LG OLED C1, análisis: sus competidores van a tenerlo muy difícil para superar lo que este todoterreno nos propone con cine y juegos
Durante los últimos tres años cada nueva generación de televisores OLED se ha limitado a refinar, con frecuencia sutilmente, lo que nos ofrecía su predecesora.
A bote pronto podríamos llegar a la conclusión de que esta evolución relativamente tímida refleja cierto agotamiento en una tecnología que nos ha demostrado tener un valor indudable desde un punto de vista cualitativo, pero hay otra forma de verlo que, honestamente, me parece mucho más certera.
Que fabricantes como LG, Sony, Panasonic, Philips o Hisense, que son algunas de las marcas que han apostado con contundencia por la tecnología OLED, estén introduciendo mejoras sutiles en sus últimas generaciones de televisores refleja que esta tecnología ha alcanzado una madurez plena.
Y esta es una gran noticia porque a los usuarios nos permite acceder a productos más fiables y relativamente inmunes a algunos de los problemas de los que adolecían las primeras generaciones de televisores OLED.
Los televisores OLED han alcanzado una madurez plena, por lo que las mejoras que los fabricantes han introducido en las últimas tres generaciones ya no son rupturistas
Una consecuencia evidente, y también positiva para los usuarios, de la madurez que ha alcanzado esta tecnología es que el valor de la mayor parte de los modelos OLED que hemos podido comprar en 2019 y 2020 apenas se ha visto mermado por el desarrollo tecnológico.
Esto significa, sencillamente, que quien compró un buen televisor OLED hace dos años probablemente no echará de menos nada especialmente relevante en los modelos que están llegando ahora a las tiendas, por lo que su inversión desde la perspectiva de la obsolescencia tecnológica por el momento sigue protegida.
Me parece importante comenzar este análisis haciendo esta reflexión acerca del contexto en el que se encuentra el mercado de los televisores OLED porque creo que nos coloca en el lugar adecuado para sopesar qué tiene que decir el modelo C1 de LG en el que estamos a punto de zambullirnos.
Y es que, al igual que su predecesor, el CX que analizamos el año pasado, este televisor tiene una vocación todoterreno muy marcada. Ahí va un espóiler para ir abriendo boca: con cine rinde muy bien, pero con videojuegos es difícilmente superable.
LG OLED C1: especificaciones técnicas
Este televisor no incorpora uno de los nuevos paneles OLED ‘evo’ de 3ª generación. Esto es lo que nos dice LG, por lo que por el momento estas matrices autoemisivas quedan reservadas para la serie G1, que es más cara que la C1.
Lo que en la práctica diferencia a un panel OLED ‘evo’ de uno de 2ª generación es la mayor capacidad de entrega de luz del primero, así como su eficiencia, que es un 20% más alta. Si más adelante se presenta la oportunidad de analizar un televisor de la familia G1 comprobaremos si esta mayor capacidad de entrega de brillo tiene un impacto perceptible en nuestra experiencia.
El procesador de imagen Alpha 9 de 4ª generación identifica los objetos de cada fotograma para separarlos del fondo y dotar a las imágenes de una mayor profundidad
La gama C1 nos propone cinco tamaños diferentes: 48, 55, 65, 77 y 83 pulgadas. La versión que hemos probado nosotros es la de 55 pulgadas con el panel trasero acabado en un bonito y original blanco vainilla (un poco más abajo publicamos una fotografía en la que podéis verlo).
Aunque su panel es diferente, el modelo C1 calza el mismo procesador de imagen que el G1, un chip Alpha 9 de 4ª generación que, según LG, consigue identificar con más precisión que su predecesor los objetos que componen cada fotograma para aplicar a cada uno de ellos la técnica de procesado adecuada.
No obstante, este televisor no estrena únicamente procesador de imagen. También llega con una nueva versión del sistema operativo webOS, la 6.0; con un mando a distancia Magic Remote con algunas novedades interesantes, y con varias mejoras ideadas específicamente para reforzar la experiencia de los entusiastas de los videojuegos, como son el nuevo optimizador y un parámetro que persigue reducir la latencia de entrada a la mínima expresión.
Por otro lado, como cabía esperar, mantiene la compatibilidad con las tecnologías de refresco adaptativo G-SYNC de NVIDIA y FreeSync de AMD que nos propuso el modelo CX el año pasado, y también los cuatro conectores HDMI 2.1 con los que ya contaba este último.
