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Pep vs Simeone: «No puede ser verdad lo que estoy viendo»

«Simeone cuando estaba en Argentina vino a vernos, antes de ir al Atlético Madrid. Vino a vernos entrenar con el Barcelona. Hablamos y me dijo. A mí esto no me gusta. No lo siento». Guardiola (Sampedor, 51 años) tiene grabado a fuego lo que le dijo Simeone (Buenos Aires, 51 años) al poder ver in situ sus métodos de entrenamiento. Aquella primera aproximación dejó a las claras la opuesta filosofía táctica y estética de ambos entrenadores. Simeone renegó del estilo del Barcelona y Guardiola aceptó de buen grado el comentario del argentino porque entendía el porqué: «Recuerdo que yo le contesté: ‘Qué bueno, de eso trata'». En la vida, menos en el fútbol, no se puede hacer algo que no se siente. De ahí el respeto que se profesan, verbalizado por ambos en diferentes comparecencias públicas, pese a tener formas muy distintas de ver el juego. Ya les pasaba de jugadores. A Guardiola le gustaba tener el balón; a Simeone, quitarlo. Sus ideas apenas guardan similitudes. La vocación ofensiva del primero, donde todo pasa por el balón, contrasta con el talante guerrero y defensivo del segundo, matizado eso sí en los últimos tiempos.

La estadística determina lo que la percepción global de sus equipos enseña. Un simple vistazo a los números que deja el recorrido de Manchester City y Atlético en esta Champions sirve de atestado. El equipo de Guardiola promedia un 59,5% de posesión de balón, acumula 4.984 pases con un 90,9% de precisión y registra 137 remates, 549 ataques y solo 65 despejes; el de Simeone en una comparativa directa en estos apartados, por su parte, firma un 42,9% de posesión, 2.947 pases con un 77,8% de acierto, 82 remates, 298 ataques y 149 despejes… Las cifras son muy reveladoras. De esta manera, se espera una escenografía de partido muy acusada en lo que propongan ambos equipos. El City asumirá la iniciativa del juego, buscará arrinconar al Atleti y activará una presión tras pérdida importante. “Sabemos que va a ser difícil imponer nuestro juego, porque ellos son buenos en eso. Son lo que son y son capaces de evitar lo que tú eres·, trazó Guardiola después de conocer el emparejamiento del sorteo. El Atleti, en principio, adoptará una postura diametralmente opuesta, en favor del repliegue y el contraataque, aunque en algunas fases del juego podría adelantar también su bloque defensivo como tantas veces ha hecho Simeone en Europa, más en casa que fuera.

Ese es el guion esperado y que se dio en los únicos tres enfrentamientos directos entre Guardiola y Simeone en los banquillos. Muy pocos, sí. La llegada de Simeone al Atlético apenas coincidió con el final de la etapa gloriosa de Guardiola en el Barcelona. De ese período, emerge el primer partido entre ambos y en el que el conjunto del técnico catalán salió vencedor en el ya legendario Vicente Calderón. El Atlético se atrincheró con un convencimiento estoico, renunció al balón y estuvo cerca de empantanar a un gran Barça de no ser por aquella genialidad pícara de Messi que permanece en el recuerdo de todos.

La segunda vez que se cruzaron las caras fue en otra eliminatoria de Champions, en aquellas semifinales de 2016 entre el Bayern y el Atlético que autorizaron el pase rojiblanco a la final de Milán. Lo logró al empezar ganando en el Calderón con una obra de arte de Saúl y un planteamiento táctico supremo de Simeone. El Atleti bloqueó al Bayern en el centro del campo, no le dejó jugar cómodo y puso un campo de minas con Gabi, Augusto y Saúl en esas zonas interiores. El equipo de Guardiola amasó la pelota, pero lo hizo alejado de Oblak. De ejemplo sirve también la estadística. Lahm, Alaba y Javi Martínez fueron los jugadores que más pases recibieron (90, 85 y 67, respectivamente). A Múnich se iba el Atleti con ventaja.

La parada en la capital de Baviera es, de largo, el duelo más simbólico de los vividos entre Guardiola y Simeone. Fue el partido donde más evidentes resultaron las diferencias entre uno y otro. “He visto al mejor rival al que jamás me he enfrentado, me dejó enamorado en el primer tiempo”, afirmó Simeone tras el partido. En aquel encuentro el Bayern aplastó futbolísticamente al Atleti con picos de posesión del 92% (entre el minuto 15 y el 25′) y 33 acciones de remate. «Son aquellos partidos que dices: no es verdad, no puede ser verdad lo que estoy viendo, no podemos cruzar la mitad de la cancha», añadió el Cholo, tiempo después, en el documental sobre su figura que realizó Amazon Prime. «La sensación era que estábamos jugando a un deporte diferente», sintetizó Gabi. Pero la abnegación colchonera, con una mandíbula de hierro, le permitió sobrevivir bajo el asedio de un Bayern extraordinario. Los infortunios y pequeños detalles apearon al equipo alemán de su sueño de estar en la final. Guardiola evitó justificaciones peyorativas y siempre reconoció el mérito del Atleti de Simeone. «Yo soy incapaz de hacerle eso a mis equipos, incapaz. Pero lo admiro. Esa capacidad de resistencia, porque en algún momento la abeja te va a picar», dijo el hoy entrenador del Manchester City en su aparición en el documental de Simeone. Se admiran y entienden al otro sin dejar nunca de ser ellos mismos. Guardiola es Guardiola, Simeone es Simeone. Extraordinarios ambos.

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