¿Qué le pasa a Marc Márquez? Las claves del calvario del ’93’ y su accidentado inicio de la temporada
El Mundial de MotoGP 2022 ha empezado con mal pie para Marc Márquez. El piloto de Repsol Honda sufrió cuatro caídas durante el primer Gran Premio del año, en Indonesia, la última de las cuales le dejó sin poder disputar la carrera.
Una espeluznante caída durante el warm-up por la que tuvo que ser evacuado al hospital siguiendo el protocolo y, aunque el de Cervera se encuentra bien, hay motivos para preocuparse por lo que viene.
Tras sus dos incidentes en la clasificación, Márquez achacó los problemas a la moto, a la que aún no se ha adaptado, despejando las dudas sobre posibles recaídas en su problema de visión doble o resentimiento de la lesión en el hombro.
«Desde el primer test ya dije que estaba teniendo problemas con el tren delantero y que necesitaba entenderlo; con la otra moto estaba listo con esa parte delantera, conocía el límite muy bien. Me caía también, pero sabía cuál era su límite y hoy, por ejemplo, la primera caída la he entendido, y la segunda no«, explicó el piloto.
Se mostraba optimista el sábado pese a los percances experimentados, pero todo se torció aún más el domingo. Fue, sin embargo, el propio Márquez el encargado de tranquilizar a sus fans a través de sus redes sociales, donde compartió el vídeo de la caída asegurando que, pese a todo, estaba bien.
Los fantasmas del pasado también se suben a la moto
A pesar de que Márquez ha dejado claro que las caídas del fin de semana se deben a su falta de adaptación a la nueva Honda, es inevitable plantearse si los problemas físicos que arrastra desde 2020 tienen algo que ver en su pobre rendimiento inicial.
La explicación que da el piloto de Cervera es que arriesga donde no debe porque no está hecho a su nueva herramienta de trabajo y allí donde antes protagonizaba salvadas espectaculares ahora es incapaz de enderezar el rumbo.
Pero los fantasmas del pasado y el miedo a fallar son también parte esencial de los problemas del ocho veces campeón del mundo, que ha pasado de ser el rival a batir favorito a todo, a tener que ir a rebufo de los jóvenes que vienen pisando fuerte.
El margen de mejora, no obstante, es amplio, y, si el año pasado fue capaz de ganar tres carreras después de pasar por el quirófano tres veces y antes de sufrir la diplopia, está claro que no se puede dar por perdido a un Marc Márquez que nunca se rinde.