Viajes

Qué ver en Japón en 15 días o menos

Japón es uno de los destinos más completos para los amantes de los viajes: infinidad de templos, naturaleza espectacular, relajantes onsen y tradiciones milenarias que a nuestros ojos resultan sorprendentes. El país se mueve en un equilibrio perfecto entre la tradición y la modernidad. Estas son las experiencias que no te puedes perder y que no las encontrarás en ningún otro lugar del mundo.

Ver florecer la flor de loto

Este espacio verde cuenta con una cantidad impresionante de atracciones y lugares inesperados, lo que lo convierte en uno de los más populares de Tokio. Situado en Taito Ward, al noreste de la capital, el parque de Ueno alberga varios museos, santuarios, un zoológico y el maravilloso estanque de Shinobazu que en temporada se llena de lotos. Si acudes a primeras horas de la mañana los verás en todo su esplendor. También en primavera este parque es uno de los mejores lugares para festejar la floración de los cerezos.

Relax en un onsen tradicional

El país cuenta con miles de baños termales de aguas volcánicas, son los tradicionales onsen, una actividad más que recomendable durante tu viaje al país nipón. Uno de los lugares más populares para disfrutar de estos spas a la japonesa es Hakone, donde los baños se encuentran en plena naturaleza y con unas vistas espectaculares al monte Fuji. Se llega fácilmente en tren desde Tokio, Osaka o Kioto. Los baños, que suelen estar separados para hombres y mujeres, se toman totalmente desnudos.

El Monte Fuji, la joya del país

Es uno de los principales iconos del país, su belleza te dejará impactado. A pesar de que está activo existen visitas guiadas para acceder a él. Eso sí, aunque en los últimos años se ha puesto de moda intentar alcanzar su cima, hay que estar muy preparado para emprender la hazaña. La temporada de ascensos al Monte Fuji es de julio a septiembre.

Otra manera de disfrutar de su grandeza es acercarte a los lagos próximos. De hecho, a la base del monte se la denomina la Región de los Cinco Lagos. Ver el amanecer desde alguno de ellos, ante la imponente silueta del Monte Fuji, es algo único y espectacular.

El cruce de Shibuya, el más transitado del mundo

¿Te imaginas cómo te sentirías estando en un lugar por el que pasan más de dos millones de personas al día? Se trata del paso peatonal que se encuentra al salir de la estación de trenes del barrio de Shibuya, en Tokio, y que es el punto más transitado del mundo. Cada vez que los semáforos se ponen en verde comienza un espectáculo visual de personas cruzando en distintas direcciones. Y lo más insólito: sin rozarse o chocarse con nadie. Un ordenado caos que no verás en otro lugar del mundo. Por cierto, al lado está la estatua del famoso perro Hachiko.

Visitar un maid café o cafetería de sirvientas

En Japón todo es sorprendente. Lo experimentarás si visitas uno de los muchos maid cafés que proliferan en la ciudad y en los que las camareras, disfrazadas con trajes de sirvientas, se refieren a los clientes como sus jefes o amos. Esta tendencia surgió a raíz de los personajes de los manga (comics tradicionales) y se han vuelto muy populares. También puedes encontrar a las chicas en la calle repartiendo propaganda de su local e intentando captar clientes.

Los Hanamachi, barrios de las geishas

Una de las maneras de sumergirse en el Japón más tradicional es hacer una visita por los rincones menos turísticos, como el barrio de Gion Kobu, para vivir de primera mano todos los detalles y secretos que rodean a las Geishas de Kioto. Recorriendo sus calles te encontrarás con geishas y maikos saliendo o volviendo de trabajar.

El asombroso templo sintoísta de Kioto

Japón está lleno de templos, pero en uno de los distritos de Kioto hay un santuario sintoísta que te recomendamos no perderte: el Fushimi Inari-Taisha. Y si el templo es impactante, el camino para llegar a él, lo es aún más. El recorrido se hace bajo miles de toris rojos (puertas sagradas), que se extienden durante unos 4 kilómetros a lo largo de la montaña. Siempre hay gente visitando este popular templo que permanece abierto las 24 horas del día.

La belleza de los cerezos en flor

En Japón la primavera brilla como en ningún otro lugar del mundo y el responsable es el hanami. Toma buena nota porque dependiendo del momento en el que viajes, la cita con este marvilloso espectáculo cambia de lugar. Las flores de cerezo comienzan a florecen en Okinawa a finales de enero, mientras que en Tokio y Kioto suele ser a finales de marzo y principios de abril. Este fenómeno natural depende del clima, con lo que cualquier variación del tiempo puede cambiar la fecha del hanami.

Un entrenamiento de sumo

Posiblemente no lo tenías en tus planes, pero te recomendamos asistir a un entrenamiento de sumo, el deporte nacional nipón que cuenta con más de 1300 años de antigüedad. Te aseguramos que va a ser una de las experiencias más fascinantes del viaje. Puedes disfrutar de esta lucha, llena de rituales ancestrales, en una de las muchas heyas (gimnasios) que existen en Tokio.

La isla de Miyajima

Japón es un archipiélago, por lo que cuenta con infinidad de islas, aunque hay una que es muy especial: la isla de Miyajima, que se encuentra cerca de Hiroshima. Aquí podrás visitar el santuario de Itsukushima, que tiene la particularidad que está construido sobre el agua. Es el más famoso por su espectacular puerta, o torii, que también está situada en medio del mar.

Shirakawa-go, una aldea de cuento

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995, a esta aldea situada en el centro de Japón (en la prefectura de Prefectura de Gifu) se accede mediante un puente colgante y no muy ancho. Rodeada de montañas, Shirakawa-go es conocida por sus típicas casas de estilo gassho-zukuri, (algunas del siglo XlX). Es uno de los lugares más mágicos y en el que podrás descubrir cómo era la vida tradicional de este país.

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