Precio de la luz disparado, dependencia del gas, apuesta nuclear, hidrógeno verde… ¿Hacia dónde va la energía?
El precio de la factura eléctrica se disparó en 2021 y la tendencia alcista puede seguir al alza este año 2022. ¿Por qué sube y seguirá subiendo? ¿España es un país muy dependiente del gas? ¿Debemos volver a apostar por la energía nuclear como hace Francia? ¿Son las energías renovables el presente y el futuro de nuestro país para no tener que pagar tanto y para lograr mucha menos contaminación? ¿Y el hidrógeno verde, es otra opción de futuro?
A todas estas cuestiones de 20minutos responde Carlos González Baquero, responsable sector Energía y Utilities de Capgemini España, una de las grandes multinacionales de consultoría a nivel mundial.
Hay un fuerte malestar ciudadano por el elevado coste de la factura eléctrica. El precio de la luz registro en 2021 registros históricos. ¿Puede resumir por qué el precio está tan alto?
El elevado coste de la luz es una situación derivada de la creciente demanda energética y que hace que las naciones dependan más del gas, cuyos sobrecostes se trasladan al precio. Además, el encarecimiento de las emisiones de CO2 también es responsable de la fuerte subida de los mercados eléctricos en toda Europa en los últimos meses.
¿Cuáles serán las principales tendencias de los mercados y las tecnologías de la electricidad y el gas a nivel mundial en general, y europeo en particular, de cara a este año 2022?
Hemos desarrollado el informe Observatorio Mundial de los Mercados de la Energía (WEMO), en el que analizamos el estado y las tendencias de los mercados y las tecnologías de la electricidad y el gas a nivel global, y ofrecemos información sobre los avances en la lucha contra el calentamiento global y la evolución de la transición energética hasta el momento.
El aumento de la oferta de las renovables y las tecnologías energéticas es una de las principales tendencias del futuro más inmediato. De hecho, los mercados al contado de electricidad se encuentran en niveles récord, vinculados a la demanda sostenida, a los bajos márgenes de capacidad de generación, a los altos precios del gas y, en Europa, a los altos precios del carbono.
¿Qué otras tendencias detectan?
En el informe también se destaca que la oferta de electricidad de origen renovable ha aumentado y los costes de las renovables han seguido disminuyendo en los últimos meses.
En concreto, las capacidades de generación de energía solar y eólica ya aumentaron en 2020, representando el 10% del mercado de generación de electricidad. Y la tendencia a la baja de los costes podría invertirse en los años siguientes, a medida que aumenten los precios de los llamados metales críticos (cobalto, litio, selenio, estaño, etc.), los equipos y el transporte.
Adicionalmente, otra tendencia reseñable es la fuerza que está cobrando cada vez más el hidrógeno verde, que tiene el potencial de descarbonizar un 15% adicional de la economía mundial. Eso sí, su precio es tres veces más elevado que el del hidrógeno de origen fósil. No obstante, la disminución de los costes de la electricidad renovable y de los electrolizadores podría conducir a la paridad en 2030.
¿Cree que España debe apostar sí o sí por las energías renovables?
Lo que es un hecho es que hay datos que así lo avalan. Teniendo en cuenta que el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero vuelven a aumentar, necesitamos planes realistas y asequibles para acelerar la transición energética. Frenar la trayectoria del cambio climático requiere un cambio de marcha en lo que respecta a la inversión.
Cada euro invertido debe traducirse en una disminución de las emisiones. Ahora es necesario invertir mucho más en la generación de bajas emisiones de carbono si queremos cumplir con el crecimiento de la electrificación y, al mismo tiempo, descarbonizar la generación de electricidad.
¿Cómo ha impactado la pandemia en las políticas energéticas?
El impacto de la Covid-19 ha sido importante. Sin embargo, como hemos visto en el primer semestre de 2021, la pandemia no ha provocado una disminución sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero compatible con el objetivo de calentamiento global de 1,5 °C para 2100.
Es preciso multiplicar los esfuerzos en el despliegue de tecnologías bajas en carbono, el aumento del almacenamiento estacionario y el crecimiento de la electrificación. Por no hablar de la importancia de que la sostenibilidad de la generación eléctrica, el almacenamiento en baterías y la producción de hidrógeno y de bajas emisiones de carbono, se evalúen a lo largo de sus ciclos de vida. Las energías renovables han cambiado las métricas de medición y se necesitan otras nuevas.
