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Paloma como pato laqueado, más de 100 litros de grasa acumulada… revelan nuevos detalles del restaurante chino clausurado en Usera

La pesadilla sanitaria en la que se ha convertido el restaurante Jin Gu del madrileño distrito de Usera todavía no ha acabado. Según han confirmado desde la Policía Municipal de Madrid, la inspección que terminó con la clausura del local y la detención de su responsable por un delito contra la salud pública ha destapado que el establecimiento habría servido palomas como si fueran pato laqueado, una de las comidas más tradicionales de la cocina china.

Durante el registro del local, el 25 de marzo, los agentes encontraron un almacén oculto en el aseo de PMR al que se accedía a través de una estantería corredera. En este espacio había ocho congeladores industriales en mal estado, oxidados y sin termómetros, en los que los agentes se encontraron más de una tonelada de carne y pescado sin etiquetado, ni trazabilidad ni control de temperatura.

Entre los productos intervenidos se encontraron dos palomas domésticas desplumadas, al parecer destinadas a ser cocinadas y servidas como si se tratara de pato laqueado. También se encontraron gallinas negras congeladas sin identificación sanitaria, tiras de carne colgadas en tendederos con ventiladores escurriendo grasa sobre cartones en el suelo y trampas para ratas con carne en descomposición como cebo.

Además, los policías encontraron 184 gominolas con forma de pato, 183 envases de aditivos y colorantes chinos, y bolsas con plantas posiblemente destinadas a infusiones, así como bivalvos con cieno de origen asiático almacenados sin ningún tipo de control sanitario, bivalvos tipo dátil de mar chino y pepinos de mar o holoturias, una especie cuya comercialización y consumo está prohibido por su condición de fauna protegida.

Los trabajadores, además, manipulaban los alimentos sin guantes, sin gorros y portando relojes y anillos, incumpliendo de forma flagrante la normativa básica de higiene alimentaria. Por su parte, el repelente anti-plagas estaba inoperativo, y se observaron cucarachas rubias alemanas campando por la cocina.

Más de 100 litros de grasa en un contenedor

Otra escena que sorprendió a los investigadores fue la existencia de más de 100 litros de grasa acumulada en un contenedor sin tapa, almacenado en un cuarto de basuras completamente colapsado, sin sistema de evacuación ni tratamiento. Todo, entre sartenes oxidadas, suelos grasientos, fogones sucios y un horno instalado fuera del alcance de la campana extractora.

Según los agentes, el conjunto de infracciones superaba con creces los estándares mínimos exigidos para cualquier establecimiento de restauración. Tras la inspección, los alimentos fueron precintados por orden del Departamento de Sanidad de la Junta Municipal de Usera, y el restaurante fue clausurado de forma inmediata. El caso ha sido trasladado a la autoridad judicial y al Ministerio Fiscal.

El titular del restaurante ha sido imputado por un presunto delito contra la salud pública, al poner en riesgo la integridad de los consumidores, y otro contra la fauna y flora, por la tenencia y supuesto uso de especies animales protegidas o no autorizadas para el consumo humano.

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