En lo que se refiere al HDR este televisor es capaz de procesar contenidos Dolby Vision, HDR10 y HLG, pero no HDR10+. En este terreno esta generación de soluciones de LG no introduce ningún cambio. Y, por último, también siguen presentes los modos cineasta (Filmmaker) y Dolby Vision IQ, lo que refleja que este televisor tiene una ambición cinematográfica marcada.
LG OLED55C16LA | Características |
---|---|
PANEL | OLED 4K UHD de 55 pulgadas, 120 Hz, 10 bits y relación de aspecto 16:9 |
RESOLUCIÓN | 3840 x 2160 puntos |
HDR | Dolby Vision, HDR10 y HLG |
PROCESADOR DE IMAGEN | Alpha 9 de 4ª generación |
SISTEMA OPERATIVO | webOS 6.0 |
MODO CINEASTA | Sí |
DOLBY VISION IQ | Sí |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 802.11ac y Bluetooth 5.0 |
CONECTIVIDAD | 4 x HDMI 2.1, 3 x USB 2.0, 1 x toma antena, 1 x salida digital óptica, 1 x salida auriculares, 1 x RJ-45 y 1 x PCMCIA |
AMD FREESYNC | Sí |
NVIDIA G-SYNC | Sí |
SONIDO | Configuración: 2.2 canales Entrega de potencia: 40 vatios |
DOLBY ATMOS | Sí |
CONSUMO MEDIO | 115 vatios |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase A |
DIMENSIONES | 1228 x 738 x 251 mm (con peana) |
PESO | 23 kg (con peana) |
PRECIO | 1899 euros |
TV OLED 138,8 cm (55») LG OLED55C16LA Smart TV, HDR Dolby Vision, 4K, Inteligencia artificial
Su diseño es el mismo de generaciones anteriores, pero sigue funcionando muy bien
LG apenas ha tocado la estética de sus televisores OLED durante los últimos años, lo que ha provocado que sus propuestas sean fácilmente reconocibles. El elemento que permite diferenciarlas de una forma inmediata de cualquiera de sus competidores es su peana central, acabada en aluminio y con unas dimensiones muy generosas.
Como podéis ver en la siguiente fotografía, la peana se extiende a lo largo de toda la base del televisor, proporcionando al panel una estabilidad que se agradece especialmente en las versiones de 65 pulgadas o más. Su mecanizado es impecable y su solidez está fuera de toda duda, por lo que hasta aquí no tengo nada que objetar.
El marco de este televisor mide solo 9 mm, pero lo curioso es que esta medida se mantiene en los cuatro marcos, y no solo en el superior y los laterales. En otros televisores el marco inferior es más ancho que los otros tres, y el hecho de que en este modelo los cuatro sean idénticos le da una simetría que es en gran medida responsable de que el modo galería en el que indagaremos más adelante funcione tan bien.
La parte posterior de la peana únicamente se ve si miramos el panel trasero del televisor debido a que por delante queda oculta por la pieza metálica que queda expuesta a la vista. Esta pieza es más voluminosa y menos estilizada que la delantera, pero realiza una contribución esencial a la hora de preservar la estabilidad del panel, por lo que su presencia es obligada.
LG ha dado un paso hacia delante con webOS 6.0, y ha acertado
Una de las novedades introducidas por esta marca en la generación de televisores que nos propone este año es su sistema operativo. Esta revisión de webOS, la 6.0, es tan rápida e intuitiva como las anteriores ediciones de esta plataforma, pero su diseño es sensiblemente diferente, como podéis ver en la siguiente fotografía.
webOS 6.0 es igual de rápido que sus predecesores, pero tiene un diseño más cuidado e intuitivo
Esta nueva interfaz nos permite acceder con más rapidez al contenido de las aplicaciones que utilizamos con más frecuencia, y, además, nos propone recomendaciones personalizadas tomadas directamente del algoritmo de recomendación por afinidad de cada app, y también sugerencias elaboradas por la propia LG.
Desde un punto de vista estético a mí me funciona muy bien, pero sobre todo agradezco que la agilidad con la que podemos movernos por la interfaz e iniciar aplicaciones no se haya resentido lo más mínimo. Creo que LG ha acertado renovando el sistema operativo de sus televisores, especialmente después del importante salto hacia delante que representa Google TV y lo bien que funciona Tizen en los televisores de Samsung.
