Salud

Qué le ocurre a nuestro cuerpo (y cerebro) cuando se vomita

Unas copas de más, una indigestión con ostras, marisco en mal estado, una comida demasiado copiosa… Empacharse o intoxicarse en estas fechas es sencillo y los posibles desencadenantes acechan en cada rincón durante estas fiestas navideñas, en las que es fácil excederse y acabar abrazado al urinario devolviendo uno de los días más señalados del año. Si embargo, ¿cuál es el proceso que desencadena el vómito en los humanos?

Para entender cómo funciona exactamente este mecanismo, investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Biológicas de Pekín ha realizado un estudio con ratones, a los que han suministrado una toxina bacteriana causante de intoxicaciones alimentarias, según explica EurekaAlert!, que se hace eco del estudio publicado en la revista Cell. Aunque estos roedores no vomitan, porque su esófago es demasiado largo y su musculatura demasiado débil, sí que tienen náuseas, lo que sirve igualmente de indicador.

En concreto, han empleado la enterotoxina estafilocócica A, producida por el Staphylococcus aureus y que también desencadena enfermedades de transmisión alimentaria en los humanos. Al suministrarla a los ratones, los científicos observaron en los animales una apertura inusualmente amplia de la boca, así como contracciones del diafragma y de los músculos abdominales (algo que también sucede a los perros cuando vomitan).

A través de un proceso basado en sustancias fluorescentes, las investigaciones revelaron que la enterotoxina provocaba la liberación de serotonina. Este neurotransmisor desencadena un proceso químico que envía un mensaje a través de los nervios vagos -los principales conectores entre el intestino y el cerebro- a unas células específicas conocidas como neuronas Tac1+DVC en el tronco encefálico.

Cuando los investigadores desactivaron estas neuronas o cesó la producción de serotonina, las arcadas de los roedores disminuyeron sustancialmente en comparación con el grupo de control, y lo mismo sucedía con las náuseas provocadas por la doxorrubicina, un medicamento usado habitualmente en las sesiones de quimioterapia.

«Con este estudio, ahora podemos comprender mejor los mecanismos moleculares y celulares de las náuseas y los vómitos, lo que nos ayudará a desarrollar mejores medicamentos«, afirma el neurobiólogo Peng Cao, del Instituto Nacional de Ciencias Biológicas de Pekín.

De acuerdo con los científicos, los tejidos intestinales formados por las llamadas células enterocromafines son responsables de la liberación de serotonina en el intestino, y futuros estudios podrían analizar cómo las toxinas interactúan con ellas en particular para desencadenar el proceso del vómito. Por el momento, esta investigación sugiere que el cuerpo produce una respuesta defensiva similar ante la intoxicación alimentaria y la quimioterapia.

Asimismo, este estudio puede conducir a mejores medicamentos contra las náuseas para quienes reciben tratamientos de quimioterapia, lo que les permitirá afrontar el proceso de lucha contra el cáncer con menos efectos secundarios.

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