Qué son los terrores nocturnos y cómo perjudican nuestro descanso
Si alguna vez has visto a una persona gritar y agitarse en sueños, lo que has contemplado es lo que se conoce como terror nocturno. Puede resultar escalofriante, pero, afortunadamente, en la mayoría de los casos no es un problema serio.
¿Qué son los terrores nocturnos?
Los terrores del sueño son una parasomnia, como las pesadillas, el sonambulismo o las parálisis del sueño: fenómenos no deseados durante el sueño. Concretamente, consisten en episodios de gritos, miedo intenso y agitación del cuerpo. Normalmente duran entre varios segundos y unos minutos.
Se diferencian de las pesadillas en que provocan manifestaciones en la conducta, normalmente no despiertan a quien los padece, y a menudo no se recuerdan los detalles del contenido del sueño.
Así, por ejemplo, la persona puede proferir gritos atemorizantes, sentarse en la cama, abrir los ojos y mirar fijo, respirar aceleradamente, agitarse, patear, pegar, ser difícil de despertar, no recordar el suceso a la mañana siguiente o tener una conducta agresiva.
Son mucho más comunes en niños, y se estima que pueden llegar a afectar hasta a un 40% de ellos. No obstante, también se producen ocasionalmente en algunos adultos, especialmente en casos de privación del sueño, cansancio extremo, niveles elevados de estrés, interrupciones frecuentes del sueño, fiebre, apnea del sueño, trastornos depresivos o de ansiedad y de elevados consumos de alcohol u otros psicotrópicos.
¿Cuándo suponen un problema?
De manera aislada, los terrores nocturnos no son un problema serio. En cambio, si se dan unas circunstancias determinadas sí pueden perjudicar nuestra salud y deberían ser atendidos.
Los principales signos preocupantes serían que aparezcan con frecuencia, que supongan un impedimento para el descanso de otros, que la persona que los padece represente un peligro para sí misma o para otros; que provoquen signos de un descanso deficiente durante la vigilia o que comiencen durante la adultez.
En aquellos casos en los que sea extremadamente necesario, el tratamiento de los terrores nocturnos puede comprender el uso de fármacos como las benzodiacepinas. Sin embargo, normalmente consisten en tratar el problema asociado.