En la siguiente fotografía podemos ver todo el catálogo de modos de imagen que nos propone este televisor. Además de los habituales modos estándar, vívido, cine y deportes incorpora el modo cineasta (Filmmaker), que desactiva la mayor parte del postprocesado, incluido el algoritmo de suavizado de vídeo, con el propósito de reproducir el contenido cinematográfico preservando exactamente la visión del director.
El modo cineasta desactiva una parte del postprocesado para preservar la visión de los directores de las películas
Esto es, al menos, lo que nos ‘venden’ tanto las marcas que han apostado por este modo como los directores que han participado en su promoción, entre los que están Martin Scorsese, Christopher Nolan y James Cameron. Este televisor implementa la tecnología ALLM (modo automático de baja latencia) en todos los conectores HDMI, por lo que no introduce un modo para juegos específico en esta sección de la interfaz.
Aun así, como veremos más adelante, podemos cerciorarnos de que el modo de baja latencia está activado cuando nos preparemos para jugar recurriendo al nuevo módulo de optimización de juegos. Desde este componente también podemos comprobar que las tecnologías de refresco adaptativo de AMD y NVIDIA están habilitadas para que nuestra experiencia con videojuegos esté lo más afinada posible.
Al igual que el modelo CX que analizamos el año pasado, este televisor de LG viene muy bien calibrado de fábrica. La buena noticia es que quien no se sienta cómodo afinando los parámetros que condicionan la calidad de imagen podrá disfrutarlo sin necesidad de retocar apenas nada, pero esto no significa que no tenga margen de mejora en este ámbito. En mi opinión, sí la tiene.
Este televisor es muy disfrutable tal y como sale de fábrica, pero merece la pena dedicar un poco de tiempo al afinado de su balance de blancos y su reproducción del color
Los dos apartados a los que merece la pena dedicar un poco de tiempo son el balance de blancos y la restitución del color debido a que afinándolos podemos conseguir que su colorimetría sea más fidedigna. En el artículo que enlazo aquí mismo os proponemos algunos consejos para hacerlo que pueden resultaros útiles.
Los televisores de LG salen de fábrica cada vez mejor calibrados, pero aún siguen un paso por detrás en este ámbito de los modelos equiparables de Sony y Panasonic, que en mi opinión son las marcas que nos ofrecen la calibración de origen más meticulosa.
Este televisor está preparado para ejercer como centro de control de los dispositivos de domótica que tengamos instalados en nuestra casa, de modo que podemos actuar sobre su comportamiento utilizando tanto Alexa de Amazon como Google Assistant. En este enlace LG enumera los dispositivos de domótica con los que son compatibles sus televisores actualmente.
También es compatible con los ecosistemas AirPlay 2 y HomeKit, ambos de Apple, por lo que en lo que se refiere a su capacidad de interacción con los otros dispositivos que podemos tener en casa es difícil ponerle pegas. Además, como podéis ver en la siguiente fotografía, la interfaz de webOS 6.0 desde la que podemos supervisar qué dispositivos tenemos conectados a nuestro televisor es muy intuitiva. Y se agradece.
Es probable que a algunos usuarios el modo galería no les diga gran cosa, pero a los entusiastas del diseño y a los aficionados al arte posiblemente les encandilará. Al activarlo conseguiremos que el televisor se transforme en un cuadro. Y sí, da el pego porque el efecto está sorprendentemente conseguido, especialmente si instalamos el televisor utilizando un soporte de pared.
En realidad esto no es nuevo porque ya estaba presente en anteriores televisores de LG, pero sigue siendo una prestación interesante y merece la pena no pasarla por alto más allá de que a todos los usuarios no les provoque el mismo entusiasmo.
Un apunte interesante: las obras que recoge este modo de funcionamiento están siendo exhibidas en algunos de los museos más importantes del mundo, y pertenecen a autores tan admirados como Vincent van Gogh, Claude Monet o Vassily Kandinsky, entre otros pintores célebres.
