Qué ver y hacer en Cuenca en 48 horas: de las Casas Colgadas a sus increíbles iglesias
En el interior de la Península Ibérica hay multitud de ciudades que pasan por debajo del radar en lo que a turismo se refiere, pero que también son dignas de una visita. Uno de esos lugares infravalorados es Cuenca, y es que en la urbe de Castilla-La Mancha hay multitud de enclaves increíbles que quizá no son tan conocidos como los que puede haber en otras partes de España, pero que no por ello dejan de ser impresionantes. Por ello, pasar un fin de semana en esta antigua ciudadela musulmana hará las delicias de cualquier turista.
Desde magníficos edificios con muchos siglos de historia hasta rutas de senderismo por entornos que parecen de otro planeta, en la ciudad de Cuenca hay increíbles maravillas tanto arquitectónicas como naturales que suelen pasar desapercibidas, pero que en realidad son una verdadera joya del patrimonio español. Una escapada de dos días a esta magnífica ciudad de Castilla-La Mancha es perfecta para conocer en profundidad los encantos de este impresionante lugar.
Día 1 en Cuenca: los encantos de la ciudad
La mejor manera de comenzar la visita en Cuenca es en su Plaza Mayor. Su curiosa forma trapezoidal la hace una de las más especiales de toda España, y en ella se puede contemplar la preciosa fachada barroca del ayuntamiento, así como visitar su extraordinaria catedral gótica, aunque en ella también se puede encontrar una mezcla de otros estilos como el renacentista o el neogótico.
Una vez se haya conocido el espectacular interior del templo, es hora de dirigirse al lugar más célebre de toda la ciudad de Cuenca: las Casas Colgadas. Estos increíbles edificios se encuentran a tan solo unos minutos de la Plaza Mayor y sus impresionantes balcones suspendidos sobre la hoz del río Huécar se han convertido en una de las estampas más impresionantes de toda España.
Por la tarde, lo primero que hay que hacer es atravesar el espectacular puente de hierro de San Pablo, erigido a principios del siglo XIX y que conecta el casco histórico de la ciudad con el precioso Convento de San Pablo, la siguiente parada del itinerario. Este extraordinario monasterio fue construido en el siglo XVI al otro lado del Huécar y hoy en día es un Parador, lo que también le hace una de las mejores opciones para alojarse en Cuenca. Para terminar el primer día en la ciudad, lo ideal es acercarse a la impresionante Iglesia de la Virgen de la Luz, erigida en el siglo XVIII.
Día 2 en Cuenca: iglesias preciosas y vistas increíbles
El segundo día del fin de semana en Cuenca lo comenzamos de nuevo en la Plaza Mayor, aunque esta vez para visitar el precioso palacio episcopal, un increíble edificio plateresco que alberga el Museo Diocesano. Después de contemplar todas las reliquias que se exponen, es hora de visitar otras iglesias de la ciudad que también merecen mucho la pena, como la de San Andrés, la de San Miguel o la de San Nicolás. Tampoco te puedes perder el Convento de la Merced ni la Torre de la Mangana, una impresionante construcción cuyo origen es desconocido.
Después de degustar la increíble gastronomía local, lo ideal para terminar la visita a Cuenca es visitar otro de los enclaves más famosos de la urbe: la Ciudad Encantada. Este espectacular paraje tiene algunas de las formaciones de roca caliza más increíbles de toda la Península Ibérica, creadas por la acción de los elementos de la naturaleza durante miles de años. Este impresionante paisaje kárstico es perfecto para terminar un fin de semana increíble en uno de los lugares más especiales de España.
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