Los «falsos becarios» no sólo son un fraude para el trabajador. También para las arcas del Estado
Este vienes comienzan las negociaciones entre el Gobierno de España, sindicatos y patronal para la creación de un Estatuto del Becario, tal y como contamos en Xataka. Cuando se anunció este encuentro, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, señaló que uno de los principales objetivos de esta regulación era proteger mejor a los trabajadores en formación y combatir la figura del falso becario.
Una figura que, según revela El País, habría costado 4.805 puestos de trabajo entre 2018 y 2022 de no ser porque la Inspección de Trabajo y Seguridad Social detectó irregularidades en determinadas empresas y llevó a cabo 6.505 actuaciones para que dichas compañías contratasen a los trabajadores afectados como empleados estructurales y no como becarios. De esas actuaciones se han derivado 553 infracciones con multas que, en conjunto, superan los 15 millones de euros.
Para llevar a cabo estas investigaciones y decidir si eran o no infracciones, Inspección de Trabajo comprobó que si relación laboral en prácticas de la persona con la empresa estaba relacionada con los estudios cursados. A partir de ahí, investigaban si el becario en realidad estaba prestando servicios de trabajo estructural, en lugar de formativo, tal y como corresponde a estos contratos.
Con el Estatuto del Becario, el Gobierno quiere ampliar la protección de estos trabajadores en formación y dotar a Inspección de Trabajo de más herramientas para perseguir el fraude que supone tener a un empleado en prácticas con obligaciones de trabajador estructural.
Y es que, según indica de la información de El País, todos los casos descubiertos y sancionados en estos últimos cuatro años se desvelaron porque los profesionales en prácticas ni siquiera estaban realizando tareas afines a sus estudios. Por lo que aún quedaría margen para perseguir otros métodos fraudulentos, como tener a becarios realizando tareas de empleados estructurales afines a su formación o trabajando de forma encubierta más horas de las fijadas en su contrato de prácticas.
“Hay centenares de situaciones de becarios que en realidad están ocupando puestos de trabajo estructurales. Es una de las lacras de la precariedad que asola a la juventud”, dijo la ministra de Trabajo el pasado martes en una entrevista en Televisión Española.
El Estatuto del Becario
La intención del Gobierno es que en este documento figuren una serie de derechos entre los que se incluyen la compensación de gastos (por ejemplo, por el uso de móviles o portátiles propios), mayores coberturas de Seguridad Social y mecanismos para combatir la figura del falso becario.
En la actualidad ya existen algunas regulaciones para el trabajo de los becario, como el Real Decreto 592/2014, de 11 de julio, por el que se regulan las prácticas académicas externas de los estudiantes universitarios, pero el Gobierno las considera insuficientes para proteger a estos trabajadores y evitar malas prácticas como la del falso becario.
Para desarrollar este documento, la ministra de Trabajo comienza hoy a negociar con los principales representantes de sindicatos y patronal: Unión General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CCOO), Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme).
Por lo tanto, la idea del Ejecutivo es seguir en la línea del pacto de la Reforma Laboral y negociar con todas las partes implicadas un documento de consenso. El ministerio de Trabajo no ha aclarado si contará más adelante con la participación de representantes de las universidades o de los estudiantes.
Imagen | Tim van der Kuip
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La noticia
Los «falsos becarios» no sólo son un fraude para el trabajador. También para las arcas del Estado
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Xataka
por
Pablo Rodríguez
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