En el ámbito de la conectividad los televisores OLED de la familia C1 y superiores tienen a su favor una baza con la que no cuentan la mayor parte de sus competidores: todos sus conectores HDMI implementan la norma 2.1. No cabe duda de que es una buena noticia para aquellos usuarios que quieren conectar varios dispositivos que emplean esta interfaz, como, por ejemplo, un PC y una consola de videojuegos de última generación.
El ancho de banda de los cuatro puertos HDMI es 40 Gbps, una cifra inferior a los 48 Gbps que describe la norma 2.1
Sin embargo, hay algo que no podemos pasar por alto: el ancho de banda de los cuatro puertos HDMI es 40 Gbps, una cifra inferior a los 48 Gbps que describe la norma 2.1. En la práctica no tiene demasiada importancia porque los 48 Gbps solo son necesarios para transportar contenido 4K UHD con una profundidad de color de 12 bits, 120 Hz y submuestreo de color 4:4:4. Y el panel del televisor es de 10 bits.
En cualquier caso, no disponer del ancho de banda completo que nos propone la norma HDMI 2.1, aunque en la práctica no sea nada dramático, en cierto modo es un paso atrás frente a los televisores que sí respetan esta especificación, como, por ejemplo, los modelos OLED que lanzó LG en 2019. Un apunte interesante: los televisores con panel 8K de LG, tanto los modelos LCD como los OLED, sí mantienen los 48 Gbps que define el estándar HDMI 2.1.
El rediseño al que LG ha sometido al mando a distancia Magic Remote que nos entrega junto a sus televisores le ha sentado muy bien. Su diseño ergonómico es diferente. Ni mejor ni peor; simplemente, distinto. Sigue siendo de plástico, eso sí. Lo que me parece un acierto es que este nuevo mando incorpore cuatro botones de acceso directo a las aplicaciones (Netflix, Prime Video, Disney+ y Rakuten TV), y no solo los dos (Netflix y Prime Video) que nos proponían las anteriores versiones de este mando a distancia.
Esta tele nos garantiza una gran experiencia con el contenido cinematográfico
Para poner a prueba su calidad de imagen recurrí a algunas de las películas en Blu-ray Disc y Blu-ray 4K que suelo utilizar, entre las que merece la pena destacar ‘El renacido’, ‘La llegada’, ‘Interstellar’, ‘Blade Runner 2049’ o ‘Spider-Man: Lejos de casa’, entre otras. También utilicé contenido de Netflix y YouTube que conozco muy bien.
Para reproducir estas películas recurrí a un lector OPPO UDP-205, un dispositivo que ya está descatalogado, pero que sigue destacando por la gran calidad de su mecánica de transporte y su lógica de procesado de audio y vídeo.
La fotografía que podéis ver debajo de estas líneas la tomé utilizando un microscopio digital, y muestra la matriz de subpíxeles WRGB que conforma el panel OLED. A diferencia de los televisores con panel LCD, los dispositivos con diodos orgánicos tienen una alta capacidad de dispersión de la luz, por lo que no necesitan que se coloque encima del panel una lámina de dispersión adicional para ofrecernos unos ángulos de visión muy amplios.
Como podéis intuir en la siguiente fotografía, el nivel de detalle que consigue recuperar este televisor es fabuloso. En este terreno el procesado de imagen tiene mucho que decir, y es probable que, como asegura LG, los nuevos algoritmos consigan identificar los objetos en primer plano para recuperar en ellos más detalle fino y separarlos de una forma más perceptible del fondo. La profundidad de las imágenes de este televisor es muy convincente.
Los televisores OLED son mucho menos sensibles al blooming, que es ese defecto que se manifiesta bajo la forma de unos halos que rodean las zonas más iluminadas de cada fotograma, que los modelos con panel LCD. En este ámbito la capacidad autoemisiva de los píxeles y su mínimo tiempo de respuesta juegan a su favor.
En la práctica este defecto es inapreciable en este televisor OLED. Es totalmente imperceptible incluso en la prueba que podéis ver en la siguiente fotografía, en la que cuando el blooming hace acto de presencia es muy evidente. Esta cualidad es un punto a su favor importante con el cine, pero, como veremos en la siguiente sección del análisis, también marca la diferencia con los juegos.
