Los epidemiólogos avisan de que el tabaco mata a 63.000 personas cada año: el 20% son menores de 65 años
La Sociedad Española de Epidemiología ha advertido este jueves que, aunque el consumo de tabaco ha disminuido en las franjas de edad más jóvenes, cada año mueren 63.000 personas por causas atribuibles a su consumo, el 21% de las cuales, más de 13.000, tienen menos de 65 años.
Así lo ha expuesto el Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la SEE en la Conferencia Europea sobre Tabaco o Salud que se celebra hasta este viernes en Madrid, donde ha presentado datos de los principales indicadores de tabaco en España.
De acuerdo con los datos extraídos de la Encuesta Escolar sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Secundaria (Estudes), los epidemiólogos han recordado que, en 2020, fumaban dos de cada diez personas en España, más los hombres (26%) que las mujeres (19%).
Aunque fuman menos que ellos, la introducción de la mujer al hábito tabáquico ha conllevado que la mortalidad haya aumentado en los últimos 30 años, de modo que en 2018 murieron 10.000 más que en 1990.
Consumo por edades
Por edades, el grupo que más fuma es el de la franja comprendida entre los 25 y los 44 años (29%), seguida de la de 45 a 64 años (27%); mientras que solo un 9% de los mayores de 64 años es fumador, hasta un 19% de los jóvenes de entre 15 y 24 años consume tabaco, un 38% de las personas de entre 14 y 18 años ha fumado alguna vez a lo largo de su vida y un 9% lo hace diariamente.
Apenas existen diferencias, por el contrario, si lo que se observa es el nivel de estudios de los fumadores: un 23% cuentan con estudios básicos, un 25% con estudios medios y un 19% con estudios superiores.
En los últimos 15 años, el número de fumadores mayores de 15 años ha disminuido en España y también ha caído el consumo diario en los jóvenes de entre 14 y 18 años. Sin embargo, las muertes atribuibles al tabaco rozan las 63.000 anuales, de las que el 21% se producen en menores de 65.
Ante este escenario, la SEE ha lanzado un llamamiento a la población advirtiendo de las graves consecuencias que el tabaco tiene sobre la salud, desde diversos cánceres a enfermedades cardiovasculares o respiratorias.
Por ello, ha urgido la actualización de las políticas para su control, especialmente las estrategias dirigidas a la prevención del inicio y a la cesación del consumo, tanto de tabaco convencional como de sus nuevas formas de presentación.