Viajes

Las calas de Menorca más escondidas y con menos turistas

Viajar al paraíso en España es posible. Como dice la cantante Aitana, «no existen vuelos directos a Formentera«, pero sí a Menorca, la que probablemente es la isla con paisajes más atrayentes y dignos de escenas de película en nuestro país. Esto no es ningún secreto, por lo que cada año la masificación de este pequeño territorio hace que no se vea ni un grano de arena entre tanta sombrilla.

Ocurre en playas como las Calas Macarella y Macarelleta, las más paradigmáticas del sur de la isla y que sirven como ejemplo de lo que es la excepcional elegancia del litoral menorquín. Ambas son la imagen perfecta de lo que todo el mundo imagina al decir. ¡Esto es Menorca!

Pero hay muchos más rincones de esta isla todavía por descubrir. Por eso hoy os contamos, y que no salga de aquí, cuáles son las playas y calas más escondidas y, por ahora, con menos turistas de Menorca, que lejos de ser concurridas, son también una fotografía perfecta de lo que representa el paisaje balear.

Eso sí, un previo aviso, encontrar tesoros nunca ha sido fácil, por lo que, para llegar a estos mágicos rincones será necesario un pequeño esfuerzo previo. Para que no te pierdas de camino a ellas, ubícate en el mapa con la Guía Viva de Menorca (Anaya Touring).

Una ruta de Cala Galdana a Cala Turqueta

Ambas calas son muy populares y seguro que has oído hablar de ellas, pero igual no conocías esta impresionante ruta. Conocida como una de las playas más familiares de Menorca, la Cala Galdana es también una de las más extensas. Este itinerario circular llamado Camí de Cavalls, que encontrarás con más detalle en el libro 101 senderos de España sorprendentes (Anaya Touring), tiene su inicio en el mirador de la Punta.

Comienzas cruzando la cala de un extremo a otro y, por el puente, giras hacia el oeste. Dejando atrás el Racó des Mart se llega al mirador de la famosa Cala Macarella, con unas escaleras que descienden hasta el mar. Finalmente, apareces en Cala Turqueta con su búnker, un elogio de la belleza. Como su propio nombre indica, Turqueta hace referencia al color turquesa que lucen sus aguas, conformándose como una de las calas más emblemáticas de la isla, un modelo de perfección.

La ruta tiene una distancia aproximada de 12 kilómetros que concurre por una senda litoral sin apenas desnivel, unos 250 metros. Su dificultad baja hace que sea recomendable para hacer con familia o amigos. Es, sin lugar a duda, una forma distinta, con mucha menos masificación, para disfrutar de algunos de los lugares más turísticos e imprescindibles de la isla.

Playa de Binigaus

Considerada la mayor playa virgen del sur de Menorca, Binigaus es una playa larga y estrecha cerrada a su espalda, en la mayor parte, por unos acantilados rocosos. Es una playa frecuentada, pero no tan masificada como las anteriores, ya que su carácter virgen, con arena blanca y fina, junto a aguas cristalinas, resulta en que no haya ni siquiera una pequeña caseta de servicios en toda la playa.

El camino más fácil para alcanzarla parte de la urbanización de Sant Tomàs, desde donde hay que andar durante aproximadamente un cuarto de hora por un entorno bastante agradable. La otra opción, bastante más larga, pero mucho más recomendable para los amantes del excursionismo, es recorrer desde Es Migjorn Gran el barranco de Binigaus hasta su desembocadura. Merece la pena porque, de paso, puede visitarse la famosa cueva de Es Coloms. Esta playa es además perfecta para todos los amantes del snorkel.

Cala Fustam

Una cala de dimensiones diminutas, al contario que la anterior, mide tan solo unos 25 metros de ancho. Destaca por su singularidad, belleza y por ser de entre todas las calas del sur litoral de Menorca, posiblemente, la más recóndita y emblemática. De fina arena blanca, Cala Fustam es de esos lugares en que los pinos llegan prácticamente hasta el mar y forman poderosos contrastes cromáticos.

La mejor manera de llegar es desde el aparcamiento de Cala Mitjana, otra cala virgen de pequeño tamaño, desde donde se tarda aproximadamente una hora en llegar. El camino es agradable, pues recorre el atractivo litoral rocoso, pero bajo el sol de verano puede convertirse en un auténtico suplicio. Es ese el motivo por el que siempre está muy poco concurrida. Aun así, merece la pena el esfuerzo al llegar finalmente a un sitio recóndito y tranquilo en medio de la naturaleza para disfrutar el mar de Menorca.

Otro lugar muy recomendable para los que disfrutan de practicar snorkel. Además, a tan solo cinco minutos andando se encuentra su vecina, la Cala Escorxada, imprescindible tras haber hecho el esfuerzo de llegar hasta allí.

Cala Trebalúger

No es nada fácil llegar hasta ella. Desde Cala Mitjana hay que tomar un sendero entre pinares, con algunos desniveles notables, que lleva tras tres cuartos de hora a pie hasta esta otra cala. Una explicación imprescindible, ya que Cala Trebalúger es un lugar recóndito, muy escondido, relativamente poco concurrido y, desde luego, sin ningún tipo de ocupación humana a su alrededor. Una vez allí, disfrutar de un paisaje de ensueño, donde las aguas turquesas características de Menorca le terminan de otorgar una belleza indiscutible.

Cala Pudent

Una de las playas más atractivas del norte menorquín. Se accede a ella caminando durante un cuarto de hora por un sendero desde la playa de Son Parc, también conocido como Arenal de Son Saura. La playa no es de las más concurridas de Menorca, ya que no es demasiado conocida, además, el camino no es difícil. Es completamente virgen y en ella se puede disfrutar de arena blanca y fina con aguas cristalinas y una suave pendiente.

Cala Pudent continúa a ambos lados con pequeñas calas separadas por modestos espolones rocosos. Debido a que una de las características más notables del conjunto es la riqueza de la vida en el fondo marino, el lugar es especialmente recomendable para el buceo.

De camino a esta cala se pasa también por Es Macar de Cala Pudent, una singular playa de tamaño muy reducido y aguas cristalinas, muy bella desde el punto de vista paisajístico, pero bastante incómoda porque no hay arena, sino guijarros de tamaño considerable. Es sí, es ideal si lo que se busca es tranquilidad.

Estas calas, y hasta 101 destinos más, los puedes encontrar en el libro 101 destinos de Baleares sorprendentes de Anaya Touring, escrita por Xavier Martínez i Edo.

Si no te quieres perder ningún detalle para planificar tu próximo viaje, pásate por la web de Anaya Touring.

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