En lo que se refiere a la colorimetría no tengo mucho más que añadir a lo que he mencionado unos párrafos más arriba: este televisor rinde muy bien tal y como lo sacamos de la caja, pero agradece, al menos la unidad que nosotros hemos probado, un retoque sutil de algunos parámetros, como la temperatura de color. La capacidad de reproducción del color de los paneles OLED es soberbia, por lo que una calibración meticulosa debería ayudar a este televisor a reproducir el color con una precisión intachable.
Aunque, como he mencionado unas líneas más arriba, este televisor incorpora un panel OLED de 2ª generación, y no un panel ‘evo’ de 3ª generación como el del modelo G1, su capacidad de entrega de brillo es muy notable.
Los contenidos con HDR lucen de maravilla, especialmente cuando la luz ambiental escasea, por lo que mi percepción está alineada con la entrega de brillo máxima que han medido en Rtings, que oscila en torno a los 750 nits en una ventana del 10% de la superficie del panel.
Es una buena cifra, pero no es espectacular. El modelo Bravia XR A90J de Sony que analizamos hace unos días tiene una capacidad de entrega de brillo mayor, y también los televisores OLED de referencia de Panasonic del año pasado (aún no hemos tenido ocasión de analizar los de este año).
Será interesante comprobar cómo rinde en este terreno el nuevo G1 de LG para averiguar si consigue codearse de tú a tú con las propuestas OLED más avanzadas de Sony y Panasonic.
Otro punto a favor del procesado de este televisor: cuando recibe una señal de vídeo de buena calidad, como la procedente de un Blu-ray Disc, el ruido de alta frecuencia es absolutamente imperceptible.
Además, resuelve el movimiento en las secuencias con desplazamientos rápidos de la cámara sin arrojar apenas desenfoque, lo que en este terreno le permite pisar los talones a Sony y Panasonic, que son las marcas que, en mi opinión, tienen los mejores algoritmos de gestión del movimiento.
Por otro lado, sus negros son los que cabe esperar encontrar en un televisor OLED de última hornada: sencillamente perfectos. Y la uniformidad del panel se mantiene intacta incluso al reproducir fotogramas en los que predomina el color gris, que es como debe comportarse un televisor OLED bien ejecutado.
La uniformidad del panel se mantiene intacta incluso al reproducir fotogramas en los que predomina el color gris. Así es como debe comportarse un televisor OLED bien ejecutado
Un apartado en el que este televisor no tiene la última palabra, en mi opinión, es su capacidad de recuperación de detalle en las regiones más oscuras, pero reconozco que es algo que con toda seguridad pasará inadvertido para la mayor parte de los usuarios, y que solo los más tiquismiquis veremos (es posible intuirlo en el fotograma de ‘Interstellar’ que publicamos un poco más arriba).
Por último, en lo que se refiere a la gestión del circuito ABL (Automatic Brightness Limiter), que se responsabiliza de ajustar y limitar el nivel de brillo para prevenir el marcado del panel, los ingenieros de LG han hecho los deberes.
Durante mis pruebas ha resuelto la transición de fotogramas con diferente nivel de luminosidad de una forma más suave que el modelo CX del año pasado, y se agradece. En las transiciones más abruptas sigue produciéndose un salto de luminosidad perceptible, pero molesta sensiblemente menos que en su predecesor.
En la siguiente fotografía podéis ver que la cobertura antirreflejos que ha puesto a punto LG en este televisor cumple su cometido con eficacia. La hemos tomado a propósito con muy poca luz ambiental para comprobar cómo maneja los destellos, y es evidente que ha salido airoso porque la zona del panel enmascarada es mínima. No obstante, en este ámbito rinde exactamente igual que el modelo CX del año pasado.
Durante mis pruebas la unidad que he analizado se mantuvo la mayor parte del tiempo por debajo de los 100 vatios. Solo en algunos instantes su consumo apenas superó los 105 vatios, un valor moderado que es posible en gran medida gracias a la capacidad de los diodos orgánicos del panel de dejar de emitir luz casi de forma absoluta cuando es necesario.
Con los juegos este televisor es un titán: lo tiene todo
Para evaluar el rendimiento de este televisor con videojuegos recurrí a nuestra Xbox Series X y a varios títulos que son muy sensibles a la latencia, como ‘Mortal Kombat X’, ‘Forza Horizon 4’, ‘Gears 5’ y ‘Ori and the Will of the Wisps’.
