Economía

La odisea de comprar piso (1) – La búsqueda: «Lo peor es sentir que te están engañando»

La idea de convertirse en propietaria de su propia vivienda ya le rondaba la cabeza desde hace tiempo, pero pasar el confinamiento en un piso interior fue el impulso definitivo para que Cristina Carbajo, de 38 años, se lanzase seriamente a buscar piso.

Han pasado dos años desde entonces, y Carbajo sostiene ya en sus manos las llaves de la vivienda, un espacio en obras que dista mucho aún de ser un hogar. «Habré visto ciento y pico pisos durante estos dos años», declara esta trabajadora del sector bancario, que admite haber estado cerca de tirar la toalla en un proceso en el que ha encadenado frustración tras frustración.

«Es tener paciencia», explica esta bilbaína que lleva 10 años en la capital. «A mí el miedo que me daba era cansarme de buscar y acabar cogiendo cualquier cosa o acabar metiéndome en algo de lo que no estaba segura, porque el mercado te presiona mucho, que se vendan tan rápido los pisos, y los propietarios juegan con eso».

El precio de la compra venta de vivienda subió un 7,1% en 2022, según datos de la Sociedad de Tasación, lo que representa la mayor subida anual desde 2007, cuando el mercado estaba a las puertas del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

«El mercado te presiona mucho, que se vendan tan rápido los pisos, y los propietarios juegan con eso»

Las preferencias iniciales de búsqueda de Cristina Carbajo eran bastante exigentes para una ciudad con un mercado de la vivienda tan recalentado como Madrid. Buscaba en la misma zona donde ya vivía de alquiler, el céntrico barrio de Chamberí, con dos habitaciones y, sobre todo, con balcón. Todo ello con un presupuesto que estableció entre 350.000 y 400.000 euros.

La realidad del mercado, con pocos pisos o en muy mal estado por ese precio y características, le hizo tener que ampliar su presupuesto, pero los precios desorbitados no fueron lo único con lo que se topó en su larga y frustrante búsqueda. Los comerciales de las agencias inmobiliarias que copan el mercado manejan «márgenes abrumadores» de beneficios e imponen comisiones abusivas sin ninguna transparencia, denuncia Carbajo.

«Una vez hablé con una comercial que me dijo que el precio del piso eran 700.000 euros y, al día siguiente, una compañera suya me dijo que podían dejarlo a 650.000 euros, ¡Eso son 50.000 euros de diferencia en un solo día!», relata Carbajo. «Ya no es solo lo que valga el piso, sino lo que juega la inmobiliaria y los intermediarios que por ahí se va un montón de dinero».

En otra ocasión, un comercial le enseñó un piso por un valor de 620.000 euros que ella sabía que su pareja había visitado hace dos semanas con un precio 80.000 euros inferior. «Había subido el precio él porque es un jeta».

«Observamos que en épocas de carestía de vivienda, algunos agentes inmobiliarios aprovechan para imponer una serie de condiciones que no nos parecen prácticas comerciales correctas y a las que no hay por qué acceder», declara Ileana Izverniceanu, directora de comunicación y relaciones institucionales de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

«El comprador debe tener en cuenta una serie de prácticas que realizan algunas agencias como la solicitud de determinadas informaciones sobre su capacidad económica o incluso llegar a cobrar por visitar la casa, a modo de reserva. Nuestro consejo es que no pague ningún dinero por realizar visitas y que no facilite a la agencia información personal de carácter financiero, hasta que no se decida a realizar la compra», añade la portavoz de la OCU.

Si la reforma va según lo previsto, Carbajo podrá entrar a vivir en su piso en abril, dos años y tres meses después de comenzar su búsqueda. «Lo peor que he llevado es sentir que te están engañando, el ‘este piso o lo coges ya o va a volar’ o el ‘no te preocupes, que hablo con el propietario a ver si lo puede bajar’ y luego resulta que se estaba llevando el doble del margen del que se debería llevar. Al final, es un mercado de compraventa pero se aprovechan mucho, es muy agresivo y tiene cero transparencia y te lo digo yo que trabajo en ventas en un banco, sé de lo que hablo».

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