La RFEF estrena en su sede central nuevos vinilos con las campeonas del mundo
La Real Federación Española de Fútbol vive desde el pasado mes de agosto una revolución en toda regla. Tras la histórica victoria de la Selección en el Mundial femenino de Australia, el desagradable incidente relativo al beso sin consentimiento de Luis Rubiales a Jenni Hermoso desencadenó todo un movimiento reivindicativo del fútbol femenino que está transformando a mejor la RFEF.
Mientras el incidente se sigue resolviendo en los tribunales en la Federación van apareciendo nuevas caras, más acordes a la visión de las futbolistas, otros viejos rostros han sido apartados o han dimitido para permitir la regeneración del organismo rector del fútbol español. Una tarea liderada por su presidente en funciones, Pedro Rocha, hasta que el cambio se confirme con las elecciones planeadas para el próximo febrero.
Aun así, no todas las reivindicaciones de las jugadoras eran relativas a los altos cargos de la RFEF. Muchas de ellas iban orientadas a obtener el mismo reconocimiento y apoyo que su contraparte masculina, y poco a poco lo van obteniendo como deseaban. Para ello, la Federación ha rediseñado los vinilos de sus instalaciones, que ahora incorporan imágenes de las distintas selecciones nacionales y de sus jugadoras, campeonas del mundo y de Europa, en sus diversas categorías.
Esta decisión permite que las figuras de las internacionales puedan ser reconocidas en los diferentes espacios de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, incluida su sede central. Hasta el momento, las imágenes de las jugadoras sólo compartían espacio con las de los internacionales en los edificios de vestuarios, gimnasio y salas situados junto a los campos, así como en el hotel residencia.
A partir de ahora, también se incorporan en la sede central de la Federación, dentro del «reconocimiento que se realiza a estas profesionales y de las acciones que buscan trabajar por la igualdad desde todos los aspectos, también en la visibilización de las deportistas y de sus triunfos«, según comunicó la RFEF. No es, por tanto, un detalle baladí, ya que son precisamente esos pequeños gestos los que suelen marcar la diferencia que las campeonas del mundo llevan años reclamando.