Como podéis ver en la siguiente fotografía, la consola de Microsoft identifica correctamente que este televisor implementa el modo automático de baja latencia (ALLM) y la frecuencia de actualización variable (VRR) vinculados a la norma HDMI 2.1. También habilita la compatibilidad con los estándares Dolby Vision y HDR10, así que todo en orden hasta aquí.
Ahora viene una noticia que con toda seguridad agradecerán muchos jugadores interesados en conectar su PC o su Xbox a este televisor, u otro modelo de LG similar: soporta de forma nativa la resolución 1440p a 120 Hz. Por el momento las consolas de Sony no son compatibles con esta definición, pero, quién sabe, quizá si los usuarios lo pedimos con insistencia PlayStation 5 acabe incorporando esta opción mediante una actualización del firmware de esta máquina.
En la siguiente fotografía podéis ver el nuevo módulo de optimización para juegos que LG ha implementado en sus televisores este año. El propósito de este componente es aglutinar en una misma ubicación todos los parámetros que a los usuarios nos interesa tener a mano cuando queremos afinar el rendimiento del televisor con los juegos. Y, honestamente, me parece una gran idea porque es mucho más cómodo que tenerlos dispersos en varios menús diferentes.
El optimizador de juegos aglutina en un mismo componente todos los parámetros que pueden mejorar nuestra experiencia
Desde aquí podemos activar el parámetro que nos permite minimizar la latencia de entrada; habilitar el refresco adaptativo a través de VRR, G-SYNC o FreeSync; decidir si el juego que estamos ejecutando en un momento dado puede beneficiarse del suavizado de movimiento; activar el sonido ecualizado mediante un algoritmo de inteligencia artificial; poner en marcha alguno de los presets adaptados a cada género…
Este componente puede tener un impacto perceptible en nuestra experiencia cuando utilizamos este televisor para jugar, por lo que merece la pena prestarle atención y dedicarle algo de tiempo con el propósito de familiarizarnos con él. Lo cierto es que tener a solo dos pulsaciones del mando a distancia toda esta información me parece un acierto que consigue reforzar la vocación de dispositivo para juegos de este televisor OLED.
Otra baza a favor de los paneles OLED cuando se ven obligados a lidiar con juegos es su tiempo de respuesta. Todos nos proponen un valor próximo a 1 ms, por lo que su rendimiento es similar al de los monitores para gaming. Además, la latencia de entrada de este televisor es incluso mejor que la de su predecesor, el modelo CX.
En Rtings han medido una latencia muy próxima a 10 ms a 1080p, 1440p y 2160p, un valor lo suficientemente bajo incluso para los juegos más sensibles a este parámetro, como los títulos de disparos en primera persona o los juegos de lucha. De alguna forma este televisor es lo más parecido a tener un monitor para juegos de 55 pulgadas. O más si nos hacemos con un C1 aún más grande.
El talón de Aquiles de este televisor con los juegos es el mismo de todos los televisores OLED: la posibilidad de que a largo plazo se produzca retención en alguna zona del panel. No obstante, en un escenario de uso mixto en el que el televisor también se utiliza para ver películas es relativamente poco probable que aparezca este problema si somos mínimamente cuidadosos.
Antes de concluir esta sección del artículo, un apunte más: LG ha confirmado que durante la segunda mitad de este año, y en una fecha aún sin precisar, todos los televisores con webOS 5.0 que lanzó en 2020, y los modelos que están llegando a las tiendas este año con webOS 6.0, integrarán el servicio de streaming de juegos Stadia, de Google.
Cuando esté disponible lo único que necesitaremos para disfrutar los títulos de esta plataforma en uno de estos televisores será suscribirnos al servicio y conectar al televisor un mando de Google Stadia, Xbox o PlayStation. Nada más. No es imprescindible utilizar un mando oficial de Stadia, pero hacerlo tiene una ventaja: su conexión directa a los servidores del servicio nos permite reducir la latencia.
Su sonido cumple, pero sigue sin estar a la altura de su calidad de imagen
Las limitaciones que impone la física son innegociables. En lo que se refiere a su capacidad de restituir el sonido los televisores actuales tienen en su contra la imposibilidad de contar con una caja de resonancia voluminosa. Unos resuelven este hándicap mejor que otros, y este televisor queda situado en un puesto similar al modelo del año pasado. No suena mal en absoluto; de hecho, me gusta cómo resuelve la gama media, en particular la voz humana.
