Los curiosos pozos de nieve que pueden visitarse en Murcia
Escondidas entre la vegetación del macizo de Sierra Espuña, a 1.400 metros de altitud, encontramos unas curiosas construcciones de forma cilíndrica y aspecto desconocido. En el exterior, se presentan como cúpulas blancas y redondeadas, pero en el interior esta estructura se sumerge hasta los siete metros de profundidad.
Se trata de pozos de nieve que se fueron construyendo en el lugar desde el siglo XVI, y que fueron utilizados durante años para almacenar nieve y producir hielo. A día de hoy, estos orificios han abandonado su función original, pero los curiosos podrán visitarlos y sorprenderse con sus enormes dimensiones.
Los pozos de nieve de Sierra Espuña
La invención de las neveras no llegó hasta hace apenas 200 años. Antaño los métodos para enfriar y conservar los alimentos eran diversos y mucho más rudimentarios. Así, surgieron estructuras como los pozos de nieve, destinados guardar los alimentos, bebidas y medicinas. «A finales del siglo XVI comenzaron a construirse en Sierra Espuña los primeros pozos para almacenar nieve y ser distribuida en forma de hielo en hospitales, ciudades y villas del Reino de Murcia», señalan desde Turismo de Sierra Espuña.
De esta manera, se excavaban agujeros de hasta siete metros de profundidad, que se cubrían con una cúpula que funcionaba como una cámara de aire para mantener la temperatura. «El motivo de construir aquí los pozos de la nieve, era por la altitud, las frecuentes nevadas por aquel entonces, la menor insolación y la pendiente del terreno, necesaria para evacuar el agua del deshielo», explican.
En Sierra Espuña llegaron a construirse hasta 25 de estas peculiares «neveras», que podían almacenar en conjunto hasta 25.000 toneladas de hielo. De hecho, en el año 1794, llegaron a venderse en la ciudad de Murcia 450 mil kilos de hielo.
Pozos restaurados para las visitas
Con el avance de la tecnología y la posibilidad de generar frío artificialmente, el uso de los pozos de nieve cayó en desuso. Sin embargo, el legado de estos congeladores naturales sigue presente en este paisaje montañoso de Murcia. Son muchos curiosos los que se acercan hasta Sierra Espuña para admirar estas peculiares construcciones hecha con piedras, arena, madera, yeso y cal.
Los pozos se distribuyen en dos núcleos separados por menos de 1 kilómetros. De algunos tan solo quedan moles de piedra algo ruinosas, pero hay dos que se han restaurado para que adopten el aspecto que tuvieron antaño (uno de ellos, el más grande de la zona). Así, los visitantes podrán explorar los pozos y acceder a su interior gracias la instalación de un mirador, una escalera y una pasarela.
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