La pérdida de polinizadores como las abejas ya perjudica la salud humana: provoca más de 400.000 muertes por mala alimentación
En los últimos años se ha venido hablando del problema que supone a nivel ecológico la pérdida de población y biodiversidad de especies polinizadoras (siendo el ejemplo paradigmático el de las abejas), que pone a su vez en riesgo muchas especies silvestres de plantas y muchos cultivos de gran valor que dependen de estos animales.
Este fenómeno antropogénico es también una amenaza para la salud humana, y de hecho sus consecuencias ya empiezan a hacerse notar. Así lo concluye el primer estudio dedicado a cuantificar el impacto sanitario de este problema, que ha estimado que por esta causa ya se pierden más de 400.000 vidas cada año en todo el mundo.
Entre un 3 y un 5% menos de frutas y verduras
Tal y como explican los autores del trabajo en el medio especializado Environmental Health Perspectives, la principal vía por la que esto sucede es la pérdida de entre un 3 y un 5% de la producción de frutas, verduras y frutos secos, lo que a su vez enlaza con el descenso del consumo de alimentos saludables y un aumento de las enfermedades relacionadas con una mala alimentación como las cardiovasculares, la diabetes o ciertos cánceres.
Así, señalan que una pieza crítica que ha venido faltando en la discusión sobre el impacto de la actividad humana sobre la biodiversidad es cómo esto repercute en la salud humana. Sin embargo, esfuerzos como esta investigación sugieren que concretamente la pérdida de especies polinizadoras podría estar causando un daño a la salud global equiparable al de problemas mucho más documentados como el cáncer de próstata o los trastornos de abuso de sustancias.
Sobre lo que sí que existía consenso científico previamente es que la presión humana sobre los sistemas naturales provoca en la actualidad fenómenos como descensos anuales de entre el 1 y el 2% en la población mundial de insectos, lo que ha llevado a que algunas voces adviertan de un posible ‘apocalipsis de los insectos’ en las próximas décadas.
427.000 muertes cada año
Para estimar el exceso de mortalidad global causado específicamente por la pérdida de polinizadores, los investigadores emplearon un modelo informático que incorpora evidencia empírica recogida en una red de cientos de granjas experimentales en Asia, África, Europa y América Latina dedicada a estudiar la disminución de producción en los cultivos más importantes que dependen de polinizadores.
Con esta estimación, implementaron un modelo de riesgo de enfermedades a nivel global para entender el impacto que esta disminución en ciertos cultivos podía suponer para la mortalidad y la carga de enfermedad en cada país. Paralelamente, calcularon la pérdida de valor económico que este problema conlleva.
En total, el exceso de mortalidad que calcularon se situaba en las 427.000 muertes anuales en todo el mundo.
Este análisis mostró que aunque la pérdida en la producción de alimentos se concentraba principalmente en países de bajos ingresos, la carga de la enfermedad tendía a ser mayor en los países de medios y altos ingresos, en los que las tasas de enfermedades no transmisibles son mayores
Más muertes en países de ingresos medios
Este patrón es inusual, en el sentido de que normalmente los efectos para la salud de los cambios ambientales globales suelen ser peores en países de bajos ingresos como los de las regiones del sur de Asia o el África Subsahariana. En este caso, en cambio, eran países de gran población e ingresos medios (China, India, Indonesia y Rusia) los que se llevaban la peor parte en cuanto a lo que concierne a la salud humana.
Por el contrario, la carga económica del fenómeno sí que recaía en las víctimas habituales: los países de bajos ingresos llegaban a perder entre un 10 y un 30% del valor total de su agricultura, siendo además en muchos casos un sector central en sus economías.
Así y en vista de estos hallazgos, los autores recuerdan que la pérdida de polinizadores no es sólo un riesgo medioambiental y de biodiversidad, sino también uno sanitario y económico. La falta de medidas para proteger a estos pequeños animales, dicen, no sólo daña a la naturaleza sino también a la salud humana.
Referencias
Matthew R. Smith, Nathaniel D. Mueller, Marco Springman, Timothy B. Sulser, Lucas A Garibaldi, James Gerber, Keith Wiebe & Samuel S. Myers. Pollinator Deficits, Food Consumption and Consequences for Human Health: A Modeling Study. Environmental Health Perspectives (2022). DOI: https://doi.org/10.1289/EHP10947