El sonido ecualizado mediante inteligencia artificial tiene una dinámica visceral
Además, consigue mantener la distorsión bajo control siempre y cuando no incrementemos el nivel de presión sonora más allá del 75% del valor máximo. Y su escena sonora es amplia, pero, al igual que la mayor parte de los televisores, cuando virtualiza audio Dolby Atmos no consigue posicionar en el espacio de una forma precisa los objetos virtuales que emiten el sonido.
El sonido ecualizado mediante un algoritmo de inteligencia artificial me ha dejado un buen sabor de boca porque tiene una dinámica visceral y consigue acrecentar aún más la escena sonora. Sin lugar a dudas merece la pena probarlo, pero si queremos obtener la mejor experiencia posible y hacer justicia a la sobresaliente calidad de imagen de este televisor lo ideal es apostar por una barra de sonido, o, mejor aún, por un equipo de audio multicanal dedicado.
LG OLED C1: la opinión y nota de Xataka
Este televisor ha conseguido redefinir qué cualidades debe tener un dispositivo todoterreno. Sus predecesores, los modelos C9 y CX, ya eran unos auténticos todoterreno porque se sentían tan cómodos con el cine como con los juegos.
Pero este C1 lo es aún con más ahínco. Como hemos comprobado a medida que hemos ido recorriendo este análisis, su rendimiento con el contenido cinematográfico es sobresaliente, pero con los juegos acaricia la matrícula de honor con y sin HDR.
La retahíla de cualidades por las que merece la pena tenerlo en cuenta son numerosas, pero ahí van las más contundentes. En mi opinión la más relevante de todas ellas es su sobresaliente calidad de imagen global.
Además, que todos los conectores HDMI implementen la norma 2.1 completa me parece un punto muy importante a su favor en cualquier escenario de uso en el que esté destinado a convivir con varias fuentes de última hornada, como un PC, una Xbox Series X/S o una PlayStation 5.
El rendimiento de este televisor con contenido cinematográfico es sobresaliente, pero con los juegos acaricia la matrícula de honor con y sin HDR
También me han gustado mucho el nuevo módulo de optimización de juegos y las mejoras que LG ha introducido en webOS 6.0, especialmente en lo que se refiere al diseño de la interfaz.
Y, cómo no, de nuevo en el terreno de los juegos su mínima latencia y la compatibilidad no solo con la técnica de refresco adaptativo VRR, sino también con G-SYNC de NVIDIA y FreeSync de AMD son dos bazas muy claras a las que no es fácil resistirse.
Será interesante ver qué mejoras decide introducir LG en su sucesor, pero ahí van dos sugerencias: yo echo mucho de menos la compatibilidad con contenidos HDR10+, y, a pesar de que en la práctica aún no es especialmente relevante, también la presencia de conectores HDMI 2.1 que nos ofrezcan el ancho de banda completo que nos propone esta norma. Como veis, no es nada dramático.
Después de probar este televisor, y de confirmar lo mucho que gustó el modelo A90J de Sony a mi compañero Enrique, estoy seguro de que este año el dispositivo que quiera afianzarse como el mejor modelo OLED va a tener que poner toda la carne en el asador. Las espadas están en alto.
9,3
A favor
- Su calidad de imagen global es sobresaliente con cine y juegos
- Nos propone conectividad HDMI 2.1 completa en todos los conectores
- El nuevo módulo de optimización de juegos es un auténtico acierto
- Las mejoras que LG ha introducido en webOS 6.0 tienen un impacto muy positivo en nuestra experiencia
- Su baja latencia, mínimo tiempo de respuesta y la compatibilidad con AMD FreeSync y NVIDIA G-SYNC lo aúpan como uno de los mejores televisores para videojuegos
En contra
- No procesa contenidos HDR10+
- El ancho de banda de los puertos HDMI 2.1 ha sido recortado a 40 Gbps
TV OLED 138,8 cm (55») LG OLED55C16LA Smart TV, HDR Dolby Vision, 4K, Inteligencia artificial
Este televisor ha sido cedido para la prueba por LG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
Más información | LG
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La noticia
LG OLED C1, análisis: sus competidores van a tenerlo muy difícil para superar lo que este todoterreno nos propone con cine y juegos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
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