La técnica de la respiración alterna para superar momentos de crisis y ansiedad
Cada vez más, la ciencia está demostrando que existe una relación muy estrecha entre el estado psicológico y el fisiológico. Así, no resulta sorprendente que los malestares de cualquiera de estas dos naturalezas provoquen también síntomas de la otra.
De la misma manera, existen técnicas que operan sobre cualquiera de estos dos aspectos que pueden emplearse para aliviar problemas del otro. Uno de los ejemplos más claro son las diversas formas de control de respiración que tienen un gran efecto sobre las manifestaciones de carácter psicológico.
¿En qué consiste?
En este principio se basa la técnica de la respiración alterna propuesta por la terapeuta ocupacional y especialista en estimulación cognitiva Catalina Hoffmann, cuyo objetivo es reducir los estados de angustia y ansiedad.
Según explica en el libro Neurofitness, existe una estructura cerebral, la amígdala, que actúa como «motor de nuestras emociones». Normalmente, se encargaría de asociar a la información percibida por los sentidos un componente emocional; sin embargo, en ciertos casos puede «conectarse de forma directa» con la corteza cerebral. Esto es lo que se conoce como «secuestro amigdalino», ya que de esta manera la amígdala impide que la información transite por su circuito habitual.
Así, argumenta, esta estrategia de la respiración alterna logra «que la amígdala baje su actividad al lograr equilibrar los hemisferios cerebrales».
¿Cómo se hace?
Para llevar a cabo correctamente esta técnica, deberemos encontrar un lugar tranquilo y cómodo en el que podamos sentarnos en el suelo en una postura fácil de mantener durante un tiempo.
A continuación, deberemos recoger sobre la palma de la mano los dedos índice y corazón, de forma que queden extendidos el pulgar, el anular y el meñique.
Usando el primero de ellos, taparemos el orificio nasal derecho e inhalaremos empleando sólo el izquierdo. Después, destaparemos la fosa derecha, taparemos con el anular la izquierda, y exhalaremos ese aire con la derecha.
El proceso se repite cambiando el orden de las fosas nasales (inhalar con la derecha, exhalar con la izquierda) y se van alternando estas dos variaciones durante cinco o diez minutos.