Los MASAI llegan para pintar el asfalto de verde
La tribu Masai tiene un proverbio que muestra el gran respeto por su entorno y por el planeta: “La tierra en la que vivimos no la heredamos de nuestros padres, sino que la tomamos prestada de nuestros hijos”. Fernando Moreno y Mª Carmen Rubio, directores del Laboratorio de Ingeniería de la Construcción de la Universidad de Granada, idearon los MASAI (acrónimo de Materiales Asfálticos Sostenibles, Automatizados e Inteligentes) que, bajo esa misma premisa de respeto por el planeta, trabajan materiales sostenibles creando un asfalto que denominan ‘verde’. A través de materiales reciclados como los neumáticos que se desechan de los coches después de su uso, son capaces de hacer un asfalto mucho más duradero, con mayor agarre que los tradicionales y, sobre todo, mucho más sostenible. Pavimentos de carreteras, aeropuertos, pavimentos urbanos, circuitos… Variedad de proyectos para dejar un sello de compromiso con el mundo. Una idea que va en consonancia con las que han motivado la unión de Banco Santander, Ferrari y la F1, alianza inquebrantable para el futuro sostenible de la competición.
AS se ha puesto en contacto con Fernando Moreno para conocer a fondo el trabajo que hay detrás. El catedrático explica que después de más de una década de intenso esfuerzo aplicando los conocimientos más avanzados en ciencia de materiales, los MASAI se diferencian de los comúnmente empleados en este tipo de infraestructuras en dos aspectos fundamentales. El primero de ellos es que son materiales diseñados bajo los estándares más exigentes de sostenibilidad, estando sustentados bajo los pilares básicos de la economía circular y la simbiosis industrial (garantizando el autoconsumo de los residuos generados, la reutilización de residuos procedentes de otras actividades cercanas y la disminución del consumo energético y emisiones de gases de efecto invernadero). El segundo aspecto diferenciador es que los MASAI pueden incorporar componentes tecnológicos (como sensores, fibra óptica, captadores de ondas de radiofrecuencia o electromagnéticas, etc.) que les permiten recibir/enviar información en tiempo real al usuario o al administrador de la vía, o disponer de automatismos para optimizar la seguridad vial. Estamos hablando de pavimentos que pueden ayudar al guiado y posicionamiento del vehículo autónomo, la carga del vehículo eléctrico, eliminar la nieve o el hielo de la calzada mediante la inducción de calor, medir la velocidad y la carga del tráfico que circula sobre ellos, o monitorizar la salud estructural de la carretera para optimizar las tareas de conservación.
Hoy, los MASAI están empezándose a utilizar de forma habitual por muchas empresas y administraciones de España y algunas del extranjero. No obstante, la cuna de su aplicación es Andalucía, donde desde hace más de 6 años se llevan utilizando para la reparación de algunas de sus carreteras más importantes.
La principal característica de los MASAI es que son materiales de altas prestaciones y por tanto, no solo contribuirían a mejorar la sostenibilidad de los Grandes Premios, sino también a mejorar características de la pista como el agarre o la regularidad. El asfalto es uno de los 3 elementos fundamentales, junto con el piloto y el coche, de los que depende toda carrera de Fórmula 1. Por ello, de la misma manera que un asfalto que no funciona puede dar al traste con una carrera (como ocurrió en el Gran Premio de Estambul 2020), materiales que permitan mejorar el agarre de los neumáticos o hacer una telemetría de las tensiones transmitidas por los monoplazas en los diferentes puntos del circuito, podrían contribuir a ver carreras más rápidas, bajo mayores condiciones de seguridad y más sostenibles. «Los MASAI harían la Fórmula 1 más sostenible«, en palabras de Fernando Moreno. El catedrático asegura que con ellos se podrían diseñar asfaltos con mayor agarre a través del uso de materiales reciclados del propio circuito, de residuos de industrias asociadas a los Grandes Premios o de desechos poliméricos como el graining producido en los neumáticos durante la carrera. «Creo que en el asfalto de los circuitos existe un amplio rango de mejora. Si observamos el aspecto de un coche de Fórmula 1 de los años 70 y uno actual, encontramos grandes diferencias. Sin embargo, si observamos el asfalto de un circuito de Fórmula 1 de los años 70 y uno actual… podríamos afirmar que se trata casi del mismo», asevera Moreno. Finalmente, la aplicación de MASAI en la Fórmula 1 también tendría un impacto a nivel social, ya que ayudaría a concienciar a los ciudadanos que la sostenibilidad no está reñida con las altas prestaciones y la alta calidad de los materiales.
«Por supuesto», concuerda Moreno. La Fórmula 1 lleva años centrada en este objetivo y el espectáculo sigue ahí. No obstante, su estrategia está principalmente enfocada en torno a los monoplazas (uso de combustibles sostenibles, implantación de motores híbridos con baterías eléctricas, materiales más ligeros para que los coches consuman menos, etc.) o la logística que circunda a la celebración de los grandes premios (promover el uso del transporte público para acceder a los circuitos, que los vehículos de servicio a utilizar sean totalmente eléctricos, el uso de energías renovables para el consumo de las instalaciones, el uso dispensadores de agua para evitar así el uso de botellas de plástico, etc.). Y, según asegura el catedrático, un asfalto de altas prestaciones (con una mayor regularidad superficial, un mejor estado de conservación o una adherencia basada en la micro-rugosidad) hace que un mismo piloto, con una misma forma de conducción, en un mismo trazado y con un mismo monoplaza, genere menos emisiones y consuma menos combustible que en otro tipo de asfalto de peores condiciones.
La F1 siempre ha sido un escenario idóneo para la innovación y el desarrollo de la industria automovilística, desde la aerodinámica hasta el diseño de frenos. Por eso, trabajando en estrecha colaboración de la mano de FOM, propietario de la F1, y Ferrari, Santander tiene la oportunidad de seguir contribuyendo a la lucha contra el cambio climático, impulsando el cambio hacia un modelo sostenible y acompañando a la competición en su ambición de reducir las emisiones de CO2. Y es que cuanto más podamos acelerar la innovación para encontrar nuevas tecnologías que contribuyan a descarbonizar el día a día de las personas, antes se alcanzará el objetivo de cero emisiones. Y el trabajo que están realizando en la Universidad de Granada inspirados por la tribu Masai podría contribuir a ello.
*Este contenido patrocinado por SANTANDER ha sido elaborado por Diario AS.