahora, casi 70 años después, ni siquiera se han igualado. Fuerza de la naturaleza, la palabra ‘derrota’ no entraba en su diccionario. Y a base de evitar la derrota llegó a límites que hasta entonces nadie había logrado alcanzar. Su salida del Madrid en 1964 parecía traumática, pero los blancos supieron reaccionar, a base de corazón, carácter y determinación. Las bases que Di Stéfano diseñó y perfeccionó de blanco desde 1953 hasta ese 1964.
Pelé
Edson Arantes do Nascimento puso a Brasil en el mapa futbolístico ayudando a toda una nación a superar un luto que duraba ocho años y que amenazaba con extenderse en el tiempo como una ola en el mar. Apenas contaba con 17 años de edad cuando fue requerido para acudir al Mundial de Suecia, en 1958. Aún perduraba el desastre de 1950, cuando Uruguay remontó para dar la vuelta a un resultado y, sobre todo, trastocar la vida de millones de brasileños. Un joven, sin tener aún la mayoría de edad, pero carismático hasta límites insospechados, hacía sonreír a su pueblo con trucos inimaginables con un balón, con su alegría, sus carreras, sus regates y sus goles. Siempre sus goles. Su icónica figura hizo que el Santos nunca quisiera traspasarlo y sí recorrer el mundo en busca de dinero mientras él se divertía y divertía a los demás. Y ganaba. Hasta tres Mundiales. Récord en la historia. Porque Pelé jugó al fútbol. Y muy bien, por cierto.
Johan Cruyff
Un niño delgado que vivía a 800 metros del antiguo campo del Ajax estaba predestinado a revolucionar el fútbol de los 60 y 70. Curiosamente, su primera gran actuación fue en un partido cuya principal protagonista fue la niebla. Ese día, el fútbol conoció lo que se venía cocinando en Ámsterdam. Ese día, el denominado Fútbol Total vio la luz. Y Johan Cruyff fue su máximo exponente. Regateador, habilidoso, goleador, liderazgo, personalidad, carácter… Todo confluyó para un juego vertical, ofensivo, en donde todos defendían y todos atacaban, y en donde Johan, con un simple gesto, sabía lo que iba a pasar antes, durante y después de cada acción, de cada jugada.
Maradona
La esencia del fútbol del potrero llevada hasta límites insospechados. Un fútbol donde lo que se predica es el arte del regate, del pase corto y el juego físico antes que la definición. Maradona fue capaz de ganar no solo uno, sino dos Mundiales, partiendo desde la más absoluta nada. Ganó el Mundial Juvenil de 1979 y siete años después, el Campeonato de México 1986, en donde dejó dos huellas eternas. Ante Inglaterra, la pillería llevada a su máxima expresión: un gol con la mano y otro en donde dejó atrás a media selección inglesa. Trufó su carrera con jugadas y goles inverosímiles que toda la chavalería quería imitar día tras día. Una huella imposible de borrar.
Ronaldo Nazario
Potencia, calidad, arte y ensayo. El mejor delantero de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Finalizador extraordinario, los goles se le caían de los pies con una facilidad y una naturalidad pasmosa, cuando estaban repletos de una dificultad notoria. Gol, pasión y sonrisa. Todo iba compuesto y a la vez. El camino era un fácil recorrido para este artista del gol, que ya provocó quejas en 1994 por no tener ni un solo minuto en el Mundial de Estados Unidos. O Fenómeno ya había hecho gala de todas sus virtudes: explosividad, velocidad, regate, definición… Jorge Valdano lo definió en 2002, año de su fichaje por el Real Madrid: “Cuando ataca, tengo la sensación de que ataca una manada. No uno solo”. Lástima que sus rodillas no quisieran sujetar a tal figura.
Cristiano Ronaldo
Una metralleta en cada pierna y un cañón en la cabeza. El penúltimo héroe en un terreno de juego y rival descarnado de Messi en el siglo XXI. Cristiano Ronaldo es el máximo goleador de la historia, reconocido por la FIFA, algo impensable cuando debutó en 2003. Punta de lanza en los diferentes equipos en los que ha militado, el portugués sigue teniendo la portería en la cabeza. Sabe perfectamente dónde ubicarse para recibir el balón en su mejor posición y, desde ahí, arrancar una jugada que normalmente va a finalizar en una muesca más en cualquiera de sus piernas.
Messi
La suma de todos los anteriores. Regateador, goleador, con personalidad, liderazgo, inventiva… El Mundial de Qatar ha sido un último ‘Last Dance’ del argentino, pero repleto de todas sus virtudes. Arropado desde el banquillo, ha venido preparándose para el asalto al último y único trofeo que le quedaba, y lo ha hecho dejando su huella desde el primer partido. Ha sabido liderar a sus compañeros, algo que ha venido absorbiendo desde que debutase hace 18 años. Ha sido en esta, su mayoría de edad en el terreno de juego donde ha obtenido su máximo provecho. Ahora espera sucesor…
Analizados sus méritos y sus singularidades, es el momento del voto…