Ni Egipto ni México, este es el inesperado país con más pirámides del mundo

Las pirámides son las construcciones más misteriosas e imponentes que se pueden visitar en todo el planeta. Las más conocidas del mundo son la Gran Pirámide de Guiza (o Keops) en Egipto y la de Chichén Itzá en México, aunque lo que no muchos saben en España es que el país que tiene más tesoros de este tipo no es ninguno de los dos. Ese honor pertenece a Sudán, una enorme nación colindante con el territorio egipcio en el noreste de África.
El tercer país más extenso de África puede presumir de tener la mayor colección de pirámides del planeta, y de hecho dos de los tres mayores yacimientos de Sudán han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. A pesar de que a menudo queden eclipsadas por las vecinas maravillas de Egipto, lo cierto es que estas joyas sudanesas son toda una reliquia que pocos tienen el placer de conocer.
Las pirámides nubias de Sudán
A lo largo y ancho de la región de Nubia, en torno al Valle del Nilo en el actual territorio de Sudán, vivieron hace miles de años los reinos cusitas, quienes construyeron en toda la zona más de 200 pirámides, creando todo un conjunto apasionante de construcciones que hoy en día son el gran símbolo del país. Las primeras se erigieron en el siglo VIII a.C en la localidad de El Kurru, en el corazón de la nación, donde se puede contemplar la impresionante pirámide de Tanutamani.
El antiguo reino de Napata construyó otra monumental necrópolis en Gebel Barkal (así como en Nuri y Sanam Abu Dom), que está reconocida por la propia UNESCO y que forma parte de un impresionante complejo con milenios de historia que constituye una de las grandes joyas de África. Su valor arqueológico e histórico es incalculable, ya que además de fascinantes pirámides, también se pueden visitar los restos de templos que hace miles de años se erigían sobre el desierto.
Eso sí, la colección más importante de pirámides que se puede ver en Sudán es sin duda la de la antigua ciudad de Meroe, que estaba situada a orillas del río Nilo y que fue la capital del reino tras la destrucción de Napata en el siglo III a.C. En ella se levantaron unas espectaculares construcciones que han sobrevivido al paso del tiempo y que parecen sacadas de una película de ciencia ficción al más puro estilo Dune.
A pesar de que es muy desaconsejable viajar en 2025 a Sudán debido al conflicto bélico que asola el país, lo cierto es que estas pirámides son una de esas cosas que hay que ver al menos una vez en la vida. Estos tesoros arquitectónicos llevan milenios en pie escondidos en el noroeste de África, y descubrirlos es algo inolvidable.