Messi y Mbappé, una final de película
Messi y Mbappé han sido los grandes protagonistas del Mundial de Qatar. El argentino ha liderado a su selección hasta coser la tercera estrella de campeón del Mundo en su pecho. En el Mundial con más goles de la historia, los dos protagonistas han sido los máximos goleadores de su país, el francés sumó una diana más que el argentino y se hizo con la Bota de Oro del Mundial. Con el peso y la responsabilidad de saber que tienen al mundo del fútbol pendientes de cada acción, ambos dejaron una final absolutamente para el recuerdo.
El ‘10’ fue el jugador de la final con más influencia en el ataque. Messi tuvo cuatro tiros, los mismos que Mbappé, además de crear tres oportunidades y contribuir en la construcción de cuatro disparos. De los 54 pases, 47 fueron acertados y siete acabaron fallidos. En el lado de los de Deschamps, Mbappé dio 21 pases, 16 con acierto y cinco errados. Cifras que muestra una clara superioridad del argentino sobre el césped. Las conducciones de Mbappé despertaron a una Francia que se vio superada por completo en la primera parte. En el momento en el que el de Bondy se echó el equipo a la espalda buscó la portería rival en las 12 carreras que protagonizó teniendo un papel centrado en el aspecto ofensivo. El mapa de calor enseña que se centró en la delantera y cayó en algún momento por el costado izquierdo. La presencia de Messi fue superior y constante con 27 carreras en todas las direcciones, pura polivalencia al servicio del equipo desde el centro del campo en adelante. En su mapa de calor se le ve centrado en la delantera y con mucha presencia en la banda derecha y algo menos en el centro del campo.
Messi corona su periplo en la selección. Lo hace con el trofeo que, desde que debutó con la Albiceleste en 2005, persigue con la insistencia y la presión de todo el pueblo argentino. Ya en el Mundial de Brasil 2014 se quedó con la miel en los labios al perder la final ante Alemania. Ahora ya tiene un Mundial y la eterna comparación con Maradona sobre quién es el mejor de la historia suma un argumento a su favor. Una comparación a la que se puede sumar en unos años Mbappé. El francés, a sus 23 años, ha ganado un Mundial, una Liga de Naciones y ha sido finalista en otro Mundial. El gol le corre por las venas y la facilidad que tiene para ver portería ya le sitúa el sexto en la clasificación de máximos goleadores en la selección del gallo con 36 goles en 66 encuentros. Con la regularidad que tiene, la pregunta es cuánto tiempo tardará en alcanzar los 53 goles de Giroud. Es una estrella del presente y aspira a entrar en el debate sobre quién es el mejor futbolista de la historia. Más allá de los títulos individuales y de club, el francés seguirá en la pomada con Francia para ganar Eurocopa, Mundial y Liga de Naciones en la próxima década y media. La derrota ante Argentina es un aliciente más para poner su mente en volver a ganar el Mundial en 2026.