El camino hacia las cero emisiones netas debe basarse en métodos de medición científicos indiscutibles y en datos precisos que incluyan todos los gases de efecto invernadero. El acceso a la energía se está convirtiendo en un reto social: la industria y los gobiernos deben encontrar el equilibrio entre la descarbonización y la garantía de que las necesidades energéticas mundiales sigan siendo accesibles para todos.
Hay expertos que abogan por que España siga la senda de Francia y apueste más por las nucleares, ¿qué opina usted?
Es cierto que Francia está seriamente comprometida con su objetivo de conseguir la neutralidad de emisiones de carbono lo antes posible. Como consecuencia, el país galo ha vuelto a apostar de manera firme por la energía nuclear, a pesar de los sobrecostes y problemas de seguridad en los que deriva su desarrollo.
En España se mantiene el calendario en cuanto al desmantelamiento de las siete centrales que aún tenemos operativas y se cerrará el último reactor nuclear en 2035. La idea es sustituir las plantas nucleares por renovables que permitan almacenar de forma eficiente la energía producida. Todo esto en pos de conseguir los objetivos climáticos y reducir las emisiones actuales para intentar ser un país neutro de carbono en 2050.
Lo cierto es que a día de hoy las energías renovables no son suficientes para proveer de energía a toda una nación, ya que muchas de ellas están a expensas de las condiciones climáticas para funcionar correctamente. En este sentido, la energía nuclear parece la solución más óptima.
¿Qué es el hidrógeno verde y por qué está cobrando cada vez más fuerza?
La realidad es que, a pesar del gran desarrollo de las energías renovables que vivimos en la actualidad, el mundo no está en camino de cumplir con los objetivos climáticos propuestos por el Acuerdo de Paris. Según la Agencia Internacional de la Energía, es necesario multiplicar entre 5 y 10 las inversiones en tecnologías con bajas emisiones de carbono durante los próximos 20 años. Por tanto, los líderes mundiales deben tomar medidas con carácter inmediato.
La descarbonización del planeta es objetivo prioritario para la mayoría de los países. Hoy en día, el hidrógeno es responsable de más del 2% de las emisiones totales de CO2 en el mundo, y su descarbonización da lugar al hidrógeno verde.
A través de la electrólisis, un proceso químico que utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua, se genera electricidad de una fuente renovable y, como resultado, se obtiene energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera. Debido a su potencial de descarbonizar un 15% adicional de la economía mundial, el hidrógeno verde está cobrando cada vez más fuerza.
¿En la actualidad el hidrógeno verde es excesivamente costoso?
El hidrógeno verde es costoso, alrededor de tres veces más caro que el hidrógeno de origen fósil. Sin embargo, la disminución de los costes de la electricidad renovable y de los electrolizadores podría conducir a la paridad en 2030.
¿España es demasiado dependiente del gas de otros países?
Sin duda y de ahí que nuestra economía se esté viendo seriamente impactada por la volatilidad de los precios. En líneas generales, esta es la tendencia que se vive en Europa. La gran mayoría de países superan el 50% en cuanto al nivel de dependencia del suministro de gas procedente de otros países. Según el INE, la dependencia energética del exterior de nuestro país se sitúa en aproximadamente en un 73-74%.
Nuestra capacidad de producción propia no supera un tercio de lo que consumimos. Parece razonable pensar que estamos abocados a reducir el consumo energético optimizando recursos, a través de la eficiencia energética, e intentar utilizar fuentes de energía renovables, como la energía solar, eólica, hidráulica, …
España y la Unión Europea están apostando por una transición energética y una apuesta por las energías renovables, en aras también de luchar contra el calentamiento global. ¿Lo están haciendo China y la India?
China es uno de los países que mejor ha sabido gestionar la pandemia de la Covid-19 y la apuesta por la sostenibilidad por parte de su gobierno parece firme. De hecho, sus líderes políticos están decididos a lograr la tan deseada neutralidad de carbono para 2060. Reducir los combustibles fósiles y limitar la cuota de carbón en el mix energético son sus principales y más inmediatos objetivos, lo que conlleva un inevitable incremento de las energías renovables.
Por su parte, India se ha comprometido recientemente a hacer depender de fuentes renovables el 50% de sus necesidades energéticas en 2030. Pero, a pesar de eso, y debido a su elevada población, con unas necesidades energéticas en aumento, está lejos de alcanzar sus objetivos verdes. Incluso portavoces de su gobierno han reconocido que el carbón seguirá siendo una de sus fuentes de energía más importantes en las próximas décadas.